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  • Crimen de la enfermera en Esperanza: “Estamos por seguro que fue solo él quien asesinó a mi mamá”

    » Elterritorio

    Fecha: 02/10/2025 07:59

    Marianella Núñez dio detalles de lo que saben en torno al asesinato de su mamá Irene Elvira Medina, la enfermera de 61 años que fue asesinada a golpes el último fin de semana en la localidad. Descartó el robo y un ataque sexual como móviles del ataque y describió al detenido como una persona violenta. miércoles 01 de octubre de 2025 | 21:15hs. La imagen de una mujer sumamente bondadosa, siempre predispuesta a ayudar con mucho amor a su comunidad a partir de su firme compromiso con lo que hacía y que siempre buscó inculcar a sus más cercanos, es el recuerdo que vive y vivirá por siempre en Puerto Esperanza sobre Irene Elvira Medina, la enfermera de 61 años que el último fin de semana fue hallada asesinada a golpes en un baldío del barrio Villa Nueva de la localidad, a pocos metros de la casa donde horas antes había ido a trabajar. Por estas horas, el inmenso dolor que atraviesa el corazón de sus ocho hijos y de todos quienes la querían en el pueblo solamente se iguala con el firme compromiso de lucha por Justicia y rápido esclarecimiento del crimen. Una de las personas que intenta sobreponerse a este duro momento es Marianella Núñez, hija de Elvira, quien durante una entrevista con El Territorio no ocultó su tristeza por lo ocurrido. Y que, además, contó lo que saben en torno a los últimos minutos con vida de su familiar, como así también las sospechas y certezas que tiene por estas horas su familia en torno al asesinato. Y el rol que tuvo el único detenido que tiene la investigación: Andrés G. (45), hijo del paciente al que asistía la víctima. Justamente sobre la participación en el hecho de este último, Marianella lo apuntó como único implicado en el caso. “Nosotros damos por seguro que fue solo él. Incluso tenemos dos testigos, que son gente de la casa de al lado donde trabajaba mi mamá, que se acercaron y contaron lo que vieron ese día”, aseguró la entrevistada, quien fue en primera instancia quien denunció la desaparición de su familiar ante la Policía. Además, narró que ese viernes por la noche, junto a su hermana, fueron hasta la casa donde esa tarde Elvira debía hacer curaciones a un hombre mayor de edad, padre del detenido. Pero que, al llegar, a pesar de golpear y gritar el nombre de la enfermera, desde el interior de la casa nadie las atendió. “Estuvimos aplaudiendo, gritando el nombre de mi mamá hasta que sale un hijo del testigo y que gracias a que ve por el costado de su casa, nos dice que había una persona dentro de la casa viendo la tele. Es ahí donde este chico entró, le golpeó la puerta y nos permitió poder hablar con esta persona”. Sobre ese primer contacto con el sospechoso, horas antes de conocerse el hallazgo del cuerpo, Marianella comentó: "Nosotros vimos a una persona lucida, sí que estaba en un estado de nerviosismo, pero muy consciente de lo que nos estaba diciendo en ese momento. Él tenía un polar, tenía los brazos y el cuello todos marcados”, añadió Núñez sobre las maniobras que había hecho el detenido para ocultar los signos de defensa que habría dejado su madre en el cuerpo del detenido y que hacen suponer que existió un forcejeo entre ambos previo al crimen. “Nosotros le dijimos que mi mamá había ido a trabajar ese día y que uno de los muchachos dijo que le vio entrar. Entonces esta persona nos dijo ‘yo le voy a preguntar a mi papá’, aunque nosotros sospechábamos que en realidad no lo hizo. Y cuando vuelve, dijo que, si hizo las curaciones a su padre, pero que ya no estaba en el lugar”, agregó la entrevistada, quien en ese momento ante la falta de noticias de su familiar y las actitudes sospechosas del detenido le amenazó a este con ir a la Policía a alertar lo que estaba sucediendo. Acto seguido, Marianella contó que cuando la policía llegó al lugar, los uniformados entraron en la casa, instancia en donde el acusado buscó hacerse la víctima en todo momento: “Decía que él siempre era el malo, que siempre lo culpaba por todo”. Luego, recordó que ya cerca de la madrugada del sábado, cuando acababa de salir de la comisaria en donde había hecho una ampliación de datos sobre la desaparición de su mamá, le avisan desde la policía que habían encontrado el cuerpo, en cercanías a la casa del sospechoso. Móvil del crimen El cuerpo de Elvira fue encontrado por la Policía, a unos 10 metros aproximadamente de la casa del detenido, en el predio de un baldío que está detrás del muro de la casa del acusado. “La policía tenía dos hipótesis, una que él quería robarle y que él quiso violar a mi mama. Tenemos la autopsia y tenemos el testigo que le reconoció a mi mama, que vio el cuerpo ese día, las lastimaduras, golpes y él nos cuenta que la ropa interior estaba bien puesta. Nosotros, como hermanas, descartamos la violación. Además, las pertenecías con las que ella salió: su maletín y el teléfono estaba en la casa de esta persona. Incluso sabemos que en esa primera vez él se quiso deshacer del teléfono, porque el chip lo encontraron en la basura, por lo que también descartamos el robo”, afirmó la entrevistada sobre las sospechas que tienen sobre el ataque. “El testigo nos dice que es un hombre drogadicto, pero muy lucido, que sabe muy bien lo que hace. Ellos tenían charlas en donde esta persona decía que podía entrar a robar y que lo iban a liberar, no sé si tiene antecedentes, pero tenemos muchachos que trabajaron ahí y que dicen que era loco y agresivo”. Por otro lado, Marianella contó que su madre había empezado a trabajar en esa casa hacía poco más de dos semanas. Que una hermana del detenido, desde Buenos Aires, había contratado a la enfermera para que se haga cargo de los cuidados del abuelo, una persona con dificultad para escuchar y que estaba postrada en su cama. “Mi mama tenía un trabajo fijo, de domingo a jueves en donde ella trabajaba por la noche y entraba a las 6 de la tarde. Ella no tenía horario fijo al trabajo de esta gente (casa del detenido). Pero solía ir a eso de las 2 o 3 de la tarde, pero tardaba media horita. Pero los viernes y los sábados, como no trabaja en el otro trabajo, solía ir un poco más tarde a hacerle las curaciones a este señor”, indicó la entrevistada, quien por imágenes de cámaras de seguridad de su casa sabe que su familiar salió ese viernes a las 15. Y que en pocos minutos llegaba a la casa del acusado, ya que solo cinco cuadras separan ambas viviendas. “Mi mamá tenía un trabajo fijo que era cuidar a una señora con alzheimer, donde ella se iba a dormir, después ella le tomaba la presión y le media el azúcar a una abuela, y después surgió el trabajo con esta gente”. Últimas comunicaciones En otro tramo de la charla, Marianella contó que ese viernes fue de sus hermanos quien más habló con Elvira, ya que le había dicho que iría a visitarla a su casa. “Todos hablamos con mi mamá ese día. Tenemos un grupo de hermanos con mamá, yo estuve hasta las 2.30 hablando y soy la que más contacto tuvo con ella. Fue raro porque siempre avisaba si se quedaba sin batería en el celular, te explicaba todo para que uno se quedara tranquila”, afirmó. “Mi mamá tuvo un almuerzo con una amiga de mi hermano mayor. Esta amiga nos cuenta que a las 3 de la tarde mi mamá le dice que iba hacer una curación a un paciente, que en 20 minutos volvía. Pero pasaron las horas y la amiga se tenía que ir a las seis de la tarde y por eso entraron todas las cosas y dejaron en la casa de la vecina del al lado la llave de la casa de mi mamá. Justamente esta vecina es quien me llama a las 9 de la noche para avisarme que mi mamá no había vuelto, que la llave había quedado en su casa”. Y añadió: “Yo estuve en el terciario y como me queda de paso, a las seis de la tarde llego a la casa y nos encontramos con la casa cerrada y la radio encendida. Yo tenía la noción que ella podía estar en ese lugar (casa del detenido). Entonces yo entro por atrás, reviso que en la casa no esté acostada o que no me haya escuchado. Pero como no la vi preparé mi tereré y me fui al instituto. Justo cuando terminaba mi cursada me llama la vecina y me dice que se le hacía raro y le digo que me espere que iba a buscar la llave”. Recuerdo de una gran persona En otro tramo de la conversación, Núñez describió cómo era su madre y el legado que dejó en su comunidad. “Nos quedamos con todas las cosas que fue mi mama, crio ocho hijos como pudo, sola pero siempre trabajadora, nos enseñó a ser humildes, llenos de amor, a caminar por la vida y ser bondadosos y alegres. Acá el pueblo la recuerda con una imagen inigualable, era una persona con mucho amor, predispuesta a ayudar a todos”. “Estamos en el inicio de proceso muy largo en donde trataremos de que este hombre no salga y que nuestra justicia funcione. Ella murió como una persona trabajadora, se fue de la casa con la alegría que la caracterizaba, sin saber que se iba a encontrar con la muerte. Mi mamá se merece miles de reconocimientos y que su muerte no quede en la nada. Que se haga Justicia, porque mi mamá murió trabajando y dándole amor a lo que le gustaba hacer”.

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