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  • “Belén”, la segunda película de Dolores Fonzi: del dolor individual a la fuerza colectiva

    » El Ciudadano

    Fecha: 28/09/2025 13:19

    Salomé Davida / Especial para El Ciudadano Luego de debutar en su doble rol de directora y protagonista en Blondi, Dolores Fonzi regresa para narrar una historia atravesada por la injusticia y la fuerza colectiva. Su segunda película está inspirada en el caso real de Belén, la joven tucumana que en 2014 fue detenida tras llegar a la guardia de un hospital con fuertes dolores abdominales y pasó más de dos años encarcelada en prisión preventiva. En el film, Fonzi encarna a Soledad Deza, la abogada que asumió la defensa del caso y que, junto con un equipo de mujeres profesionales, logró visibilizar la situación y conseguir la liberación de la víctima. La película cuenta también con la participación de Julieta Cardinali y la impactante actuación de Camila Plaate en el rol de Belén, además de destacados intérpretes tucumanos como Sergio “Negro” Prina y Liliana Juárez. ¿Cómo contar un movimiento? Filmada en Tucumán, la obra no sólo pone en primer plano un caso paradigmático de criminalización de mujeres, sino que también refleja la efervescencia del feminismo en aquellos años, cuando las calles argentinas y latinoamericanas se llenaron de voces reclamando derechos. Es una película política, en tanto propone una manera de mirar el mundo, y feminista, por la decisión misma de su realización. El proyecto se inspira en el libro Somos Belén, de la periodista Ana Correa, y mantiene vivo el vínculo con la protagonista real de la historia, que prefiere permanecer en el anonimato pero sigue de cerca cada producción surgida a partir de su caso. El largometraje es original en mostrar la figura de Soledad en su rol de abogada defensora, con una personalidad firme y decidida, pero también como madre y esposa creyente. Esos dos aspectos del personaje no están escindidos: se muestra haciendo malabares con su vida cotidiana y al mismo tiempo trabajando día y noche, junto con el resto de mujeres del equipo, para sacar a Belén del lugar en el que injustamente se encuentra. Belén es, en realidad, el seudónimo elegido para dar a conocer el caso. Julieta -su verdadero nombre- teme por la estabilidad laboral de su familia. A partir de este disparador se destaca cómo esta joven fue víctima no sólo del sistema de salud y judicial, sino también de los prejuicios arraigados en la sociedad tucumana. La película, que compite estos días en el Festival de San Sebastián y que representará a la Argentina tanto en los Oscar como en los Goya, consolida a Dolores Fonzi como una de las voces más potentes del cine argentino contemporáneo. En medio de la oscuridad de la sala de cine, se perciben los gestos de las mujeres secándose las lágrimas provocadas por los planos sensibles de la dirección y el desempeño actoral de Camila Plaate. La historia también recibe aplausos espontáneos en los momentos más dramáticos. Belén se proyecta como una obra necesaria: en un presente donde el feminismo recibe críticas por parte de sectores que nunca formaron parte de él, ver una historia como ésta se siente como una bocanada de aire fresco para quienes siguen pensando que la construcción de una Argentina feminista es posible.

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