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» El Ciudadano
Fecha: 20/09/2025 14:11
Priscila Kahla/ Especial para El Ciudadano Techo es una ONG (organización no gubernamental) creada en 1997 en Chile para dar en respuesta a un temporal. Voluntarios se unieron para construir casas de emergencia para las personas afectadas. Techo fue creciendo de forma exponencial y fue armando sedes en numerosos países de latinoamérica. Entre ellos, Argentina, donde al día de hoy cuenta con 11 sedes en las distintas provincias. Rosario, es la sede en Santa Fe. Techo tiene un objetivo: superar la situación de pobreza en los asentamientos. Para eso, se organizan, visitan distintos barrios populares de la ciudad los sábados a la mañana. Allí, relevan datos, conocen a los vecinos, comparten “mesas de trabajo” y juntos encaran soluciones de vivienda y hábitat, fortaleciendo lazos comunitarios. En fechas especiales, organizan actividades fomentando un espacio de encuentro y también, llevan a cabo obras públicas en base a los problemas que cada barrio afronta. Las construcciones de viviendas es lo central de Techo y su propósito es que cada vez sea menos la gente que viva con piso de tierra. Las casas que construyen son prefabricadas en madera, lo que permite su construcción en un tiempo acotado. Ninguna construcción es fortuita. Las casas que se construyen son elegidas en base a encuestas que se llevan a cabo en los barrios, priorizando aquellos que por ejemplo se encuentran en situación de hacinamiento, familias que tienen hijos pequeños o ingresos por demás de bajos, entre otros aspectos. Desde sus inicios hasta ahora, esta reconocida ONG se ha caracterizado por dos cosas: juventud y experiencia. Y es que está conformada en su mayoría por jóvenes menores de 30 años que viven este proyecto como una experiencia única. Esta vez no fue la excepción, los días de construcción designados son sábado y domingo, pero el plan es aún mayor. Los voluntarios, que en este caso fueron más de 100, pasan el fin de semana todos juntos. El colegio San Patricio brindó el espacio para que pudieran comer y dormir ahí. “La vida de escuela”, como ellos le llaman, les ofrece un tiempo para conocerse antes de salir a construir, hacer comunidad y mantener una constancia para que los mismos que se comprometieron a iniciar la construcción de una casa sean los mismos que la terminarán para entregarla a la familia. Allí se dividen las cuadrillas, aleatoriamente, la experiencia en construcción no es necesaria, lo que invita a que cualquiera pueda participar. Esta vez, Piamonte y Ludueña, fueron los barrios seleccionados para realizar el proyecto, siendo Ludueña, primerizo en construcciones techeras. Entre mates, música y almuerzos compartidos, cada cuadrilla se dispone a la vivienda que le toca, allí conoce a la familia y juntos llevan a cabo la construcción. Contra viento y marea, el fin de semana anterior la lluvia no interrumpió la jornada del sábado, pero la lluvia del domingo dejó en evidencia la situación en la que viven tantas familias cuando llueve. Inundación, falta de desagües y peligros de electrocución, generando que la construcción y sobre todo el techado de la vivienda deba posponerse. “Hasta que se vuelva un derecho conseguido y no un privilegio”, repiten los voluntarios en el último tramo.
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