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» Diario Cordoba
Fecha: 24/09/2025 01:31
La víspera de que Donald Trump ofreciera este martes su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, la secretaria de prensa de la Casa Blanca había advertido que el presidente de Estados Unidos se disponía a poner en la diana de sus palabras en Nueva York a "instituciones globalistas" que, según la portavoz, "han deteriorado significativamente el orden mundial". Pese a ese aviso, lo que ha sucedido en Nueva York no se podía anticipar en toda su dimensión. Trump se ha lanzado como una bomba nuclear contra la ONU, sus principios, sus valores y sus acciones, y ha dejado una estela radioactiva de destrucción retórica, especialmente con un ataque feroz a la inmigración y a las energías verdes. Hablando concretamente de esos dos temas y de Europa ha llegado a decir que es "un monstruo de dos colas que destruye todo en su camino". "Amo a Europa y odio verla devastada por energía e inmigración", ha dicho. "Lo hacéis porque queréis ser políticamente correctos y estáis destruyendo vuestra herencia. Debéis tomar control rápidamente del desastre de la inmigración y de la catástrofe de la energía falsa antes de que sea demasiado tarde". Cuestionar a la ONU Esa advertencia a Europa y su mensaje xenófobo llegaba en medio de un discurso de poco menos de una hora que era un puñetazo en toda regla en el estómago de la ONU, una bofetada a la institución, que el secretario general, António Guterres, recibía callado en la tribuna tras el podio. Y el portugués estaba con la mano sobre la boca y gesto serio conforme Trump cuestionaba la utilidad misma de la organización y se lanzaba en un ataque inédito nunca visto de un líder de Washington. "La ONU no solo no está resolviendo problemas que debería, demasiado a menudo está creando problemas nuevos", ha denunciado, llegando a acusar a la organización de "estar financiando un asalto a los países occidentales y sus fronteras". "Se supone que la ONU frena invasiones, no las financia", ha llegado a decir. Trump también ha atacado otro de los focos de la ONU y de Guterres, la lucha contra la crisis climática, cuya realidad él ha vuelto a negar. Y lo ha hecho definiéndola como "el mayor timo perpetrado nunca" y asegurando, contra toda la evidencia científica, que "la huella de carbono es un timo, inventado por gente con intenciones diabólicas". "Si no se alejan de este timo verde sus países van a fracasar", ha dicho también en un discurso donde repetidamente ha hecho un asalto brutal e indiscriminado a las energías limpias y renovables. "Son una broma, no funcionan, son demasiado caras", ha asegurado. Guerras El asalto a la ONU y al multilateralismo, una constante desde su primera presidencia, no ha quedado ahí. En el principio de su discurso, tras presumir de su país como el "más sexy" del mundo y repetir la idea de que ha conseguido "frenar siete guerras" (entre Camboya y Tailandia, Kosovo y Serbia, Congo y Ruanda, Pakistán e India, Israel e Irán, Egipto y Etiopia, y Armenia y Azerbayán), ha tendido la mano a las naciones en la Asamblea a hacer diálogos y negociaciones directas con Washington, no a apostar por el formato de las instituciones internacionales. "Me siento honrado de haberlo hecho", ha dicho atribuyéndose el fin de esos siete conflictos. "Lo malo es que tuviera que hacerlo en vez de la ONU, que en esos casos ni siquiera ha intentado ayudar". "Siempre había dicho que la ONU tenía tremendo potencial, pero en la mayor parte no está acercándose siquiera a cumplirlo. Todo lo que parecen hacer es escribir una carta llena de palabras contundentes y luego nunca cumplen lo escrito. Lo único que resuelve las guerras es la acción", ha dicho Trump en su intervención, donde ha vuelto a poner sobre la mesa la idea de que es merecedor de un Nobel de la Paz, aunque sea mediante su fórmula habitual de decir que otros lo dicen. Gaza y Ucrania Ante las dos grandes guerras abiertas en el mundo, la de Gaza y la de Ucrania, él sigue sin tener soluciones, pero eso no lo ha reconocido. En el caso de Gaza ha redoblado su alianza con Israel, acusando a las naciones que están intensificando el reconocimiento del Estado palestino y el intento de resucitar la solución de los dos Estados de estar emprendiendo "unilateralmente acciones" que, ha dicho, "serían una recompensa demasiado grande para los terroristas de Hamás por sus atrocidades". En el caso de Ucrania, el líder de Washington ha vuelto a mostrar tibieza con la agresión de Vladímir Putin, llegando a decir que el líder ruso debería haber resuelto la invasión "en cuestión de días". Y aunque ha amenazado con sanciones arancelarias para frenar a Moscú, ha exigido para ello negociar con Europa que imponga "exactamente las mismas". "Incluso países de la OTAN no han dejado de comprar energía y productos energéticos rusos. Piénsenlo, están financiando la guerra contra sí mismos", ha denunciado Trump, que ha anunciado que abordará la imposición de sanciones con los líderes europeos en una reunión que tiene agendada este mismo martes con Ursula von der Leyen. El derecho internacional La intervención se había abierto con un fallo en el telepromter y ha habido también a lo largo del discurso un problema con el sistema de interpretación a otros idiomas, errores técnicos a los que se ha sumado el de una escalera mecánica que se ha parado cuando subía con la primera dama, Melania Trump, hacia la sala. Eso ha hecho que el presidente provocara algunas risas, aunque también le ha servido para atacar al organismo (al que ya ha cortado la financiación y ha prometido quitar más fondos). Era solo uno de los desmanes en esta embestida que va a la esencia misma de la ONU, que es la que dinamita Trump con su desprecio. Y lo ha hecho cuando ha presumido, por ejemplo, de los ataques militares a las supuestas narcolanchas de Venezuela o cuando ha dado las gracias a El Salvador por encarcelar a inmigrantes expulsados de EEUU, dos acciones que plantean serias dudas sobre su legalidad y el respeto tanto a leyes estadounidenses como al derecho internacional. Nada de eso ha parecido importar y cuando Trump ha acabado de hablar en la sala ha habido más aplausos de lo que cabría esperar de una intervención claramente demoledora hacia la ONU. Las formas de la diplomacia son misteriosas. Él mismo, además, ha cambiado su propio discurso cuando ya no estaba frente al resto de líderes y delegaciones diplomáticas y con toda la atención mundial sobre él. En una reunión bilateral con Guterres, Trump ha lanzado un mensaje muy distinto. "Nuestro país respalda a la ONU 100%", le ha dicho al portugués. "Puedo estar a veces en desacuerdo con la ONU pero la respaldo tanto porque el potencial para la paz de esta institución es enorme". Suscríbete para seguir leyendo
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