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Parana » InfoParana
Fecha: 23/09/2025 16:01
La decisión del Gobierno nacional de aplicar retenciones cero a los granos hasta el 31 de octubre ha generado un revuelo político y económico, revelando las múltiples capas de una medida enmarcada en un contexto de alta tensión. Si bien la Casa Rosada busca apaciguar la corrida cambiaria y atraer dólares, la medida ha encendido las alarmas en el ámbito político, especialmente entre los gobernadores del flamante frente Provincias Unidas (PU), que leen la jugada con un claro tinte electoralista. El pulso económico: la búsqueda desesperada de dólares Desde el plano económico, la jugada del Gobierno, anunciada por el vocero Manuel Adorni, es un intento de frenar la espiral alcista del dólar. Al eliminar temporalmente las retenciones, se incentiva a los productores a liquidar sus cosechas, lo que inyectaría la liquidez tan necesaria para el Banco Central. La lógica es simple: más oferta de dólares en el mercado, menor presión sobre el tipo de cambio. Esta medida, que también se extiende a las carnes bovinas y avícolas, tiene un costo fiscal que, según el análisis de expertos, no pone en riesgo el equilibrio de las cuentas públicas, pero podría generar tensiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) si se interpreta como una señal de debilidad en la política de austeridad. El costo político: un dardo a las provincias y al campo La noticia cayó como un balde de agua fría para el bloque de gobernadores de Provincias Unidas, una fuerza que se posiciona como alternativa a la polarización entre el oficialismo y el peronismo. La decisión, que el vocero Adorni anunció a través de las redes sociales, resonó como una cachetada para los mandatarios, quienes venían reclamando la eliminación permanente de las retenciones como una política de Estado, no como un parche de emergencia. Los primeros en reaccionar fueron los gobernadores de la Región Centro, Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Martín Llaryora (Córdoba). Ambos mandatarios, que venían agitando esta bandera desde su propio bloque, coincidieron en calificar la medida como «electoralista». «Nosotros lo venimos reclamando desde el primer día de gestión. Queremos que las retenciones se eliminen para siempre, no de manera transitoria, ni para sostener el tipo de cambio con fines electorales, ni para financiar fuga de capitales», expresó Pullaro, quien reclamó políticas de fondo para beneficiar a los productores y generar previsibilidad. En la misma sintonía, Llaryora insistió en que «su eliminación no debe ser una medida transitoria, sino definitiva» y que «la Argentina saldrá adelante acompañando a sus sectores productivos: es con el campo, no contra el campo». Las críticas se extendieron a Juan Schiaretti, exgobernador de Córdoba y actual candidato a diputado nacional de Provincias Unidas, quien se sumó al coro de voces disidentes. En sus redes sociales, Schiaretti fue aún más incisivo al señalar que «la producción no se planifica de un día para otro: requiere años de trabajo, inversión y confianza», y que «con parches de campaña no se generan ni crecimiento, ni empleo, ni futuro». La cumbre de Chubut, un termómetro de la tensión El anuncio del Gobierno llegó a pocos días de la cumbre que los seis gobernadores de Provincias Unidas –Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Gustavo Valdés, Ignacio Torres, Carlos Sadir y Claudio Vidal– tenían programada para el próximo martes 30 de septiembre en Chubut. Si bien el encuentro ya estaba en agenda, el tema de las retenciones se ha convertido en un punto central a debatir. La reunión, con Ignacio Torres como anfitrión, servirá para que el espacio, que ganó notoriedad al enfrentarse a los recortes del Gobierno nacional, se consolide y fije una postura unificada de cara a las elecciones legislativas. La decisión de la Casa Rosada solo ha servido para reforzar la idea de que los gobernadores, junto a sus legisladores en el Congreso, deben hacer valer su poder de fuego. El último encuentro del bloque, en la Exposición Rural de Río Cuarto, ya había dejado entrever las diferencias con el oficialismo. En aquella ocasión, Llaryora había criticado duramente el modelo económico, afirmando que «está produciendo desempleo» y que Provincias Unidas busca «poner los límites necesarios» y llevar «sensatez» al Congreso. El panorama se completa con el reciente veto del presidente Javier Milei a la ley de distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), una iniciativa clave para los 24 gobernadores que buscaba darle previsibilidad a la llegada de fondos a las provincias. El veto, que ya fue rechazado en el Senado, aguarda su tratamiento en la Cámara de Diputados. En este complejo escenario, la decisión de bajar las retenciones, aunque pueda traer un respiro cambiario, parece ser una jugada que le costará al Gobierno la confianza de un sector político que podría ser crucial en las futuras negociaciones legislativas. ¿Será suficiente este «parche» para calmar la crisis, o solo avivará la llama del conflicto con las provincias?
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