21/09/2025 00:55
21/09/2025 00:51
21/09/2025 00:50
21/09/2025 00:48
21/09/2025 00:48
21/09/2025 00:48
21/09/2025 00:44
21/09/2025 00:41
21/09/2025 00:40
21/09/2025 00:39
Parana » InfoParana
Fecha: 20/09/2025 23:05
Argentina ha transitado una de las semanas más turbulentas del año en materia económica. El mercado financiero refleja un profundo desequilibrio macroeconómico que ya está impactando en la vida diaria de los argentinos. Con una venta de reservas de USD 1.110 millones en solo tres jornadas por parte del Banco Central, un dólar oficial que alcanzó los $1.515 y un riesgo país que superó los 1.440 puntos, los indicadores de la economía real muestran claros signos de deterioro. PBI en retroceso y el fantasma de la recesión El desajuste financiero se correlaciona directamente con la actividad económica. El INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) informó que el PBI del segundo trimestre de 2025 se contrajo un 0,1%, un dato que contradice las proyecciones oficiales de crecimiento del 5,4% para este año. Este retroceso ha llevado a economistas a hablar abiertamente de «recesión», poniendo en duda las promesas de recuperación del gobierno. Guido Sandleris, expresidente del Banco Central, fue contundente en su análisis: «El equilibrio fiscal es hoy la principal fortaleza del país, pero la vulnerabilidad está en la falta de un colchón de dólares que funcione como seguro frente a crisis». Múltiples canales de transmisión de la crisis La inestabilidad financiera se transmite a la economía cotidiana por varias vías: Riesgo país elevado: Este indicador encarece el financiamiento externo, lo que se traduce en tasas de crédito prohibitivas para el sector privado y complica la colocación de deuda para el Estado. Inestabilidad del dólar: La escalada del dólar genera una parálisis en la cadena de valor. Sin un precio de referencia claro, las empresas posponen la compra de insumos, frenan ventas y se dificultan las negociaciones de contratos. Damián Di Pace, economista de Focus Market, lo resume así: «Cuando no hay un dólar de referencia, no hay precio, y sin precio se paralizan operaciones». Altas tasas de interés: Para frenar la corrida cambiaria, el Banco Central elevó las tasas de interés a niveles cercanos al 100% de tasa efectiva anual. Aunque esta medida se ha moderado, encareció el financiamiento a corto plazo (tarjetas de crédito, préstamos), restringiendo el consumo y la capacidad productiva. Venta de reservas: La masiva venta de reservas muestra el límite de la estrategia gubernamental. Este uso de dólares reduce el poder de fuego del Banco Central para contener la volatilidad y genera dudas sobre la sostenibilidad de la política cambiaria a largo plazo. Consumo, producción y empleo en caída libre Los efectos de esta crisis ya se sienten en los hogares. El consumo privado cayó 3,2% en agosto, según un índice de la Universidad de Palermo. En el mismo mes, las ventas en supermercados cayeron 5,1% y en mayoristas un 8,1%, según datos de Scentia. La industria, en tanto, no es ajena al panorama. Un informe de la UIA (Unión Industrial Argentina) advierte que, si bien hay sectores que resisten, la mayoría de las empresas manufactureras ven una caída sostenida en sus ventas, producción y empleo. El contraste entre el discurso oficial de crecimiento y la realidad de los datos es cada vez más palpable. La combinación de una actividad en baja, crédito caro y pérdida de reservas configura un escenario que, según los economistas, podría profundizar la recesión en los próximos meses. La confianza del consumidor también refleja este pesimismo, con una nueva caída en septiembre tras el derrumbe de agosto, evidenciando el impacto de la coyuntura sobre las decisiones de los hogares argentinos.
Ver noticia original