24/09/2025 04:14
24/09/2025 04:14
24/09/2025 04:14
24/09/2025 04:14
24/09/2025 04:14
24/09/2025 04:14
24/09/2025 04:13
24/09/2025 04:13
24/09/2025 04:13
24/09/2025 04:13
» AgenciaFe
Fecha: 24/09/2025 02:20
El 0-0 ante Morón no fue un partido para aplaudir, pero sí para respirar. Colón necesitaba, con urgencia, cortar la serie de caída en fila y, aunque no ganó, el punto le sirvió para asegurar la permanencia en la Primera Nacional, en una temporada desastrosa. La igualdad en el Brigadier López no solo frenó una seguidilla de tres derrotas al hilo, sino que además puso fin a 10 partidos consecutivos sin mantener la valla invicta. Algo que parecía tan básico como esquivo. Colón volvió a terminar con el arco en cero Para encontrar el último arco en cero hay que retroceder hasta el 13 de julio, cuando el Sabalero venció 1-0 a Almirante Brown con gol de Federico Jourdan en el Cementerio de los Elefantes –aviva de Pulga Rodríguez en un córner–. Desde entonces, fue todo cuesta abajo. Es decir, dos meses y ocho días después. Pasaron más de dos meses para que Tomás Giménez termine con la valla invicta en Colón. IG toomigimenez En esa pendiente, el arco fue uno de los puntos más sensibles. Con Tomás Giménez bajo los tres palos, Colón no logró encontrar seguridad. Por el contrario, su nivel fue acompañando la fragilidad colectiva de un equipo que, por momentos, parecía desbordado por el miedo a perder. Giménez no fue el único, claro. Pero sí representó ese clima de inseguridad que dominó a Colón en gran parte del torneo. Errores de cálculo, falta de reacción y una defensa que nunca terminó de afirmarse le pasaron factura al equipo de Ezequiel Medrán, que llegó a coquetear peligrosamente con el descenso. Ahora, con el objetivo mínimo cumplido, quedan dos partidos por delante que tienen más valor simbólico que competitivo. Porque si bien la categoría está salvada, Colón sigue arrastrando una racha preocupante: nueve partidos sin conocer la victoria. Una marca que deja expuesta la magnitud del bajón. La permanencia trajo alivio, pero no borra los síntomas. El equipo necesita cerrar el torneo con otra cara. Aunque ya no se juegue nada, sumar de a tres sería un pequeño bálsamo en una campaña que, si no terminó en tragedia deportiva, fue por muy poco.
Ver noticia original