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» RosarioNet
Fecha: 23/09/2025 21:43
La decisión del gobierno nacional de eliminar a 0 las retenciones a las exportaciones agrícolas cayó de sorpresa en el ámbito del gremialismo rural, y enseguida se interpretó como "un manotazo desesperado" que, además, ni siquiera depara un beneficio para el pequeño chacarero por la sencilla razón de que ya no tiene nada de la cosecha que pueda vender en estas condiciones. Al menos, eso ocurre con la gran mayoría del sector agrícola en Santa Fe y la zona núcleo pampeana. "La mayoría de la soja la tienen los productores grandes y los exportadores; los pequeños y medianos productores casi no van a ver un beneficio con esta medida. Estas señales de un día para otro, sin pensarlas, son medidas desesperadas que no van a calmar el mercado", despreció José Luis Volando, vicepresidente de Federación Agraria Argentina. Las repercusiones afloraron ayer apenas se conoció el Decreto 682/2025, publicado en el Boletín Oficial, con el que el Banco Central espera apurar la llegada de divisas que compense la sangría diaria por contener la cotización del dólar. Maximiliano Pullaro reaccionó temprano en sus redes sociales. "Lo venimos reclamando desde el primer día. Queremos que las retenciones se eliminen para siempre, no de manera transitoria, ni para sostener el tipo de cambio con fines electorales, ni para financiar fuga de capitales. Necesitamos políticas que de verdad beneficien a los productores y generen previsibilidad para que el sector pueda invertir. Las retenciones se deben eliminar por convicción y no por necesidad", distinguió el gobernador. Las estimaciones en torno a lo que el campo todavía atesora y el gobierno necesita hablan de unas reservas de soja entre 5.000 y 10.000 millones de dólares para liquidar. Un cálculo que inspiró este anuncio con el que ayer sorprendió el vocero presidencial Manuel Adorni y que obedece al afán del Ejecutivo por hacerse de dólares mientras sigue quemando reservas jornada tras jornada para contener el tipo de cambio ya habiendo superado el techo de la banda. Todo por llegar lo menos maltrecho posible a la elección legislativa del 26 de octubre. Para el negocio agrícola, eliminar 26% de retenciones en soja, y 9,5% de retenciones en maíz y trigo sería un estímulo conveniente para el productor que disponga de reservas, alrededor de 100 dólares extra por cada tonelada de oleaginosa que venda de aquí al 31 de octubre. Volando estimó que esta supresión temporal del gravamen que el campo cuestiona "atenta contra la previsibilidad" de lo que implica la gestión de una explotación agrícola, y dudó de cuánto contribuya esto a apagar el incendio financiero al que se enfrenta la gestión de Javier Milei y Luis Caputo. En esa línea se pronunció la vicegobernadora Gisela Scaglia: "Duele la falta de previsibilidad, como si sembrar y cosechar se resolviera en 30 días. La baja de retenciones siempre es una buena noticia y una política que reclamamos desde el inicio de nuestro gobierno. Pero no alcanza con medidas transitorias ni electoralistas. Plan platita con el campo no va. La Argentina necesita previsibilidad y una política de largo plazo que elimine definitivamente las retenciones, para que los productores inviertan con confianza y sigamos construyendo futuro", descargó. "El efecto que espera el gobierno es un puente de dólares para llegar a la elección de octubre, y dentro del sector agropecuario se lo percibe como una medida inconsulta sin tener en cuenta una programación, una previsión. No será positivo, porque (el gobierno) no tendrá el apoyo del campo en las elecciones", vaticinó Volando. "El hecho de que la medida tenga una fecha de vencimiento deja en claro que es netamente recaudatoria, que no contempla los problemas del campo, y genera muchas distorsiones dentro del mercado”, acotó por su parte Matías Martiarena, director de FAA. Entre las entidades que integran la Mesa de Enlace ayer coincidían en que no hubo aviso previo desde el gobierno acerca de esta medida. La presidenta de la Sociedad Rural Rosario, Soledad Aramendi, coincidió con la mirada de su colega de Federación Agraria. "Esta medida no es para el sector rural, es para la economía del país que necesita caja de divisas y ven factible tenerlas con esta medida, que no responde al reclamo histórico del campo", distinguió. La ruralista, que representa al sector más acaudalado del campo, planteó que los derechos de exportación es una singularidad del esquema tributario argentino, y entonces asumió que sí, que habrá liquidación en esta coyuntura, pero aseguró que irán por más: "Vamos a bregar para que esto continúe en el tiempo, trabajando además con una reforma tributaria integral y laboral para que los recursos queden para el ciudadano", dijo Aramendi por Radio Universidad. A pesar de la desconfianza con la que las entidades del campo recibieron la noticia, el reflejo de la pizarra de cotizaciones de cereales mostró entusiasmo: la soja pasó de cotizar $440.000 por tonelada el viernes pasado, a $505.000 en la jornada de ayer.
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