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» Elterritorio
Fecha: 18/09/2025 18:18
Recopila el trabajo de diez años de biólogos y genetistas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unam. Esta guía se puede descargar de manera gratuita desde la Editorial Universitaria jueves 18 de septiembre de 2025 | 5:00hs. Se realizaron muestreos que consistían en capturar los peces, fotografiarlos y luego liberarlos. Es reciente todavía el furor que provocaron las expediciones en el cañón submarino Mar del Plata transmitidas por streaming por parte de científicos del Conicet, pero aquí en Misiones un grupo de investigadores llevó adelante durante una década la exploración de los arroyos que forman parte de la Reserva de Biósfera Yabotí y publicó una guía de los peces que allí habitan. Se trata del libro Los peces de la reserva de biosfera Yabotí que lo llevaron adelante las biólogas Patricia R. Araya y Silvia A. Flores; los genetistas Marcelo J. Serrano, Adriana G. Barboza y Lourdes M. Hirt. Son docentes de la Facultad de Exactas, excepto Araya y Hirt que están jubiladas pero cuyos años de investigación están también recopilados en este libro que por el momento está solo en formato digital. Se puede descargar para quien guste conocer de este mundo o tenerlo como referencia de estudio mediante el link https://editorial.unam.edu.ar/index.php/component/hikashop/product/673-los-peces-de-la-reserva-de-biosfera-yaboti. “Las bases de este libro están sentadas en un trabajo que busca que la persona que lo lea entienda la biodiversidad como algo que tenemos que cuidar. Tiene que ver con que nuestro mundo sea un lugar un poco más consciente, un lugar un poco mejor y que no solamente estemos en él, somos parte de este planeta”, señaló en diálogo con El Territorio Marcelo Serrano, uno de los investigadores. Durante esos diez años el equipo se dedicó al estudio de los peces que habitan de los arroyos Yabotí, Paraíso, y el río Uruguay, cursos de agua que rodean la reserva o se meten dentro de la reserva. En campo se realizaron muestreos que consistían en capturar los peces, fotografiarlos y luego liberarlos para no dañar el hábitat y tampoco depredar la especie. “Hay algunos que se deben muestrear con la intención de saber quiénes son, porque para poder saber a qué especie pertenece a un pez tenemos que, por ejemplo, contar escamas, los radios de las aletas, inclusive registrar la coloración, tomar una serie de medidas morfométricas que nos dicen a qué especie pertenece”, explicó el profesional. Y en ese marco de la labor, añadió: “Eso se complementa con pruebas genéticas en algunos casos cuando se puede, en otros casos no, porque todo en la investigación termina condicionado por el dinero o por otras cuestiones”. Además de dar a conocer estas especies que son únicas en estos cursos de agua, Serrano reafirmó que el compromiso está puesto en la importancia del ecosistema y de la biodiversidad hasta el momento poco estudiada. En cada uno de los trabajos se buscó concientizar sobre la importancia del ambiente donde estábamos trabajando, la importancia del ecosistema, de la biodiversidad y mientras tratar de poner en énfasis el conocimiento de esa biodiversidad que hasta el momento había sido muy poco estudiada. “La reserva tiene arroyos con particularidades porque las especies solamente están en esos arroyos, por ende, si sufre algún daño o por la misma contaminación propia de la presencia del ser humano, va a generar que especies que quizás aún no han sido descubiertas se pierdan”, reafirmó. Si bien hay conocimiento de los peces, son en su mayoría sobre los que llegan a la mesa, es decir, los comestibles, pero los poco conocidos son también importantes en el ecosistema. “Estas regiones son muy importantes porque se conocen como puntos calientes de biodiversidad. La idea es que las personas que concurran o que conozcan esta reserva y las especies que viven ahí, puedan entender por qué se buscan preservar los arroyos de la manera en la que están, tratar de mantenerlos con la vegetación que tienen sin contaminarlos, sin corromperlos”, animó Serrano. Y sumó: “Hay especies que son consideradas endémicas, están en una región determinada y que viven en un ambiente en particular. Las mojarras en general para nosotros son mojarras, pero para el que mire el libro se va a encontrar con una diversidad de estos pececitos que parecen insignificantes”. El profesional lamentó que hay una tendencia a pensar que todas las especies tienen que tener un uso para el ser humano. Sin embargo, todas ellas cumplen un papel fundamental dentro del ecosistema. “Vamos a tener muchas especies que enriquecen cada uno de los cursos de agua, que son únicas”, indicó. Los ojos del investigador Serrano sostuvo que visitar el lugar como investigador y realizar en ese espacio verde tan vasto y diverso abre otras posibilidades que son únicas, pero sea ese el caso o el de un turista es necesario reconocer el valor de la reserva “también vaya acompañado de conciencia, de cuidado, de preservación, que no se transforme solamente en algo que se puede vender”. “Lo que más nos sorprendió creo que son las posibilidades y la sorpresa de lo que no vemos. Conocer estos arroyos, navegarlos, nadar, hacer filmaciones subacuáticas y ver todo lo que no se ve realmente es único”, confesó. Reparó en que si bien todos los arroyos pueden parecer lo mismo, dentro de cada uno de ellos hay un sin número de especies que son de diferentes colores, formas “y por sobre todas las cosas cada una aporta un granito de arena al ecosistema y eso es algo que realmente te te hace volar la cabeza, te hace pensar en que no solo tenés que proteger, sino que tenés que seguir generando conocimiento para contagiar a más personas y que tengan las mismas ganas que uno de proteger lo que es nuestro”. Para finalizar, el investigador ponderó el esfuerzo de que este trabajo provenga de la universidad pública, que a pesar de los tiempos difíciles. “La universidad transita una etapa difícil en muchos aspectos, hay muchos cambios no solamente políticos, sociales, sino también económicos, de perspectivas de enseñanza, un montón de cosas y poder generar conocimiento en tiempos difíciles es muy importante, porque implica una labor y un sacrificio no solamente de las personas, sino también de de de la estructura que hay, de las instituciones, con todas las limitaciones que pueden existir, creo que está está bueno reconocerlo y ponerlo en valor”, concluyó.
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