26/09/2025 01:11
26/09/2025 01:11
26/09/2025 01:11
26/09/2025 01:11
26/09/2025 01:10
26/09/2025 01:10
26/09/2025 01:10
26/09/2025 01:10
26/09/2025 01:09
26/09/2025 01:08
» Diario Cordoba
Fecha: 25/09/2025 23:27
Yo no necesito ninguna pulsera telemática de esas que dicen protegerme de mi maltratador; he inventado la mía propia. Simplemente cojo a mi hijo, lo quito del colegio, le cuento un cuento de un viaje maravilloso que vamos a hacer, hago rápido mi maleta, lo más rápido posible, una maleta pequeña, donde quepa lo más urgente, porque siento mucha urgencia, y me voy, me alejo, me escondo, me sepulto; yo misma me trazo con una circunferencia un radio de acción desconocido, porque tengo que protegerme de quienes me protegen, porque tengo que alejarme de quienes me acercan a ése de quien tengo que alejarme. Ésta es mi pulsera. En los años que llevo de terror, no he encontrado otra más versátil, más automática ni más segura. No falla nunca; sin necesidad de batería, sin necesidad de esa palabra, «monitorizada», tan monina ella; sin necesidad de geolocalización; sin necesidad de que yo, precisamente yo, tenga que demostrar que me acerco a mi agresor; sin necesidad de noches en terror y terror por mi hijo y por mí, mi terror, nuestro terror, tras los visillos de la ventana, viendo la vida por la calle, y yo, sepultada en mi piso, bajo todas las puertas, protegida bajo mi pulsera telemática. La recomiendo, por mucho que os digan que las otras funcionan. La mía es siempre más; no depende de sensores; no presume de disfunciones ni de quienes me defienden. Y, sobre todo, no falla un poquito ni necesita una pequeña investigación para ver, tras muchos fallos, que falla, que no avisa, que mi maltratador se pitorrea oficialmente, legalmente y continuamente de mi mente. La recomiendo encarecidamente. Es mi pulsera definitiva, eterna. Pero nadie me cree; es la tragedia que vivo día y noche. *Escritor
Ver noticia original