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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/09/2025 20:32
Un psicólogo informa sobre las razones por las que termina una relación (Montaje Canva Infobae) Existen múltiples razones por las cuales las relaciones amorosas llegan a su fin: diferencias en los proyectos de vida, la distancia física o emocional, discusiones recurrentes o, simplemente, un amor que se va apagando con el tiempo. Cada relación es única, pero los factores que conducen a la ruptura suelen ser similares: expectativas incumplidas, falta de comunicación o la evolución personal de cada individuo que, en ocasiones, toma caminos distintos. Cuando estas separaciones ocurren, quienes son dejados a menudo atraviesan un período complejo marcado por pensamientos intrusivos, sentimientos de tristeza profunda y una constante revisión de los errores o momentos compartidos. Este proceso de duelo emocional implica un esfuerzo por reconstruirse y encontrar un nuevo equilibrio personal. El duelo amoroso: autoestima y resiliencia Según el psicólogo y divulgador de TikTok @acorlosgonz, si una persona cree que no está recibiendo lo que merece por parte de su pareja, puede empezar a replantearse la ruptura. Si no se siente valorada, respetada, es muy posible que quiera terminar dejándolo. Cuando suceden estas situaciones, un bucle de pensamientos intrusivos acentúan los momentos de tristeza. Según el psicólogo, esta introspección interior no sirve para nada más que alargar el duelo. Una pareja experimentan los primeros momentos de la ruptura (Freepik) El duelo trae consigo una vorágine de pensamientos complejos en donde, en muchas ocasiones, las personas cuestionan su valor. Sin embargo, para aquellos que tienen la conciencia tranquila y saben que, durante la relación, lo hicieron lo mejor que pudieron, es importante que entiendan que su valor no está relacionado con la ruptura. Por el contrario, lo que sí interviene es la incapacidad de la otra persona de apreciar lo que su expareja le puede ofrecer como compañero. A raíz de este hecho se puede producir un descenso de la autoestima o una falta de amor propio, que en ocasiones lleva a insistir a la otra persona de volver o intentarlo de nuevo. Es fundamental comprender que rogar por una segunda oportunidad rara vez conduce a resultados positivos y, por el contrario, puede profundizar la sensación de pérdida y de desvalorización personal. Las expectativas de que la otra persona cambiará de opinión o que el amor volverá a florecer pueden convertirse en una trampa emocional que prolonga el sufrimiento. Aprender a soltar, aunque resulte doloroso, permite fortalecer la autoestima y establecer límites saludables. Con el tiempo, aceptar que algunas relaciones tienen un cierre definitivo ayuda a reconstruir la confianza en uno mismo y a abrirse a nuevas experiencias más equilibradas. Sobre las terceras personas Por otro lado, contrario a la creencia popular, el psicólogo advierte que, en los casos donde las terceras personas intervienen en la ruptura de una relación, este no es el único motivo. La presencia de alguien más suele ser solo un síntoma, no la causa de un distanciamiento previo entre la pareja. Cuando un miembro de la relación se siente desconectado, insatisfecho o emocionalmente distante, es más vulnerable a establecer vínculos fuera de la relación que reflejen las carencias de su vínculo inicial. En este sentido, la ruptura no ocurre por la intervención externa, sino por una desconexión preexistente que ya debilitaba la relación desde dentro, dejando que factores externos se conviertan en catalizadores, pero no en la raíz del conflicto.
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