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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/10/2025 20:37
El plan presentado por Grassi contempla múltiples alternativas de pago, con recuperos que van desde el 30% hasta el 200% en dólares (Pablo Lupa) A cinco años del inicio del concurso preventivo, Vicentin atraviesa su última instancia judicial con la apertura del proceso de cramdown, el mecanismo que permite a un tercero presentar una propuesta de pago para evitar la quiebra de la empresa. En este caso, el único oferente es Grassi S.A., que busca quedarse con el control de la agroexportadora mediante un esquema de compensaciones destinado a convencer a los 1.600 acreedores que tiene la compañía. La propuesta, presentada formalmente ante el juzgado y difundida en la web cramdownvicentin.com, contempla una amplia variedad de opciones según el tipo y tamaño del acreedor, con la particularidad de que todos los créditos serán convertidos a dólares a una tasa de $60,78 por unidad, valor correspondiente al 10 de febrero de 2020, fecha en que se verificaron las deudas. Según explicaron desde la firma, el objetivo es evitar la liquidación de activos y reactivar la operatoria de Vicentin a partir de la originación de soja. “Vimos hace cinco años que era fundamental mantener, sin desguazar. Lo que necesitamos es poder competir con estos monstruos y para eso necesitamos originación de soja”, señaló Mariano Grassi, presidente de la compañía, en diálogo con Infobae. Las alternativas para los acreedores El esquema de Grassi incluye tres grandes grupos de opciones: abastecimiento en especie (soja), capitalización en acciones y pagos con quita y espera. Dentro de cada uno se detallan subtipos con distintos niveles de recupero, anticipo o riesgo. En el caso de los acreedores granarios, las propuestas más atractivas se concentran en la “Alternativa A”, que ofrece recuperos de hasta el 200% del crédito original en dólares.El mecanismo parte de una conversión: un crédito de $3.036.500 verificado en 2020 se transforma en USD 50.000 al tipo de cambio fijado, y a partir de ahí se abren tres caminos posibles. El primero es el abastecimiento directo sin anticipo financiero, que proyecta un recupero total del 200%. En este esquema, el acreedor entrega soja durante diez años —por ejemplo, 1.000 toneladas anuales— con un sobreprecio de USD 10 por tonelada, lo que equivale a un retorno total de USD 100.000 sobre una acreencia de USD 50.000. Los acreedores granarios que opten por la entrega de soja podrán recibir bonificaciones de hasta USD 10 por tonelada durante diez años (Reuters) Una segunda modalidad, denominada “Abastecimiento directo con fideicomiso de soporte”, combina la entrega parcial de granos con la cesión de otra parte al fideicomiso administrado por Cerealista Hughes S.A. Allí, el acreedor podría obtener un recupero adicional del 80% al 120% según los resultados del fondo. También existe una opción con anticipo financiero, en la cual el acreedor recibe hasta USD 25.000 inmediatos, equivalentes al 50% de su crédito, y luego compensa esa suma con entregas de soja durante la década siguiente. En este caso, el recupero estimado es del 140% en dólares, con una bonificación de USD 7 por tonelada una vez saldado el anticipo. Además, los productores o acopiadores que no puedan cumplir con la entrega física pueden integrarse a otros esquemas mediante fideicomisos, con o sin anticipo, o elegir directamente las opciones financieras. Estas últimas, identificadas como Alternativa C, ofrecen pagos con quita y espera, con recuperos que van del 30% al 40% en un plazo de diez años y distintas tasas de interés anuales en dólares. Para quienes prefieran una salida rápida, el plan también prevé pagos inmediatos de entre el 9% y el 11% del crédito, en plazos de 90 a 390 días tras la homologación judicial. Cada modalidad tiene cupos máximos que van de USD 27 a 33 millones de acreencias totales. Por otra parte, la Alternativa B permite capitalizar créditos en acciones de Vicentin, con un ratio de 0,01% del capital por cada USD 200.000, y un tope del 30% del total accionario. Grassi mantiene el derecho de recompra de esas acciones en distintos tramos de tiempo, con incrementos del 10%, 20% y 30% según el año. “El objetivo fue que los acreedores recuperaran todo. Si tenías USD 100.000 a $60, ahora vas a recibir el doble nominalmente en dólares. Los acreedores que le vendan soja a Vicentin van a tener sobreprecio para recuperar el doble de lo que les quedó debiendo Vicentin”, explicó Grassi durante la entrevista. Votación y plazos del cramdown A diferencia de un concurso tradicional, el proceso de cramdown implica que el oferente —en este caso, Grassi— debe contactar individualmente a cada acreedor, presentarle las condiciones y obtener su voto favorable. “El único que está buscando votos es Grassi. Ni siquiera Nofal recibió llamadas de nadie más que nosotros”, afirmó el empresario. El proceso de votación del cramdown se extenderá hasta el 31 de octubre y requiere el apoyo de dos tercios del capital adeudado. (Pablo Lupa) Según el cronograma judicial, los acreedores tienen plazo hasta el 31 de octubre para emitir su voto. Se necesitan al menos 800 adhesiones y dos tercios del capital total para que la propuesta sea aprobada y Vicentin evite la quiebra. “Son 1.600 acreedores en total. Ya tenemos de palabra más de 400 votos y hace tres días que se puede votar”, sostuvo. Grassi destacó que “se está volcando mucha gente a la soja” y que más del 50% del capital comprometido ya está orientado hacia esa modalidad. Sin embargo, advirtió que el esquema tiene un cupo máximo de 3,5 millones de toneladas por año y recomendó que los medianos y pequeños acreedores no se demoren: “Los granarios más grandes están eligiendo la soja y quedan 2,5 millones de toneladas disponibles”. El empresario también reveló que detrás del plan participa un fondo de inversión (CIMA), el mismo que ingresó en el negocio de celulosa, que adquirió parte de la deuda de los bancos extranjeros. “Algunos bancos del exterior nos pidieron que hiciéramos lo mismo. Pusimos un límite de USD 3 millones”, indicó. Finalmente, recordó que los acreedores financieros que aporten nueva prefinanciación de exportaciones también podrán mejorar su recupero: “Si además financian a Vicentin con nuevos créditos, pueden recuperar el 100% de la deuda. Algunos bancos nos van a financiar y van a poder recuperar su acreencia”. Punto de inflexión El proceso de cramdown marca una etapa decisiva para la compañía, que acumula cinco años de conflicto judicial y comercial desde que se declaró en cesación de pagos. En esta nueva instancia, la posibilidad de que Grassi reúna los votos necesarios podría redefinir el futuro de una de las principales exportadoras agroindustriales del país. “Es impresionante lo que está pasando”, resumió Grassi, convencido de que su propuesta ofrece una salida sustentable. Si el plan logra el respaldo suficiente antes del 31 de octubre, Vicentin evitaría la quiebra y avanzaría el esquema de continuidad operativa bajo la propuesta presentada, con un esquema de pagos en dólares y un horizonte de recuperación a diez años.
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