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  • Cómo la nueva restricción del BCRA recalienta el dólar financiero y agranda la brecha cambiaria

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/09/2025 04:58

    El BCRA dispuso que quienes compren dólares oficiales ya no podrán utilizarlos para operar en los mercados financieros (Foto: Reuters) El viernes el Banco Central reintrodujo la restricción cruzada a través de la comunicación “A” 8336: Quienes compren dólares oficiales ya no podrán utilizarlos para operar en los mercados financieros. La medida apunta a frenar el arbitraje que realizaban ahorristas comprando al tipo de cambio oficial y revendiendo luego en la Bolsa a un precio mayor. La decisión llega en un momento clave cuando el Gobierno espera una fuerte liquidación del agro tras la breve eliminación de retenciones, que duró apenas tres días hasta alcanzar el tope de USD 7.000 millones. El objetivo oficial es claro: absorber la mayor cantidad posible de divisas en el mercado único y limitar la presión de los especuladores. La medida llega en respuesta a los primeros números que encendieron las alarmas. El martes, con liquidaciones por USD 287 millones por parte del agro, el BCRA logró comprar solo USD 85 millones. Al día siguiente, pese a ingresos récord del agro por USD 534 millones, la entidad habría terminado vendiendo USD 18 millones, según trascendidos periodísticos. De allí se desprende la necesidad de tomar decisiones regulatorias que permitan al Banco Central capturar la mayor proporción posible de los dólares ofrecidos por el sector agropecuario. El costo inmediato fue evidente, la brecha cambiaria saltó al 10% el índice de riesgo país trepó 70 puntos básicos y los ADR de empresas argentinas en Nueva York retrocedieron entre 1% y 6% en moneda dura, borrando las ganancias del inicio de la rueda. La brecha cambiaria saltó al 10% el índice de riesgo país trepó 70 puntos básicos y los ADR de empresas argentinas en Nueva York retrocedieron entre 1% y 6% en moneda dura Ya todo sabemos que el cepo desalienta la inversión extranjera y funciona como un impuesto oculto a la exportación, por lo que la reacción inicial no es sorpresiva y borra parte del optimismo generado a principios de semana tras el respaldo del Tesoro de Estados Unidos. Pero los costos no se limitan a cuestiones financieras. También hay un costo político al considerar que el Gobierno había hecho bandera de la desregulación de mercados, pero la vuelta a mayores controles cambiarios contradice ese discurso. El martes, con liquidaciones del agro por USD 287 millones, el BCRA logró comprar solo USD 85 millones. Al día siguiente, pese a ingresos récord del agro por USD 534 millones, la entidad habría terminado vendiendo USD 18 millones (Foto: Reuters) Aunque el impacto electoral todavía parece acotado -los ahorristas aún pueden comprar dólares oficiales-, el riesgo es que las restricciones deban endurecerse aún más de cara a las elecciones de octubre y el oficialismo pierda votos. Antecedentes de endurecimiento cambiario preelectoral La historia de las PASO 2019 ofrece un fresco recuerdo. Tras la aplastante victoria de Alberto Fernandez en agosto de 2019 por más de 16 puntos, el gobierno de Mauricio Macri se vio forzado a reintroducir los controles de capitales. En ese momento se limitó la compra de dólares para personas físicas a USD 10.000 por mes. La brecha cambiaria entre el dólar oficial y el blue se ubicó en un promedio del 10% durante el período, y ese diferencial bastó para que mucha gente decidiera utilizar su cupo mensual, retirarlo del banco y venderlo en el mercado informal. Desde la introducción del “cepo light” hasta las elecciones generales el BCRA perdió cerca de USD 10.000 millones de reservas. Finalmente, con la ratificación del resultado electoral en las elecciones generales de octubre, y ya sin temor al costo político de endurecer el cepo, el gobierno decidió reducir el cupo de compra de moneda extranjera a USD 200 por mes. Pero el mercado es obstinado y siempre busca la alternativa. Fue así como resurgieron los famosos “coleros”: aquellas personas dispuestas a hacer colas en los bancos y casas de cambio para brindar sus datos personales y comprar dólares en nombre de un tercero a cambio de una comisión. Buscar solucionar el problema imponiendo restricciones a las operaciones cambiarias es un camino de ida que sólo deriva en un entramado cada vez más complejo La lección es clara: buscar solucionar el problema imponiendo restricciones a las operaciones cambiarias es un camino de ida que sólo deriva en un entramado cada vez más complejo de regulaciones. Este es el camino diametralmente opuesto al que se comprometió el gobierno a encarar. ¿Puede derivar esta situación en otra crisis financiera? Todavía es temprano para asumir que se volverá a ver el índice de riesgo país en niveles de 1.450 puntos básicos y el dólar en el techo de la banda de flotación como hace una semana atrás. Las declaraciones de apoyo del gobierno norteamericano han sido muy contundentes y creemos que han recortado fuertemente las probabilidades de llegar a octubre inmersos en una crisis cambiaria (Foto: Reuters) En definitiva, las declaraciones de apoyo del gobierno norteamericano han sido muy contundentes y creemos que han recortado fuertemente las probabilidades de llegar a octubre inmersos en una crisis cambiaria. Sin embargo, será vital analizar cuantos dólares logra acumular el gobierno con la quita de las retenciones y cuál es su estrategia hacia adelante para administrarlos hasta los comicios. Actualmente el principal riesgo es el mismo que hace 10 días atrás: el mercado cree que el programa económico actual está agotado y es necesario ajustar las tuercas. Por lo tanto, hasta no contar con mayor claridad sobre los próximos pasos del gobierno, los agentes económicos continuarán con su estrategia actual de cubrirse tanto de un resultado electoral indeseado como de un cambio en el esquema cambiario. Los agentes económicos continuarán con su estrategia actual de cubrirse tanto de un resultado electoral indeseado como de un cambio en el esquema cambiario El problema es que esta dinámica corre el riesgo de generar una profecía autocumplida, similar a la situación que ya experimentamos en marzo y abril de este año en la antesala al acuerdo con el FMI. Ante mayores expectativas de devaluación, el exportador no liquida divisas y el importador se apresura a pagar sus productos. A su vez, el ahorrista no renueva su plazo fijo y dolariza sus ahorros, mientras que el corporativo busca cancelar el financiamiento en dólares que había obtenido meses y opta por refinanciarlo en moneda local. Independientemente de cuál sea el valor del tipo de cambio de equilibrio de mediano plazo, las expectativas de un cambio de régimen pueden derivar en una devaluación forzada de la moneda. Por ello creemos que sería aconsejable que el gobierno aproveche los dólares aportados por el agro y las señales de apoyo de Estados Unidos para sorprender nuevamente al mercado y anunciar un nuevo programa antes de las elecciones y que sea visto como sostenible después de los comicios. El autor es Research Asset Management de Portfolio Personal Inversiones (PPI)

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