Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • La ciudad donde nació el Titanic, un desayuno contundente y la fascinante Calzada del Gigante

    » Clarin

    Fecha: 03/10/2025 01:02

    Respira identidad irlandesa en cada esquina, presume de una ribera renovada gracias a la transformación de los antiguos astilleros y ofrece una vida nocturna vibrante entre pubs y propuestas gastronómicas. Muy cerca, la costa más abrupta y cautivadora del país se despliega como un escenario de película. Todo eso, y más, es Belfast. Durante años asociada al conflicto, Belfast aprendió a reinventarse sin borrar sus cicatrices. Quien la recorra con atención descubrirá que aún resuenan las huellas de The Troubles, ese largo período de tensiones políticas y religiosas que dividió a la sociedad. Pero la firma del Acuerdo de Viernes Santo hace casi tres décadas abrió un camino de reconciliación, y desde entonces la capital de Irlanda del Norte se convirtió en una ciudad vibrante, orgullosa de su memoria y de su capacidad de transformación. Hoy, la vida cotidiana fluye entre cafés, jardines, pubs y museos, mientras la ribera se viste de modernidad y la cultura universitaria aporta juventud y movimiento. Del mercado al castillo Belfast se disfruta caminando. El paseo puede comenzar bajo el techo de hierro y vidrio del histórico St. George’s Market, activo desde el siglo XVII y todavía rebosante de aromas y sonidos. St George's Market, un antigo mercado de la ciudad, aún en funcionamiento. Foto Turismo Belfast Allí conviven puestos de antigüedades, artesanías y música en vivo, pero lo que más convoca es la comida. Probar un Ulster Fry, el desayuno tradicional: panceta, salchicha, morcilla, huevos, champiñones, tomates, pan de soda y pan de papa, ambos fritos y bien crujientes, todo entre largas mesas compartidas es entrar de lleno en la vida local. Murales en Belfast. Foto Turismo Belfast Desde allí, el camino puede llevarte a bordo de un Black Taxi Tour (£40 para dos personas), donde un conductor relata en primera persona lo que fue vivir en una ciudad dividida. Murales políticos, Muros de la Paz y compuertas que recuerdan antiguos puestos de control revelan un pasado reciente que todavía late en cada callejón. Murales en Belfast. Foto Turismo Belfast No lejos del centro se encuentra el sitio perfecto para escuchar historias de fugas, ejecuciones, deportaciones y bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Construida en 1845, la cárcel de Crumlin Road funcionó durante 150 años y acogió a 25.000 presos (£19.50, visita guiada). La ciudad también sorprende con su patrimonio arquitectónico. En lo alto de Cave Hill se levanta el Castillo de Belfast (entrada gratuita), vigilando desde hace ocho siglos la bahía y ofreciendo vistas que se extienden hasta colinas lejanas. El castillo, imponente. Foto Turismo Belfast Los senderos del Cave Hill Country Park permiten entender por qué los habitantes aseguran que no conocés la ciudad de verdad hasta que la mirás desde allí. No muy lejos, el Castillo de Hillsborough, residencia oficial de la monarquía británica en Irlanda del Norte desde 1922 (£20,20 por persona, £10 sólo ingreso a los jardines), despliega fastuosidad georgiana entre jardines formales y bosques, escenario de encuentros diplomáticos y de la firma de acuerdos históricos. Entre historia marítima y modernidad urbana La ribera de Belfast recuerda que aquí se construyó el Titanic. El barrio conocido como Titanic Quarter honra ese pasado naval con un edificio monumental que evoca la proa del transatlántico (ingreso al museo £30 por persona). Titanic Belfast, el Museo del Titanic. Foto Turismo Belfast En su interior, nueve galerías interactivas cuentan la epopeya de la nave y la historia de los astilleros. Allí fuera, una silueta metálica dibuja la posición del Titanic durante su construcción y dentro piezas recuperadas del naufragio se lucen en los salones. Hoteles y restaurantes de la zona recuperan piezas originales de aquel tiempo en que la ciudad era un gigante de la construcción marítima. El centro urbano tiene otro ícono en el Ayuntamiento (£6, menores de 18 años, gratis), con su cúpula de cobre y su estilo neobarroco. Las visitas guiadas revelan escaleras de mármol, vitrales y mosaicos que transmiten el orgullo cívico de la capital. El bello edificio del Ayuntamiento de Belfast. Foto Shutterstock No muy lejos, sobre Waring Street, se alza el Merchant Hotel, un lujoso cinco estrellas que en su origen fue sede del Ulster Bank. Diseñado en 1857 por James Hamilton, conserva yeserías espectaculares y la elegancia propia de los tiempos en que Belfast emergía como potencia comercial. La ciudad, además, se disfruta a través de su gastronomía. En el corazón del Queen’s Quarter, el restaurante Deanes at Queen’s combina cocina local y estacional con una de las mejores terrazas, que mira al Jardín Botánico y al Museo del Ulster (ambos con ingreso gratuito). Esta zona universitaria es un pulmón verde de calles arboladas, librerías y cafés. La Queen’s University, de prestigio internacional, se integra al paisaje con su arquitectura imponente (con una fuerte reminiscencia a Hogwarts de Harry Potter), mientras que el Jardín Botánico ofrece un paseo entre invernaderos victorianos y céspedes tranquilos. Vista en Belfast. Foto Shutterstock El Museo del Ulster guarda tesoros que van desde historia natural hasta arte y exposiciones sobre la historia de Irlanda del Norte, incluyendo tesoros de la Fragata Girona, esqueletos de dinosaurios y el cuerpo momificado de Takabuti. Muy cerca, Lisburn Road suma un costado más moderno con tiendas, vinotecas y tiendas gourmet. En esa misma área se encuentra The Harrison Chambers of Distinction, un conjunto de residencias victorianas restauradas con ingenio: cada habitación tiene una personalidad propia, con camas con dosel, bañeras en suite y detalles excéntricos que reflejan tanto el humor irónico como la elegancia de la ciudad. Su propietaria, Melanie Harrison, combinó objetos antiguos con las comodidades actuales, creando un espacio que rinde homenaje a la historia de Belfast y a quienes la hicieron posible. Metropolitan Arts Centre (MAC) en Belfast. Foto Turismo Belfast Un paisaje de película Una visita cercana (a 97 km) sumerge en uno de los Patrimonios de la Humanidad: Calzada del Gigante, resultado del enfriamiento rápido de lava que dio origen a 40 000 columnas de basalto hace unos 60 millones de años. Aquí se filmaron películas como “Cómo entrenar a tu dragón”, "El despertar de la Fuerza" de la saga de Star Wars y "Harry Potter y el misterio del príncipe”. El camino hacia allí, deja decenas de escenarios de "The Games of Thrones", mientras que apenas a 40 minutos se encuentra el estudio que recibe en tour a los fanáticos (£29.50). La famosa Calzada del Gigante, cerca de Belfast. Foto Shutterstock

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por