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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/09/2025 14:51
Demon Slayer: Castillo Infinito (Captura de video) El universo de Demon Slayer sigue ganando reconocimiento internacional. Demon Slayer: Castillo Infinito, la más reciente producción cinematográfica de la franquicia, ha batido todos los récords de taquilla al convertirse en el anime más exitoso a nivel mundial. Impulsada por una recaudación global de aproximadamente $555 millones de dólares, la película superó a su predecesora y afianzó la popularidad de la saga tanto en Japón como en los mercados internacionales. Impacto en la industria del anime El ascenso de Demon Slayer: Castillo Infinito en el ranking de películas animadas evidencia el excelente momento que atraviesa la industria del anime. Previamente, el récord lo tenía Demon Slayer: El tren infinito, que en 2020 se ubicó no solo como el anime más taquillero, sino también como la película más exitosa del mundo en ese año, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19. En cambio, esta nueva entrega ha logrado desarrollarse y estrenarse en un contexto libre de tales limitaciones, lo que permitió atraer a una mayor cantidad de espectadores y reforzar el atractivo comercial del anime en un entorno cada vez más globalizado. La recaudación de $555 millones de dólares no solo significa un nuevo récord para la franquicia, sino que representa un avance adicional en la consolidación del anime como un género cinematográfico capaz de competir directamente con las principales producciones de Hollywood. Según informes, Demon Slayer: Castillo Infinito no solo fue líder en las taquillas de mercados tradicionalmente aficionados al anime, como Japón y el resto de Asia, sino que también ocupó el primer lugar en la taquilla estadounidense durante el último fin de semana, con ingresos de $17,3 millones de dólares. Demon Slayer: Castillo Infinito (Captura de video) Dimensión global y repercusión sociocultural El fenómeno Demon Slayer trasciende los límites del cine tradicional. La capacidad de conectar con audiencias internacionales, junto al esmero técnico y narrativo mostrado en Demon Slayer: Castillo Infinito, ha convertido a la marca en una referencia central para estudios de animación y distribuidores. Diversos expertos señalan que este éxito pone de relieve una aceptación creciente de la cultura japonesa entre el público joven a nivel global y facilita la incorporación de otros contenidos asiáticos en circuitos tradicionalmente controlados por producciones occidentales. Uno de los factores fundamentales detrás de estos resultados es la lealtad de una base internacional de seguidores, formada inicialmente a través del manga y la serie de televisión. Además, la estrategia de estrenos simultáneos y doblajes adaptados a los distintos mercados ha favorecido el crecimiento global de la franquicia. Aunque parte del éxito se gestó durante la pandemia, el regreso masivo a las salas con Demon Slayer: Castillo Infinito ha demostrado la vigencia y solidez del fenómeno. La trilogía cinematográfica y el porvenir de Demon Slayer El futuro de la saga parece aún más prometedor. Demon Slayer: Castillo Infinito es apenas la primera película de una trilogía de nuevas producciones, lo que allana el camino para una extensión de su éxito comercial. Se espera que la secuela llegue a los cines en 2027 y que la conclusión de la trilogía esté programada para 2029, consolidando la apuesta de la productora por mantener el interés del público. La película continúa obteniendo ingresos considerablemente altos y se estima que podría superar los $600 millones de dólares antes de salir de cartelera, aunque es poco probable que supere la barrera de los $700 millones. Esta proyección incrementa la presión sobre los próximos capítulos, que deberán estar a la altura de las expectativas del público internacional. Para la industria, el caso de Demon Slayer: Castillo Infinito resulta un ejemplo de cómo la animación japonesa puede ocupar espacios preferentes dentro de la oferta global de entretenimiento y competir con grandes éxitos y franquicias consolidadas.
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