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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 23/09/2025 01:40
Un demorado organismo multisectorial buscará revertir desde este miércoles la contaminación grave y creciente de arroyos históricos del Gran Paraná, empezando por Las Tunas, que limita con los municipios de Paraná, Colonia Avellaneda y San Benito. Días previos a la integración del Comité de Cuenca de Las Tunas caminamos el arroyo para certificar y mostrar la situación de colapso que padece. Lo que salta a la vista es impactante, por los fluidos industriales, agropecuarios, cloacales, domiciliarios, y lo más grave está en sus aguas y sus barros que impiden la vida y producen malformaciones. La famosa Batalla del Saucesito, en la que Francisco Ramírez derrotó en 1818 una invasión porteña al mando de Marcos Balcarce mandada para destruir el sistema confederal artiguista; y la famosa Batalla de Las Tunas, que marcó en 1820 el fin del federalismo original, con el mismo Ramírez enfrentando a José Artigas hasta el destierro; ambas contiendas en el principio y el final se desarrollaron en la línea que divide los ejidos de Paraná, San Benito y Colonia Avellaneda. Los dos arroyos, Saucesito y Las Tunas, pasarán al centro de la escena ecologista esta semana por la constitución formal, con sus autoridades, del Comité de Cuenca del Arroyo Las Tunas. Las Tunas desemboca en el arroyo Las Conchas, cerca del río Paraná, es decir: es uno de sus afluentes, como El Espinillo. Allí se libró en 1814 la también famosa batalla del Espinillo, en la que Eusebio Hereñú derrotó en 1814 la primera gran invasión porteña al mando del barón de Holmberg, enviada para matar a Artigas. Junto a Hereñú en El Espinillo, también los orientales conducidos por Fernando Otorgués; y junto a Ramírez en el Saucesito, los orientales conducidos por Gorgonio Aguiar. Se trata, entonces, de símbolos de la milenaria unidad entrerriano oriental, contra el despotismo invasor colonial. Hoy Las Tunas luce destruido, literalmente, con desechos industriales, cloacales, agropecuarios, domiciliarios, desbordante de plásticos y bacterias. Y Las Conchas ha dado índices récord de herbicidas en sus aguas. Salta a la vista que en sólo treinta años el sistema económico atacó de manera violenta lo que la biodiversidad construyó a lo largo de decenas de miles de años. Ni siquiera los hitos históricos y la simbología detuvieron la mano devastadora. Desde abajo La confluencia de grupos orilleros y equipos científicos ha generado conciencias sobre la gravedad de la situación, y tanto la provincia como los municipios involucrados intentan en estas horas una demorada respuesta. En esa línea, entidades sociales de distintas ciudades del departamento Paraná celebraron la convocatoria realizada por el Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua -Co.R.U.F.A.- para constituir el Comité de Cuenca del arroyo Las Tunas esta semana, y adelantaron que propondrán al científico del Conicet Rafael Lajmanovich como representante de las organizaciones no gubernamentales en el Comité Ejecutivo. Esta sugerencia, que llevarán al pleno de la Asamblea constitutiva, intentará poner una vara alta en la seriedad y responsabilidad del nuevo Comité. Las organizaciones recibieron una invitación firmada por el Secretario de Agricultura de la provincia, Raúl Boc Ho, y la Secretaria de Ambiente, Rosa Hojman, para participar del Comité de Cuenca, junto a sectores gubernamentales, productivos, industriales. Durante un encuentro realizado en Colonia Avellaneda el jueves 11 de setiembre, con vecinos de allí y de Paraná y San Benito, se mostraron videos y fotografías del estado actual del arroyo Las Tunas y sus afluentes, con imágenes impactantes, y se escucharon inquietudes diversas por las demoras de los gobiernos de la nación, la provincia y los tres municipios en controlar las distintas fuentes de contaminación que actúan en sinergia en esta cuenca. Así es que se mostraron expectativas ciertas con la invitación, y a la vez cierta prevención por las promesas incumplidas de sucesivos gobiernos. El paranaense Lajmanovich es conocido en el país y el mundo por sus aportes a la ciencia desde hace décadas, especialmente en el estudio de la contaminación de las aguas y sus efectos sobre la vida animal. El científico ha desarrollado diversos estudios en equipo, con participación del Conicet y de distintas universidades, empezando por la Universidad Nacional del Litoral, en ambas márgenes del río Paraná. En 2018 fue distinguido con el premio “Conciencia Abya yala”, junto al médico Damián Verzeñassi y la dirigente de Madre de Plaza de Mayo Nora Morales de Cortiñas, como expresiones de “las agrupaciones que estudian y estimulan el vivir bien y buen convivir, es decir, la vida comunitaria en armonía con la naturaleza, y que colaboran desde ámbitos comunes en la resistencia al actual sistema que perturba la biodiversidad, saquea las riquezas y patenta la vida”. En el encuentro de esta semana Lajmanovich brindó detalles sobre la detección de sustancias tóxicas en Las Tunas, en estudios científicos realizados a lo largo de los recientes 15 años, incluso uno publicado en revistas de prestigio internacional hace pocos meses, en el que se observa un alto grado de genotoxicidad, es decir: los animales que no mueren allí pueden padecer malformaciones. Dijo que la confluencia de fluidos industriales, agropecuarios y cloacales ha convertido a Las Tunas en uno de los arroyos más dañados del país. Los vecinos que recorrieron los arroyitos de la zona presentaron interrogantes sobre las piletas de tratamientos de efluentes en el Parque Industrial de Paraná, y las derivas de las sustancias usadas en la agricultura y los feed lots. Se mostraron perplejos por los caños de gran diámetro con desechos cloacales crudos de las municipalidades vecinas, cuando todos esos fluidos desembocan en el Paraná, aguas arriba de la Toma de Agua de la capital entrerriana y de sus balnearios. También mostraron imágenes de montañas de residuos acumulados en algunos segmentos de Las Tunas. La vecindad del arroyo las Tunas formó una Comisión Pro Comité de Cuenca en 2023, en el barrio Los Zorzales de Colonia Avellaneda, con participación de diversas instituciones, incluso las comunas, bajo el lema “Somos arroyo”. Y la provincia firmó el acta constitutiva del Comité en diciembre de 2024. Esta semana se designarán a sus responsables. Estos plazos largos fueron debatidos en la reunión. En una carta firmada por distintas organizaciones para presentar ante el Comité, se lee: “Hemos pedido al Dr. Lajmanovich que nos represente como miembro de este Comité, dada su formación académica, su experiencia y su compromiso con la biodiversidad y con la verdad; todo ello nos da garantías a todos, sin excepción, de seriedad en la participación y amor a la biodiversidad, principios básicos para superar este estado de decadencia ecológica, y para asegurar la participación comunitaria y la conciencia por el vivir bien y buen convivir, en armonía con la naturaleza”. La postulación de Lajmanovich será realizada por el Foro Ecologista de Paraná, con una trayectoria de décadas en defensa de la biodiversidad en la región, y otras entidades ofrecieron su apoyo para que el científico participe en el Comité Ejecutivo, y llevarán otros nombres para la asamblea general. Además, las distintas organizaciones propondrán para la integración del Comité a Clelia Zapata y Sergio Strack, ambos de larga trayectoria en asambleas vecinales de Paraná y Colonia Avellaneda. Una luz de esperanza Algunos vecinos apuntaron que a pesar de los olores nauseabundos del arroyo y las toneladas de desperdicios que acumula en su lecho y sus costas, todavía pueden apreciarse “hermosas barrancas de arena” como testimonio de un paisaje bucólico, que ha sido dañado durante las décadas recientes. Afirmaron que sólo se ven tortugas, y que en las orillas se notan excavaciones realizadas por familias humildes en busca de lombrices, para vender al turismo, con alto riesgo para su salud. La Ley 9757 promulgada en 2007, y archivada por 17 años, establece que el Comité de Cuenca tendrá como finalidad “conformar un ámbito participativo, amplio y democrático propicio para la discusión, coordinación, concertación y cogestión de los recursos hídricos de manera racional y sustentable”; aunque sus decisiones, aclara el texto, no serán vinculantes. Los primeros dos Comités se están concretando, pues, en los arroyos Las Tunas, que da al Paraná, y Perucho Verna, afluente del Uruguay. Los vecinos apuntaron que la condición deplorable de Las Tunas contradice el artículo 22 de la Constitución de Entre Ríos que reza: “Todos los habitantes gozan del derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado, apto para el desarrollo humano, donde las actividades sean compatibles con el desarrollo sustentable, para mejorar la calidad de vida y satisfacer las necesidades presentes, sin comprometer la de las generaciones futuras. Tienen el deber de preservarlo y mejorarlo, como patrimonio común”. También contradice el artículo 83. Allí se lee que el estado garantizará “la aplicación de los principios de sustentabilidad, precaución, equidad intergeneracional, prevención, utilización racional, progresividad y responsabilidad. El poder de policía en la materia será de competencia concurrente entre la Provincia, municipios y comunas. Asegura la preservación, recuperación, mejoramiento de los ecosistemas y sus corredores biológicos y la conservación de la diversidad biológica... Promueve el consumo responsable, el uso de tecnologías y elementos no contaminantes, las prácticas disponibles más avanzadas y seguras, una gestión integral de los residuos y su eventual reutilización y reciclaje... Establece medidas preventivas y precautorias del daño ambiental”. Explicaron que todo eso es burlado en el arroyo Las Tunas. Dada la complejidad de la situación, los vecinos recordaron las dificultades que enfrentan para encarar los problemas porque los distintos estados (nación, provincia, municipios) se acusan mutuamente por el caos, y por el incumplimiento de obras multimillonarias que no están en funcionamiento, como las piletas de decantación. Pese a todo, coincidieron en buscar el diálogo y el consenso para garantizar la duración de todas las acciones que reviertan el proceso de destrucción del arroyo, y en dar “un voto de confianza” al nuevo emprendimiento multisectorial. *Periodista. Vive cerca de Las Tunas. Parte de esta nota fue publicada en UNO.
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