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» Santafeactual
Fecha: 26/09/2025 12:54
La mantequilla ya está instalada en platos y recetas y su consumo es generalizado entre quienes promueven hábitos “sanos”. Pero ¿hasta qué punto? Expertos del mundo analizan el impacto del producto en el organismo Pasta de maní con banana, en galletitas, con pan tostado. El producto que llegó a las góndolas “verdes” de supermercados dada la masificación del consumo es promovido por los cultores de la vida saludable, pero ¿es tan así? ¿Es saludable la mantequilla de maní? Infobae publicó hoy un informe con voces especializadas en nutrición que coincidieron en que este alimento, salvo en casos de alergia, aporta nutrientes valiosos y puede incorporarse adecuadamente–es decir, con mesura– en una alimentación equilibrada. Melissa Prest, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, destaca que la mantequilla de maní proporciona proteínas, grasas monoinsaturadas, fibra y micronutrientes como fósforo, potasio y niacina. Wesley Delbridge, especialista en nutrición escolar, resalta su versatilidad, su facilidad de transporte y su idoneidad tanto para vegetarianos como para veganos. Desde la Escuela de Salud Pública de Harvard, se subraya que este alimento es beneficioso por su perfil de grasas insaturadas y que su consumo, cuando se limita a cantidades moderadas y en su composición natural sin azúcares añadidos ni aceites hidrogenados, puede estar asociado a una reducción del riesgo cardiovascular. Otro de los puntos positivos señalados por los expertos es su aporte a la saciedad por el elevado contenido en grasas y proteínas que prolonga el efecto de satisfacción tras las comidas, lo que puede favorecer el control del apetito y el peso. Su bajo índice glucémico también resulta útil para quienes necesitan regular los niveles de glucosa en sangre. Desde la perspectiva económica y ambiental, la mantequilla resulta más asequible que otros productos similares y su cultivo requiere menos agua, lo que refuerza su carácter sostenible. En cuanto a su impacto sobre el colesterol, Harvard Health indica que el consumo moderado de mantequilla de maní puede ayudar a reducir el colesterol LDL (“malo”) y a mantener estable el HDL (“bueno”), gracias a su contenido en grasas insaturadas. Las versiones con aceites hidrogenados pueden provocar el efecto contrario y es preferible evitarlas. Sin embargo, Prevention y Harvard alertan sobre posibles riesgos. Wesley Delbridge explica que el maní contiene lectinas que, en grandes cantidades, puede dificultar la absorción de algunas vitaminas y causar molestias digestivas. Además, los fitatos presentes pueden interferir en la absorción de minerales como zinc y hierro. Según los expertos, estos efectos solo se presentan cuando se consumen cantidades muy superiores a la ración recomendada. Ante molestias digestivas, se recomienda reducir o eliminar este alimento de la dieta de forma individual. La mantequilla de maní es rica en calorías y grasas, por lo que el exceso puede llevar al aumento de peso. La porción sugerida es de aproximadamente dos cucharadas por comida o refrigerio (190 calorías y 3,5 gramos de grasas saturadas, lo que representa el 16% de la ingesta diaria recomendada). Melissa Prest aconseja no superar esta cantidad, y se recomienda utilizar herramientas de medición para evitar excesos. Matthew Landry, profesor adjunto de Salud Poblacional y Prevención de Enfermedades, coincide en que el consumo diario es seguro siempre que no se sobrepase la dosis recomendada, debido a la densidad calórica del producto. Los expertos consultados por Prevention y Harvard coinciden en que la clave está en la moderación y en mantener el equilibrio dentro de la dieta diaria.
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