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Concordia » Hora Digital
Fecha: 02/10/2025 09:50
El Banco Central Europeo (BCE) divulgó recientemente una recomendación poco común en tiempos de digitalización avanzada: “mantenga la calma y lleve efectivo”. Según un estudio institucional difundido por el organismo, contar con dinero en billetes —disponible para afrontar necesidades urgentes del día a día durante al menos tres días— puede servir de respaldo ante fallas en infraestructura financiera, cortes en servicios o perturbaciones sistémicas. A continuación, se destacan los puntos clave de esta sugerencia, los casos precedentes que justifican el llamado y las implicancias prácticas para ciudadanos e instituciones. ¿Por qué apostar al efectivo en plena era digital? El BCE subraya que, incluso en un ecosistema dominado por pagos electrónicos, el efectivo mantiene un rol estratégico como mecanismo de respaldo. En situaciones de crisis —ya sean económicas, sociales o técnicas— la liquidez física adquiere un valor distinto: accesibilidad, independencia del sistema digital y sencillez en operaciones. El estudio especifica que lo recomendado no es acumular grandes montos, sino disponer de un monto que permita cubrir emergencias básicas durante 72 horas. Ese margen temporal considera gastos esenciales —alimentación, transporte, medicinas, comunicaciones mínimas— cuando los canales electrónicos pudieran fallar. En algunos países de la Unión Europea ya se manejan cifras orientativas: en Holanda, Austria y Finlandia, por ejemplo, se recomienda que las personas cuenten con entre 70 y 100 euros en efectivo disponible. La lógica no apunta a promover el pánico, aclaran los autores. Más bien, el objetivo es reforzar una “reserva de seguridad” que actúe como amortiguador cuando la confianza en la infraestructura financiera o digital se ve comprometida. En ese sentido, la tangibilidad del dinero físico brinda una sensación de control que los sistemas digitales no ofrecen en momentos de tensión. Adicionalmente, el estudio revisa cómo el uso del efectivo tiende a incrementarse en episodios críticos. Durante crisis precedentes, ciudadanos y mercados buscaron refugio en la liquidez física ante interrupciones en los flujos bancarios, red de pagos o sistemas informáticos. Focos históricos que respaldan la recomendación El estudio del BCE analiza cuatro crisis recientes en Europa que ilustran cómo el efectivo actúa en escenarios adversos: La pandemia de COVID-19 (2020) Frente a la incertidumbre sanitaria y económica, en la zona euro la emisión de billetes creció considerablemente: se registró un incremento neto de más de 140.000 millones de euros, muy por encima del promedio anual habitual de 55.000 millones. Este salto refleja que muchas personas optaron por aferrarse al dinero líquido ante la inseguridad del futuro. La guerra entre Rusia y Ucrania En los países vecinos del conflicto hubo un marcado aumento en la demanda de efectivo. La cercanía al riesgo geopolítico y la preocupación por ciberataques o interrupciones digitales alentaron la preferencia por dinero físico como recurso seguro. La crisis de deuda griega En los años en que Grecia enfrentó alta volatilidad financiera y desequilibrios macroeconómicos, los ciudadanos incrementaron su recurrencia al efectivo. El temor al colapso bancario o a restricciones en el sistema hizo que el billete recuperara protagonismo como instrumento de liquidez inmediata. El apagón en la península ibérica (28 de abril de 2025) Uno de los ejemplos más recientes. La falla en la red eléctrica y en servicios digitales dejó a millones de personas sin acceso a pagos electrónicos. En las zonas afectadas, el uso de tarjetas físicas cayó entre un 41 % y 42 % y el comercio electrónico se desplomó un 54 %. Ante ese escenario, el efectivo se transformó en la única herramienta viable para transacciones básicas. Tras el apagón, muchos usuarios sin acceso a cajeros automáticos vieron cómo su liquidez dependía exclusivamente del dinero en billetes que tuvieran al momento del corte. Al restablecerse el servicio, las retiradas de efectivo se dispararon, lo que sugiere que hubo una demanda acumulada y la intención de reabastecer reservas. ¿Qué implica esta recomendación para los ciudadanos? Cantidad sugerida Tener efectivo disponible para cubrir gastos esenciales durante 72 horas. No se trata de acumular fortunas, sino asegurar una reserva suficiente para contingencias. Rotación y cuidado del dinero Los billetes deben conservarse en buen estado y rotarse periódicamente para evitar deterioro, pérdida de valor o vencimiento (por desgaste). Es recomendable reemplazarlos antes de que se degraden. Ubicación segura Mantener el efectivo en un lugar seguro dentro del hogar o bajo custodia confiable. No es conveniente exhibir grandes cantidades ni almacenarlo en sitios vulnerables. Equilibrio con lo digital Esta reserva de efectivo no debe sustituir los canales electrónicos regulares ni las cuentas bancarias: se proyecta como un complemento para emergencias, no como una alternativa permanente a las plataformas financieras digitales. Conciencia institucional Gobiernos, bancos centrales y entidades privadas deberán contemplar medidas que faciliten el acceso al efectivo en situaciones críticas (mantenimiento de cajeros automáticos, logística de billetes, redes de pago de respaldo), sobre todo en crisis sistémicas.
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