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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/09/2025 06:47
El Códice Gigas en exposición en el Klementinum, Biblioteca Nacional Checa, Praga La leyenda que rodea al Codex Gigas ha alimentado durante siglos la fascinación por este manuscrito medieval, conocido popularmente como la “Biblia del Diablo”. Su fama no solo se debe a su imponente tamaño, sino también a las historias sobrenaturales y enigmas históricos que lo acompañan. Entre los relatos más célebres destaca el de un monje de la localidad checa de Podlažice, quien, tras ser condenado a una forma de ejecución que implicaba ser sellado de por vida en un espacio reducido, habría intentado salvarse comprometiéndose a escribir el libro más grande jamás creado en una sola noche. Ante la imposibilidad de cumplir semejante tarea, según la leyenda, el monje habría invocado al Diablo, obteniendo así su ayuda a cambio de su alma. El Codex Gigas, cuyo nombre en latín significa “gran libro”, sobresale entre los manuscritos medievales que han llegado hasta la actualidad. Con unas dimensiones aproximadas de 91 por 51 centímetros y un peso de 75 kilogramos, este volumen monumental está compuesto por 310 hojas de pergamino, elaboradas a partir de piel de ternera y asno, lo que habría requerido sacrificar más de 160 animales para su confección. Tres páginas del manuscrito A diferencia de la mayoría de los manuscritos iluminados de la Edad Media, el Codex Gigas reúne en un solo tomo una variedad de textos independientes. Además de contener el Antiguo y el Nuevo Testamento, incluye copias manuscritas de obras históricas y científicas del historiador judío Flavio Josefo y del teólogo católico Isidoro de Sevilla. También incorpora una temprana historia de Bohemia, escrita por Cosmas de Praga, así como listas de conjuros y hechizos, un manual médico del siglo XII, un calendario y resúmenes de los alfabetos griego, hebreo y eslavo. El elemento más célebre del Codex Gigas, y el que le ha valido el apodo de “Biblia del Diablo”, es una ilustración a página completa de una figura demoníaca, representada con cuernos, garras, lengua bífida y grandes ojos blancos. Esta imagen inquietante, situada entre un texto sobre la penitencia y otro sobre exorcismos, se enfrenta a una página que muestra una ilustración igualmente grande de la Ciudad Celestial, lo que podría simbolizar las dos caras del más allá cristiano. La ilustración demoníaca ha sido objeto de numerosas interpretaciones y es uno de los motivos principales de la fama del manuscrito. Primer plano de la ilustración que dio a la "Biblia del Diablo" su apodo La historia documentada del Codex Gigas resulta tan enigmática como el significado de sus ilustraciones. Los especialistas descartan la posibilidad de que el manuscrito haya sido escrito en una sola noche, como sugiere la leyenda. En cambio, consideran que fue elaborado entre los años 1204 y 1230, probablemente por una sola persona. Aunque no se puede afirmar con certeza que se produjera en Podlažice, una nota en la primera página identifica al monasterio de esa localidad como su primer propietario conocido. La misma anotación indica que en 1295 el códice fue entregado a otro monasterio, y ese mismo año fue adquirido por una nueva orden religiosa. A partir de ese momento, la trayectoria del Codex Gigas a lo largo de los siglos puede reconstruirse solo de manera fragmentaria. En 1594, el manuscrito pasó a manos de Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y reconocido aficionado a lo oculto. Tras ser trasladado a Praga, el códice fue llevado a Estocolmo después de que el ejército sueco obtuviera una victoria estratégica durante la Guerra de los Treinta Años. El libro tiene un peso de 75 kilogramos y está compuesto por 310 hojas de pergamino, elaboradas a partir de piel de ternera y asno, lo que habría requerido sacrificar más de 160 animales para su confección Actualmente, el Codex Gigas se conserva en la Biblioteca Nacional de Suecia, donde sigue siendo objeto de leyendas locales. Un texto sueco publicado en 1858 relata la historia de un guardia que, tras quedarse dormido en el salón principal de la biblioteca, despertó y vio el códice flotando en el aire, liderando a otros libros en una especie de danza paranormal. Según la narración, “el guardia quedó y permaneció débil de mente desde ese día y tuvo que ser internado en el manicomio”. Otra anécdota recurrente involucra al célebre dramaturgo y novelista sueco August Strindberg. De acuerdo con el testimonio de un amigo y colega escritor, Strindberg, quien trabajó en la biblioteca y compartía el interés de Rodolfo II por lo oculto, solía colarse en el edificio por las noches, encendía una cerilla y leía la Biblia del Diablo con la esperanza de entrar en contacto con el inframundo.
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