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» La Capital
Fecha: 28/09/2025 05:21
Fideo participó en los tres goles de Central y en el propio entendió el momento del rival y en lugar de festejarlo pidió disculpas. Para aplaudir Ángel Di María volvió a Central para darle una mano y aportar algo de todo lo que sabe y lo que es como jugador. Un partido más en un fútbol argentino al que inmediatamente pareció tomarle la mano y otro aporte inmenso para una victoria que Central necesitaba como el agua. La grandeza de Fideo se apreció en lo futbolístico y también desde lo humano, cuando decidió no gritar su gol y hasta pedir perdón frente a una hinchada de Gimnasia que estaba prendida fuego por el resultado. Creyó que festejarlo alocadamente iba a ser echar más leña al fuego. Un grande de verdad. En el final muchos hinchas lo silbaron, pero nutridos por la bronca que masticaban. Porque antes del partido lo que recibió Di María fueron todos mimos, aplausos y reconocimientos. Y cómo no mimar y reconocer a un jugador de esta categoría, al que se le hizo costumbre marcar la diferencia fecha tras fecha. Porque en la tarde lluviosa de La Plata, la diferencia la marcó de principio a fin. Un grandísimo partido de Angelito. Uno más. >> Leer más: Ángel Di María: "La gente de Gimnasia no merecía que festeje el gol" Ya cuando el cronómetro recién comenzaba a despabilarse corrió como loco en busca de un mal pase hacia atrás de Seoane. Se le fue apenas ancha. Segundos después inició la jugada que siguió por los pies de Copetti y que terminó con la definición de Alejo Veliz. Ya en un abrir y cerrar de ojos Di María comenzaba a demostrar que podía estar frente a una tarde de aquellas, como finalmente sucedió. Apenas un par de pelotas que no pudo entregar correctamente seguramente por el cansancio. Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/LigaAFA/status/1972020365515018259&partner=&hide_thread=false ¡Golazo del Fideo! Tras un hermoso enganche, Di María definió para el 3-0 de @RosarioCentral en El Bosque pic.twitter.com/xtJ2ekIqUP — Liga Profesional de Fútbol (@LigaAFA) September 27, 2025 Para la categoría que tiene y que demuestra partido a partido no ameritaría resaltar la sabiduría que le puso para jugar sabiendo que una amarilla lo dejaba afuera del próximo partido, nada menos que ante River, pero eso tampoco le impidió estar metido al ciento por ciento de principio a fin. Caminó por la cornisa cuando tocó desde atrás a un rival, pero terminó limpio de tarjetas. Pero claro, lo suyo pasa por otro lado, por hacer algo distinto cuando la pelota pasa por sus pies, y lo logró una vez más. Un titiritero de lujo que tuvo el equipo, especialmente en ese primer tiempo en el que prácticamente se floreó. >> Leer más: Central se propuso ganarlo en La Plata y lo hizo con buen fútbol y una diferencia de tres goles Holan lo mantuvo y fue determinante Y cuando parecía que las piernas no le daban más y que podía ser un firme candidato a dejar la cancha, Holan confió en él hasta el último minuto. Por eso su zurda resultó implacable en el córner que Enzo Giménez cabeceó al gol. image - 2025-09-27T173356.019 Ángel Di María camina para ejecutar un tiro de esquina y saluda a la hinchada de Gimnasia que lo aplaude. Celina Mutti Lovera / La Capital Más implacable fue esa enorme zurda en la definición del tercero, de su propia autoría. Fue el momento en el que entendió que frente a semejante diferencia cualquier estridencia en el festejo podía resultar provocativa. Miró a los hinchas del Lobo, levantó las manos y pidió disculpas. Di María hoy es el alma de Central, el goleador, el que hace jugar, el que asiste, el que puede darse el lujo de definir un clásico con un tiro libre de 30 metros, el que se despacha con un gol olímpico ante Boca, el que juega como lo hizo ahora en La Plata. Un grande.
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