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» La voz
Fecha: 03/10/2025 01:00
La empresa de moda rápida Shein anunció que abrirá en noviembre sus primeros locales permanentes en Francia, en asociación con la Société des Grands Magasins (SGM). Hasta ahora, la firma había instalado tiendas temporales en distintas ciudades del mundo, principalmente con fines de marketing. El desembarco incluye un local en la sexta planta del BHV, en pleno centro de París, y otros cinco espacios dentro de las Galeries Lafayette de Dijon, Grenoble, Reims, Limoges y Angers. Según la compañía, la iniciativa permitirá crear unos 200 empleos directos e indirectos. El presidente de SGM, Frédéric Merlin, defendió la alianza y sostuvo que atraerá a un público más joven a los grandes almacenes. “Un cliente puede comprar una prenda de Shein y un bolso de diseño el mismo día”, ejemplificó. Críticas al modelo de fast fashion El anuncio desató una fuerte polémica en Francia. Asociaciones de minoristas y legisladores señalaron que Shein compite en condiciones desiguales frente a las marcas locales, ya que no está sujeta a las mismas normas europeas en materia ambiental, social y de seguridad del consumidor. “Tras destruir decenas de marcas francesas, ahora pretende inundar aún más nuestro mercado con productos descartables”, advirtió Yann Rivoallan, de la Fédération Française du Prêt-à-Porter. En paralelo, la Asamblea Nacional avanza con un proyecto de ley para regular la fast fashion, que podría incluso prohibir a Shein hacer publicidad en territorio francés. Éxito global y polémicas recurrentes Fundada en China en 2012 y con sede en Singapur, Shein se consolidó como uno de los gigantes del comercio electrónico por su estrategia digital y precios extremadamente bajos. En 2022 facturó 23 mil millones de dólares y empleó a más de 16 mil personas en el mundo. Sin embargo, la empresa enfrenta cuestionamientos por el impacto ambiental de la producción masiva de ropa y por las condiciones laborales de sus proveedores. En Europa, su presencia ya afecta la viabilidad de cadenas locales que compiten con dificultad frente a la “ultrafast fashion”.
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