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» El Ciudadano
Fecha: 21/09/2025 12:44
Entre 1830 y 1840 existió el servicio de transporte por diligencias, esos carruajes antiguos acarrados por caballos transportando personas, mercaderías y correos. Estuvieron presentes en todo el país y las terminales o destinos eran llamados postas. El español Juan Rusiñol y su socio Joaquín Fillol inauguraron en 1853 la empresa de diligencias “Mensajerías Nacionales Iniciadoras”. El predio estaba ubicado en lo que es hoy la actual calle Juan Manuel de Rosas entre Rioja y San Luis. Se crearon dos correos semanales entre las ciudades de Santa Fe y Rosario, con salidas los martes y viernes de la primera, y los jueves y domingos de la segunda. Esto fue así hasta 1854 que el gobierno de la Confederación Argentina, en el mes de junio, comenzó con la reorganización de las postas, política dirigida a establecer un servicio regular de traslado de pasajeros a larga distancia, en diligencias. El docente e investigador Eduardo Guida Bria contó cómo eran estas dirigencias, qué transportaban, a dónde y hasta cuándo estuvieron. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Diario El Ciudadano (@diarioelciudadano) Para 1855 los servicios eran de tres diligencias diarias a distintos puntos que salían desde Buenos Aires y llegaban hasta Rosario. Un asiento rondaba los 100 pesos promedio, pero también cobraban por legua, si iban a las provincias. En el cupé, 2 reales de plata por legua con opción a 1 ½ arroba de equipaje; en la rotonda, 1 real de plata y 3 cuartillos e igual peso de equipaje; en el carretón de equipajes había tres asientos para sirvientes o personas pobres que pagaban 1 real de plata por legua. Guida Bria explicó que tardaban unos 20 ó 30 días en llegar a Tucumán por ejemplo. “La diligencia tenía cuatro caballos, algunos tenían seis y llevaban otro suplemente atrás atado, iba el mayoral – conductor- con un ayudante”, graficó. A modo de anécdota, la primera diligencia fue conducida a Melincué por un tal “Devoto”. Las primeras diligencias en Rosario partieron a Colonia Candelaria, donde hoy es la ciudad de Casilda y luego se extendió a Melincué, localidad cabecera de General López. “Ese sector estaba azotado por Malones, los comandaban dos caciques Melin y Cue por eso el nombre que tomó la localidad”, contó. Timoteo Gordillo en 1857 se instaló en Rosario. Este emprendedor era dueño de las Mensajerías Nacionales, y socio del General Urquiza. Llegó seguido de dos naves cargadas con máquinas agrícolas, dos molinos, 150 carros de cuatro ruedas y 100 coches diligencias provenientes de Estados Unidos. Los dos molinos los ubicó en el hoy barrio Saladillo, uno a la altura de Ayacucho y el arroyo homónimo (Molino Blanco) y el otro (Molino Rojo) a la altura de Anchorena y avenida Argentina. Guida Bria indicó: “Es importante destacar que la mayoría de las Rutas Nacionales que hoy surcan el territorio Argentino, fueron en sus comienzos, caminos de las mensajerías”. Y continuó con el relato: «En 1862, luego de la batalla de Pavón, las Mensajerías Nacionales fueron tomadas por Louis Saule, quién tenía servicios desde Buenos Aires a Pergamino, Rosario y Santa Fe. Este servicio utilizaba el antiguo «Camino Real» que, viniendo desde Buenos Aires cruzaba por el «Cañadón del Saladillo» (antigua traza a la altura de hoy avenida Arijón y Lituania) llegaba a la Posta del Rosario (Alem y Virasoro) y paraba en lo que es hoy la Plaza 25 de Mayo (Córdoba y Buenos Aires). Saule, inmigrante Francés, se instaló en Buenos Aires como constructor de carruajes y diligencias, y luego incursionó en los servicios, llegando a dominar con varias sociedades locales, gran parte de la red que se fue extendiendo por todo el país». Las diligencias llevaban un espacio posterior al aire libre que podía ser ocupado por un precio menor al del que viajaba en su interior con todas las «comodidades» de la época. La tarifa del viaje era de 2 reales por legua, aunque había un lugar donde se podía pagar menos, era precisamente en el pescante o sea al lado del mayoral (el conductor) soportando las inclemencias del tiempo ya que esos vehículos no tenían ninguna protección para quien lo conducía, lo mismo que el postillón quien viajaba montado en uno de los caballos delanteros. «Mensajerías Argentinas», “Mensajerías del Oeste”, “Caminos del Oeste”, bajo esos nombres fueron conocidos los nombres de la diligencia ya como un negocio, como un comercio. Las terminales eran las postas y éstas eran peligrosas ya que estaban merodeadas por malones. Primer servicio de iniciación al correo En octubre de 1773 se establece en forma permanente un correo mensual entre Buenos Aires y Santa Fe, constituyendo este primer servicio la iniciación del correo rosarino. Un año más tarde, precisamente en el mes de diciembre, debido al significado que fue adquiriendo el pueblo, también denominado Capilla de Nuestra Señora del Rosario, se creó una posta en sus inmediaciones, cinco leguas al noroeste de la Posta de Arroyo Seco y a cuatro leguas al norte del Espinillo: Rosario se hallaba sobre el recorrido de la carrera de postas del Virreinato del Río de la Plata, pero no era asiento de posta, sino pueblo de tránsito. En 1789 el servicio postal se perfeccionó a partir de la creación de la Administración de Correos de Rosario, el pueblo ya contaba con 80 familias radicadas. El nombramiento de su primer administrador recayó en el vecino Pablo Alsina, esposo de Juana Gómez Recio, descendiente de Juana Romero de Pineda. Fallecido Alsina el 31 de mayo de 1804, se designó interinamente a Fernando Carbonel, otorgándosele el cargo en propiedad en 1806. Cuando, por razones de salud e indigencia, renunció al mismo fue sucedido por Mariano Fernández. La Posta Rosario de los Arroyos estaba situada en el actual barrio Calzada, alrededor de la intersección de las calles Ayacucho y Virasoro. Gregorio Aguirre, tercer maestro a cargo de la posta, era propietario de la lonja de tierra donde ésta estaba situada: esa lonja medía 509 varas de frente al Paraná por dos leguas de fondo y Aguirre se hizo cargo al contraer matrimonio con Victoria Avalos, nieta de Dionisio Avalos y Mendoza. En 1806 Diego de Alvear, dueño de tierras vecinas, entendía corresponderle el dominio de esta lonja por superposición, e inició un juicio contra Petrona Aguirre de Funes, bisnieta de Gregorio Aguirre, pero no prosperó. En la tramitación de aquel juicio quedó señalada la existencia de la primera posta en el actual barrio Calzada. La manera de nombrar «Tablada» al barrio «Calzada», tiene un origen popular, y es apropiado ya que así se llamaba antes a los corrales de madera donde se encerraba a los animales que iban a ser sacrificados en el Matadero. ¿Cuándo dejaron de existir? La piedra fundacional en el puerto fue puesta el 26 de octubre de 1902 durante el gobierno de Roca. Antes había servicios de transporte vía marítima ya que había algunos muelles, pero con la llegada del puerto dichos servicios de mensajerías terrestres fueron desplazados hacía el río, en este caso. La llegada de los ferrocarriles que tenían los mismos caminos que aquellas dirigencias también favorecieron a la desaparecieron de dicho servicio de transporte de personas y de diferentes bienes. ¿De dónde salían? Las primeras diligencias salían de la bajada Sargento Cabral, “la única bajada natural que tuvo y que tiene la ciudad que se llama bajada Grande también se llamó San Miguel. Allí se podía ver MensajeGerías (con G). Las demás fueron construidas”, explicó el profesor. También había otros por la calle Juan Manuel de Rosas que se llama justamente Mensajerías, luego 25 de Diciembre hasta llegar al nombre que conocemos hoy a dicha calle. ¿A dónde llegaban? Guida Bria indicó que las carretas llegaban a la Plaza de las Carretas donde hoy está la Plaza San Martín y también a la Plaza López, en avenida Pellegrini y Bueno Aires. Las postas eran atacadas por Malones Las postas fueron espacios de descanso y aprovisionamiento de agua y alimentos; con corrales de mulas y caballos, para cambiar los animales cansados de los transportes, carretas y diligencias. Las postas más próximas a Rosario eran la de Arroyo del Medio, San Nicolás, Pavón, Arroyo Seco, del Sauce, Melincué, Pergamino, Cañada de Gómez.
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