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» Corrienteshoy
Fecha: 01/10/2025 15:05
Impactante revelación de un ingeniero: Nuestro puente Belgrano podría caerse como el Morandi Impactante revelación de un ingeniero: Nuestro puente Belgrano podría caerse como el Morandi El puente que une Corrientes y Resistencia fue diseñado bajo los mismos criterios que el Morandi en Italia, colapsado en 2018 con 43 víctimas fatales. Estudios señalaron fisuras, corrosión y sobrecarga diaria de vehículos que multiplican la presión sobre la estructura. El ingeniero Jorge Bernal advirtió en vida que el Belgrano es "un huérfano" sin protocolos de emergencia ni planes de seguridad. El puente General Manuel Belgrano, que conecta las capitales de Chaco y Corrientes sobre el río Paraná, fue inaugurado en 1973 y desde entonces se convirtió en el principal vínculo vial entre ambas provincias. Concebido en la década del 60 bajo la influencia del ingeniero italiano Riccardo Morandi, comparte la misma concepción estructural que el puente colapsado en Génova en 2018, donde murieron 43 personas. Aquella tragedia encendió las alarmas sobre la durabilidad de estas obras que en su momento fueron presentadas como "eternas" gracias al hormigón pretensado, pero que hoy se sabe no superan los 70 años de vida útil. Uno de los principales especialistas que dedicó su carrera a estudiar la situación del viaducto fue el ingeniero civil Jorge Bernal, docente e investigador chaqueño fallecido en 2020. Desde su mirada crítica, señaló que el puente presentaba síntomas de un envejecimiento prematuro y que los problemas detectados eran similares a los que mostraba la estructura italiana antes de su derrumbe. Entre ellos, mencionaba fisuras visibles, corrosión en las armaduras de hierro y una fatiga creciente en el hormigón, agravada por la falta de obras de mantenimiento. El único trabajo significativo en sus más de cinco décadas de servicio fue el reemplazo de tensores en 1987. Desde entonces, el flujo vehicular creció de manera exponencial: en los años 60 cruzaban alrededor de 5.000 automóviles diarios, mientras que en la actualidad transitan hasta 30.000 vehículos, incluidos camiones que superan las 40 toneladas. Esta sobrecarga genera presiones muy por encima de lo previsto originalmente. A los problemas de tráfico se suman los riesgos fluviales. El puente sufrió al menos once impactos de barcazas contra sus pilares. En uno de ellos se desprendió la protección de hormigón y en otro, la defensa fue desplazada quince metros de su ubicación original. Estos daños, nunca reparados con estudios técnicos de última generación, dejaron en evidencia la vulnerabilidad de la base estructural. A esto hay que sumarle deficiencias internas: badenes, microfisuras y corrosión se acumulan sin evaluaciones periódicas ni protocolos estandarizados. Tampoco existen planes de emergencia ni equipamientos mínimos como sistemas de monitoreo permanente o dispositivos de seguridad que ya son habituales en Europa y Estados Unidos. En sus escritos y conferencias, Bernal planteaba una serie de medidas urgentes para reducir los riesgos: recomponer las defensas fluviales, ampliar calzadas para distribuir cargas, establecer horarios diferenciados para la circulación de camiones, inspeccionar los pilares con tecnología moderna y adecuar la estructura a normas internacionales. El puente Belgrano, con más de medio siglo de uso intensivo, se encuentra hoy en una encrucijada. Las advertencias de los especialistas, sumadas a la experiencia de Génova, y con el alerta que significó el último accidente que dejó un muerto y múltiples heridos, conforman un llamado de atención sobre la necesidad de actuar a tiempo. La estructura es vital para la comunicación del Litoral argentino y su deterioro plantea un desafío ineludible para evitar que la historia vuelva a repetirse en una de las principales vías de conexión del país. Con información de N9
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