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CABA » Plazademayo
Fecha: 18/09/2025 19:11
Un estudio de la Universidad Nacional de Australia confirma que en el sudeste asiático ya se practicaba la momificación ahumada miles de años antes de Egipto. Un equipo de la Universidad Nacional de Australia, encabezado por la investigadora Hsiao-chun Hung, documentó el hallazgo de las momias más antiguas conocidas hasta ahora. Según el estudio publicado en la revista PNAS, estas momificaciones fueron realizadas hace aproximadamente 14.000 años en el sudeste asiático, superando por miles de años a las momias de Egipto y Chile. Una técnica de momificación milenaria Los investigadores analizaron restos de 95 yacimientos pre-neolíticos ubicados entre el sur de China, Indonesia y Vietnam. Los cuerpos estaban en posiciones compactas y mostraban signos de haber sido desecados al humo, un proceso que podía extenderse por tres meses. La práctica consistía en colocar los cadáveres sobre fuego de baja intensidad para secarlos antes de enterrarlos. A diferencia de otras culturas, los cuerpos no eran sellados en contenedores, por lo que la conservación era temporal. Con el tiempo, las momias eran colocadas en cuevas, bajo refugios rocosos o enterradas. Cultura y espiritualidad en juego Para Hung, este hallazgo revela una profunda conexión espiritual con los ancestros: “Las personas del pasado dedicaron tiempo y energía para preservar los cuerpos de sus seres queridos en forma visible. Es un impulso humano de mantener unidas a las familias para siempre”, declaró a la agencia EFE. Estas prácticas, explican los investigadores, habrían surgido como respuesta a las condiciones climáticas húmedas de la región, que impedían la desecación natural. Por ello, el humo se convirtió en una herramienta fundamental para garantizar la preservación de los cuerpos. Un descubrimiento que cambia la historia Hasta ahora, la tradición de momificación más antigua registrada era la de la cultura Chinchorro en la costa de Atacama, Chile, que data de unos 7.000 años antes de nuestra era. Este nuevo hallazgo duplica esa antigüedad y replantea el origen de las prácticas funerarias complejas. La investigación no solo aporta datos sobre técnicas de momificación, sino que también ofrece una ventana a las creencias de sociedades cazadoras-recolectoras que vivieron durante el Pleistoceno final y el Holoceno temprano. Persistencia a lo largo de milenios Lo más sorprendente para el equipo científico es la continuidad de esta tradición en la región durante más de 10.000 años. Según Hung, su permanencia evidencia la importancia simbólica de mantener presentes a los ancestros.
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