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Fecha: 07/10/2025 13:45
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) volvió a encender las alarmas en Rosario ante la delicada situación de la industria de línea blanca. La planta de Electrolux, ubicada en Batlle y Ordóñez al 3400, implementó en octubre un esquema de suspensiones rotativas que alcanza a 400 trabajadores, reflejando el deterioro que atraviesa el sector. El abogado del gremio, Pablo Cerra, advirtió que el problema “no es nuevo” y que la crisis se viene profundizando con el paso de los meses, afectando no solo a Electrolux sino a buena parte de la actividad metalúrgica. La industria del frío y de la línea blanca tiene un rol estratégico en Rosario y su región. En torno a ella se organizan numerosas pymes proveedoras, talleres metalúrgicos y empresas de servicios, que dependen directa o indirectamente de la producción de electrodomésticos como heladeras, freezers y aires acondicionados. Su dinámica genera miles de empleos calificados y encadena sectores como el transporte, la logística y la distribución comercial. Además, Rosario concentra uno de los polos fabriles más importantes del país en este rubro, con plantas de larga trayectoria y trabajadores altamente especializados. Cualquier freno en la producción, como las suspensiones actuales, tiene un efecto multiplicador negativo sobre toda la economía local, afectando tanto el empleo como la actividad de las empresas satélite. Según Cerra, la combinación entre la caída del consumo interno y la apertura de las importaciones generó un escenario crítico: “Incluso los productos importados no se venden. Estamos en un embudo vicioso para la actividad laboral e industrial”, sostuvo en diálogo con Cadena3 Rosario. El gremio estima que, solo en Rosario, se perdieron más de 2.000 puestos de trabajo industriales en lo que va de 2025. Cerra remarcó además que estos empleos requieren personal calificado y con experiencia, por lo que cualquier recuperación “es lenta y compleja”: “Esto ya lo vivimos en los 90. Cuando se destruye empleo industrial, se pierde también la mano de obra especializada, y después cuesta años volver a reconstruirla”, señaló. En relación a los salarios, explicó que el promedio ronda los 850 mil pesos, aunque no todos perciben menos de 700 mil como se había difundido. Aun así, consideró que se trata de “sueldos de pobreza”, y cuestionó que los acuerdos paritarios “tardan meses en ser homologados por el Gobierno”, lo que termina licuando el poder adquisitivo de los trabajadores. “Es una situación casi trágica para el sector —advirtió Cerra—. No hay crédito, las tasas son impagables y el trabajador metalúrgico queda en el medio, sosteniendo su puesto con sueldos que no alcanzan”.
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