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» Diario Cordoba
Fecha: 24/09/2025 11:15
El teletrabajo debe decidir qué quiere ser de mayor, cuando se cumplen cinco años desde su regulación en la España de la pandemia. Ahora que el entorno es mucho más estable y que la experiencia acumulada en este lustro da para mucho, cabe realizar una reflexión serena, alejada de la polarización. Ni el empleo a distancia es un derecho universal y absoluto para cada trabajador ni tampoco un lastre demoníaco para todas las empresas. La regulación del trabajo en remoto, aprobada por real decreto en septiembre de 2020, dio seguridad jurídica a una práctica generalizada durante el covid. Se le otorgó carácter voluntario y reversible. Sin embargo, a pesar del nuevo marco legal, la cultura de la presencialidad continúa imponiéndose. Solo el 15% de los españoles teletrabajan de forma habitual. ¿Por qué? La diversidad del mercado laboral español es determinante. El trabajo en remoto se ha consolidado como una herramienta útil para aquellas empresas y empleados que operan en entornos digitales donde las tareas individuales son predominantes. El teletrabajo, además, retiene talento y facilita la flexibilidad y la conciliación. Por el contrario, existen empresas, funciones y dinámicas que requieren presencialidad y se enriquecen con el intercambio colectivo diario. Este cohesiona al grupo, eleva la eficiencia y facilita la gestión de los equipos, que en ocasiones valen mucho más que la suma de varias personas conectadas en remoto desde casa. Reconocer esta dualidad es crucial para el futuro del teletrabajo, que tiene que responder a criterios de racionalidad y no de ideología. Necesariamente ha de adaptarse a las circunstancias, al sentido común y al contexto de cada empresa, sector y fuerza laboral. Afinar en qué condiciones, con qué recursos y con qué limites se implanta debe ser un proceso consensuado y acotado. También urge que sea objeto de una supervisión y evaluación periódica. Queda un largo camino por delante, sin olvidar los riesgos a los que se enfrenta, como la hiperconexión digital o la soledad laboral, entre otros. *Directora adjunta de 'El Periódico'
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