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  • Cuando Ramón La Cruz peleó en Concordia

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 04/10/2025 20:33

    Pero su actividad comercial comenzó a decaer por fallecimiento de sus propietarios a mediados del siglo XX hasta su cierre final fue en 1961. Luego de un tiempo, el local fue alquilado por promotores de box donde se organizaban interesantes peleas, aprovechando las dimensiones del sitio que adecuadamente preparado, que le daban una fisonomía de estadio. Una de las peleas programadas, creo que fue en 1966 o 67 fue la de Ramón La Cruz con el cordobés Carlos Martiarena, a quien ya le había ganado por puntos, siendo el chaqueño La Cruz un verdadero noqueador con un 50% de las peleas ganadas por KO. Es posible que algunos datos no sean fieles ya que estoy relatando cosas que pasaron hace 50 años o mas, aunque lo esencial está resguardado. La Cruz tuvo una brillante carrera pugilística con 137 combates en la categoría welter y combatió con los mejores de su tiempo, como el concordiense Esteban Osuna, Mario Omar Guillotti, Abel Cachazú, Horacio Saldaño, Miguel Angel Castellini y disputó el título mundial con Curtis Cokes en Nueva Orleans, con quien hizo una gran pelea, a pesar de no estar en las mejores condiciones por una lesión en su mano izquierda y perdió por puntos en fallo dividido. Me interesaba mucho verlo porque no había televisión en Concordia y nunca lo había visto combatir. Solo había escuchado sus peleas por radio por aquel gran relator de box que fue Osvaldo Caffarelli. Algunos comercios de artículos del hogar, como la recordada Casa Furrer tenían una inmensa antena, la que en algunas oportunidades te permitían ver malamente el Canal 13 de Santa Fe, y cuando había algún acontecimiento deportivo, congregaba una verdadera multitud en la vereda para ver un poco de televisión y un poco de lluvia, Anduve buscando a alguien que quisiera concurrir a verlo en vivo pero infortunadamente no encontré a nadie que le interesara. Resignado esa noche me fui al Café Ideal a la espera de encontrar algún conocido que fuera entusiasta de este deporte para que me acompañe, cosa que no ocurrió. Las preliminares estaban programadas para las 21, y ya a las 21.30 me resigné finalmente a no poder presenciar el combate y perderme las preliminares, donde uno podía ver a esos muchachos con sueños de noches de ring. Me dediqué entonces a tomar café, fumar unos cigarrillos y leer el diario. Como a las 22.30 entra al Café un colega del Laboratorio Inca (que después se llamaría Labinca) llamado Jorge Kolzi y para mi sorpresa me dice que buscaba alguien para concurrir a ver la pelea y me pide que lo acompañe -No Jorge, te agradezco, pero ya nos perdimos todas las preliminares y a esta hora ya debe de haber empezado la de fondo- -Mirá que no. Yo recién pasé por allí y estaba comenzando la de semi fondo, así que estamos a tiempo- Me dejé convencer y finalmente fuimos. No había más entradas, salvo en ring-side y que no se habían vendido por su alto costo. -¿Qué hacemos- me dice Kolzi - Y…ya que vinimos hasta acá… paguemos- El precio de la entrada ring side era realmente muy alto, pero pagamos para ver un espectáculo de esa categoría. El inmenso local estaba totalmente lleno cuando el acomodador nos llevó a nuestra ubicación, que era inmejorable al lado del ring. Ramón La Cruz y Martiarena ya estaban sobre el ring cuando nos sentamos. Fue en ese momento que veo un vendedor de choripanes y le pregunté a Kolzi si quería uno, a lo que me respondió afirmativamente. Vino entonces el vendedor y le compré dos, y mientras lo hacía, la gritería era ensordecedora y la gente además se paraba mientras yo pagaba los dos choripanes. Pude entrever entre el público puesto de pie y el choripanero a un boxeador en la lona y al árbitro contando. ¿Puede alguien imaginar que la pelea ya había terminado y que La Cruz lo noqueó en un total de 20 segundos? Yo no lo podía creer. Aparte de no haber visto nada de la pelea, solo a La Cruz desde una distancia de 5 ó 6 metros, pagué los choripanes más caros del mundo y las maldiciones que se ligó Kolzi no creo que se las olvide jamás, si es que aún vive. Ads Ads

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