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Fecha: 02/10/2025 19:06
La celebración de hoy Pentecostés, Solemnidad: Ven Espíritu Santo Creador La solemnidad de Pentecostés marca el final de la Pascua, y celebramos la venida y efusión del Espíritu Santo que dio origen al nacimiento de la Iglesia Coronilla a la Misericordia Reza ahora la Coronilla Jesús en ti Confío Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Domingo y Consagración Consagramos nuestro día al Señor y nos nutrimos de Su Eucaristía pidiendo paz y alegría en nuestras familias y por tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy, se nos revela que el Resucitado viene a confirmar su paz en medio del miedo y a instituir la misión apostólica como obra del Espíritu Santo. Presta atención a las lecturas de hoy. Primera lectura: Hechos 2,1-11. En aquellos días, al llegar el día de Pentecostés, se habían reunido todos en una habitación, cuando de repente oyeron lo que parecía un fuerte viento del cielo, cuyo ruido llenó toda la casa en la que estaban sentados; y se les apareció algo que parecían lenguas de fuego; estas se separaron y vinieron a posarse sobre la cabeza de cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar lenguas extranjeras, pues el Espíritu les concedía el don de la palabra. En Jerusalén vivían hombres devotos de todas las naciones bajo el cielo, y al oír esto se reunieron todos, cada uno desconcertado al oír a estos hombres hablar su propia lengua. Estaban asombrados y estupefactos. «Seguramente», decían, «todos estos que hablan son galileos. ¿Cómo es posible que cada uno de nosotros los oiga en su propia lengua? Partos, medos y elamitas; gentes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las partes de Libia que rodean Cirene; así como visitantes de Roma, judíos y prosélitos por igual, cretenses y árabes; les oímos predicar en nuestra propia lengua las maravillas de Dios». Salmo 104(103): Envía tu espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra. (R) Bendice, alma mía, al Señor. Señor Dios, qué grande eres, cuántas son tus obras, oh Señor. La tierra está llena de tus riquezas. /R. Tú retiras tu espíritu, ellos mueren, volviendo al polvo de donde salieron. Envías tu espíritu, son creados; y renuevas la faz de la tierra. /R. Que la gloria del Señor sea eterna. ¡Que el Señor se regocije en sus obras! Que mis pensamientos le sean agradables. En el Señor encuentro mi alegría. /R. 1 Corintios 12,3-7.12-13. Nadie puede decir: «Jesús es el Señor», si no está bajo la influencia del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero siempre el mismo Espíritu; hay toda clase de servicios que prestar, pero siempre al mismo Señor; actúa de muy diversas maneras en las distintas personas, pero es el mismo Dios quien actúa en todas ellas. La manera particular en que el Espíritu es dado a cada persona es para un buen propósito. Al igual que un cuerpo humano, aunque se compone de muchas partes, es una sola unidad, porque todas estas partes, aunque muchas, forman un solo cuerpo, lo mismo sucede con Cristo. En un solo Espíritu fuimos bautizados todos, judíos y griegos, esclavos y ciudadanos, y a todos se nos dio a beber un solo Espíritu. Palabra de Dios. Evangelio: Juan 20,19-23. En aquellos días, al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan». Palabra del Señor.
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