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Fecha: 25/09/2025 03:05
En los últimos días surgió la noticia de un respaldo financiero significativo de Estados Unidos hacia la Argentina, que se estima en unos 20.000 millones de dólares provenientes del Tesoro norteamericano, además del acompañamiento de organismos como el Banco Mundial, el BID y el Banco de Integración y Desarrollo. El politólogo y periodista Claudio Fantini habló en el programa La Barra de Casal y planteó la pregunta de si la ayuda responde a una cooperación entre países o a cuestiones ideológicas que acercan hoy coyunturalmente a los mandatarios de los mismos. Fantini recuerda que, en varias ocasiones, Estados Unidos intervino para rescatar a países en crisis económicas profundas. Ronald Reagan, en los años 80, asistió a México durante su crisis de deuda. Bill Clinton actuó en el llamado “efecto tequila” y también apoyó a Brasil en momentos de inestabilidad. George W. Bush, por su parte, impulsó ayudas a Uruguay y Corea del Sur. En todos esos casos, se trató de acciones de Estado a Estado, ejecutadas a través del Tesoro norteamericano y enmarcadas en acuerdos estratégicos. La diferencia actual, señala Fantini, es que Donald Trump no se asemeja a ningún presidente anterior en la historia de Estados Unidos. Por lo tanto, los antecedentes deben analizarse con cautela, ya que no sería descabellado pensar en una ayuda más personal que institucional. El analista resalta que Trump ha demostrado un estilo inédito en política exterior. Un ejemplo claro fue su postura frente a la guerra en Ucrania, donde exigió contraprestaciones económicas a cambio del suministro de armas y municiones, algo nunca visto en la historia de la OTAN. Esa actitud abre la duda sobre si el apoyo actual a la Argentina es un verdadero salvataje institucional o un gesto de afinidad ideológica y política hacia Milei. De ser lo segundo, la ayuda tendría un objetivo político inmediato: garantizar que el presidente argentino llegue fortalecido a las elecciones de octubre, incluso con la posibilidad de revertir resultados adversos en provincias clave como Buenos Aires. En los rescates anteriores, aunque no siempre explícitas, existían recomendaciones o condiciones asociadas, como gobernar con consensos y preservar la democracia. En este caso, Fantini advierte que difícilmente Trump haya pedido algo similar. “Trump es un aspirante a autócrata”, afirma, al recordar su enfrentamiento con medios críticos como The New York Times y su tendencia a debilitar instituciones fundamentales de la democracia estadounidense. Por lo tanto, lejos de impulsar consensos en Argentina, el riesgo es que este apoyo sirva para consolidar un camino más autoritario, sobre todo si Milei logra obtener mayoría en el Congreso. Fantini alerta que, si con minoría parlamentaria el presidente argentino mostró una actitud confrontativa y agresiva hacia opositores y aliados, con mayoría podría profundizar esa dinámica y derivar en un gobierno con rasgos autocráticos. El trasfondo de esta decisión también se vincula con la disputa estratégica entre Estados Unidos y China en América Latina. Aunque Trump mantiene relaciones comerciales con el gigante asiático, en el plano geopolítico compite fuertemente en la región, y la Argentina es un escenario clave en esa rivalidad.
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