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Parana » ER 24
Fecha: 18/09/2025 02:36
INVESTIGACION ESPECIAL: El caso Wolff Furlong: Pedofilia protegida, justicia demorada y conexiones de poder Mario René Wolff Furlong, ex comisario de la Policía de Entre Ríos, llevó una doble vida: mientras ostentaba su placa policial, también era productor del programa televisivo “Cuestión de Fondo” conducido por el periodista Daniel Enz. Furlong –amigo íntimo y asistente de Enz– terminó condenado a 22 años de prisión por aberrantes delitos de abuso y corrupción de menores. Durante años, su nombre estuvo “protegido por cierta prensa”, evitando el escrutinio público pese a las denuncias. Enz, «reconocido» periodista de investigación, contaba con Furlong como custodio personal asignado por la Policía, e incluso como productor de su programa a través de la productora Crónicas Urbanas que el propio Furlong dirigía. Este arreglo implicó que Furlong cobrara su salario policial (y presuntamente viáticos extra) mientras en realidad trabajaba en medios privados para Enz. Las autoridades recién comenzaron a indagar este vínculo en 2023, cuando el abogado Guillermo Reggiardo elevó un pedido de informes al jefe policial. Solicitó conocer qué funciones cumplió Furlong en sus “últimos años” en la fuerza y bajo qué decreto fue asignado a la custodia de “un animador radial paranaense” (en alusión a Enz). También exigió saber si recibió pagos extra –por movilidad, viáticos u otros conceptos– por esa función especial. La sociedad, argumentó Reggiardo, merece saber “por qué cobró viáticos y fue afectado a una custodia poco clara” mientras campaba impune por las calles. Irónicamente, Daniel Enz –famoso por exigir transparencia– ha guardado silencio público sobre estos beneficios irregulares de su amigo y empleado. Wolff Furlong aprovechó esa protección institucional y mediática para evadir a la justicia durante mucho tiempo. Incluso llegó a presentarse a sí mismo como víctima de un complot, diciendo que las acusaciones buscaban “ensuciarlo a él para manchar a Daniel Enz” según trascendidos de su defensa. Sin embargo, el avance de la causa terminó desnudando la gravedad real de sus crímenes y las redes de complicidad que lo rodeaban. Una década de abusos rituales y justicia demorada El caso de los “hermanitos abusados de Oro Verde” conmocionó a Entre Ríos. Entre 2005 y 2015, tres niños de una misma familia fueron sometidos durante años a ritos sectarios, orgías y prostitución infantil, con la participación activa de su madre, abuelos, tíos y conocidos. Furlong emergió como uno de los principales abusadores, aprovechando su rol policial para facilitar los crímenes (incluso se investigó si “liberó” la zona del túnel subfluvial para trasladar a una víctima a Santa Fe). La primera denuncia se radicó en 2013, pero durante cuatro años el expediente permaneció prácticamente congelado en los despachos judiciales. Recién en 2017 ocurrió un giro decisivo: la fiscal Laura Cattáneo “rescató” la causa del olvido. Revisó las antiguas entrevistas en Cámara Gesell a los niños y advirtió que la investigación inicial –que había tratado el caso como un abuso intrafamiliar aislado– subestimó la magnitud real del asunto. De hecho, pidió anular lo actuado hasta 2017 y amplió las imputaciones: detrás del núcleo familiar se ocultaban otros implicados de fuera del hogar, cuyas identidades fueron desentrañadas con paciencia (los chicos habían dado apodos y pistas en sus testimonios). Diversas razones explican por qué la causa estuvo “dormida” tanto tiempo. Por un lado, trabas burocráticas: la transición al nuevo Código Procesal Penal dejó expedientes antiguos en un limbo, cambiando de fiscal en fiscal. Pero además, como señaló la querellante Marina Hundt, “seguramente hubo alguna mano invisible que haya querido que esto no avance”. La sospecha de interferencias de poder siempre sobrevoló el expediente. Un dato llamativo es que la primera esposa de Daniel Enz se desempeñaba por entonces como funcionaria a cargo de la Cámara Gesell donde se tomaron los testimonios clave –un posible conflicto de interés que alimentó suspicacias en torno a la demora de la justicia. (Si bien no se ha comprobado oficialmente esta influencia, la mera coincidencia incrementó las dudas sobre la falta de avances durante años.) Lo cierto es que el impulso de 2017 quebró la inercia y la verdad comenzó a salir a la luz. En 2019 el juez Gustavo Maldonado procesó a 11 acusados (la mayoría familiares de las víctimas y un “comisario general retirado y también productor de TV”, es decir Furlong). La Cámara de Apelaciones de Paraná confirmó esos procesamientos a fines de 2019, habilitando el juicio oral. Para entonces, los niños víctimas ya eran mayores de edad y pudieron reconocer a sus abusadores en rueda de personas sin titubeos. En noviembre de 2022 llegó la sentencia: el Tribunal de Juicio de Paraná condenó a 8 imputados a penas de entre 9 y 25 años de prisión. Furlong recibió 22 años de cárcel como autor de promoción de corrupción de menores agravada, reiterada, aprovechando la confianza y edad de las víctimas. La madre de los niños fue sentenciada a 25 años, la tía a 22, y otros familiares a penas proporcionales. El fallo confirmó que los relatos de los menores en Cámara Gesell eran veraces y coherentes, desmontando la teoría defensiva de un supuesto “complot familiar”. Luego de la condena, las defensas estiraron los tiempos con apelaciones. Pero en agosto de 2023, la Cámara de Casación de Concordia ratificó íntegramente las penas contra Furlong y los demásr. Finalmente, en julio de 2024, el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos rechazó los últimos recursos extraordinarios, cerrando definitivamente el caso. Fueron diez años de lucha desde la primera denuncia hasta conseguir justicia efectiva. En el camino, las complicidades institucionales se fueron resquebrajando: solo cuando se produjo una ruptura en las altas esferas judiciales –como la interna entre el Procurador General Jorge García y sectores del STJER– se allanó el camino para que avanzara esta causa emblemática. En otras palabras, el cambio en la correlación de fuerzas políticas y judiciales permitió que aquello que antes se encubría saliera por fin a la luz. Caída del manto de impunidad y últimas maniobras de Furlong Una vez firme la sentencia, Furlong perdió los privilegios que lo mantenían cómodo fuera de prisión. Durante el proceso, gozó de arresto domiciliario (supuestamente por tener “arraigo familiar”), pero en 2023 se descubrió que violaba esa medida: salía de su casa libremente, ignorando las restricciones. Enterada la justicia de este desafío, la Sala Penal del STJ revocó la domiciliaria y ordenó su inmediata detención en la Unidad Penal Nº1 de Paraná. Desde fines de 2023, Wolff Furlong duerme tras las rejas, como exigían las víctimas y la comunidad, EN GUALEGAUYCHU, LA GRANGA UP9. Lejos de admitir su culpa, el ex comisario sigue buscando torcer su destino. En septiembre de 2025, volvió a los titulares al solicitar “beneficios” penitenciarios en una audiencia de visu (presencial). Con apenas unos pocos años cumplidos de su condena de 22, Furlong aspiraría quizás a salidas transitorias u otras prerrogativas, algo que genera indignación social. No olvidemos que este hombre violó sistemáticamente las condiciones cuando estuvo en domiciliaria, demostrando un “grosero desapego” a las reglas. Familias y abogados advirtieron que permitirle beneficios sería un insulto a la justicia lograda con tanto esfuerzo. “La sociedad pide que Wolff Furlong no ande caminando suelto por la calle” –remarcó el abogado Reggiardo– y que se esclarezca por qué durante años cobró del Estado sin prestar servicio mientras sus delitos seguían impunes. A esta altura, el manto de impunidad que lo rodeaba se ha caído: Furlong ya no es el “protegido” de nadie. Su caso se convirtió en sinónimo de justicia tardía pero finalmente concreta. Y sin embargo, las ramificaciones de su historia siguen revelando verdades incómodas sobre el poder en Entre Ríos. OTROS VINCULOS DE ENZ Y LA PEDOFILIA Los documentos del expediente 039/2018 también revelan un hecho gravísimo: Daniel Enz sustrajo del expediente judicial material fotográfico de menores víctimas en situación de desnudez y lo remitió a medios nacionales de Buenos Aires. Esa difusión, realizada sin consentimiento de las víctimas ni autorización del fiscal interviniente, constituye no solo una vulneración de la intimidad y la dignidad de los niños, sino también una violación palmaria del secreto de sumario y de las reglas básicas de protección de víctimas de delitos sexuales. Este accionar, que colocó a las víctimas nuevamente en situación de exposición y revictimización, expone de manera descarnada la connivencia entre prensa y poder judicial, y abre la pregunta de cómo pudo permitirse semejante atropello sin sanción institucional alguna. Daniel Enz, Guillermo Michel y el juego político hacia 2027 Hoy el nombre de Daniel Enz vuelve a aparecer, no como periodista denunciando estos hechos, sino como actor en las sombras de la política y la comunicación provincial. Enz se ha asociado estratégicamente con Guillermo Michel, un influyente operador político del peronismo entrerriano, en un esquema de medios que busca incidir en la agenda pública. La conexión entre ambos la personifica Facundo Cabrera, conocido por liderar el Grupo Octógono (una consultora local tristemente célebre por montar espionaje ilegal “berreta” desde una oficinita frente a la Casa de Gobierno). Cabrera –antiguo espía devenido armador– “sigue más vigente que nunca, cerca de los que pretenden seguir manejando los hilos del poder” en la provincia. Detrás aparece Michel, a quien describen como “el gran estratega del silencio”: un hombre que “nunca fue votado por nadie, pero pretende decidir el futuro del peronismo entrerriano… desde Puerto Madero”. Este arquitecto de acuerdos de escritorio, que dirige operaciones políticas vía Zoom desde Buenos Aires, ve en los medios un instrumento crucial para sus fines. Allí es donde la sociedad con Enz cobra sentido. Utilizando empresas de comunicación, redes de noticias e incluso el histórico Canal 11 de Paraná, el tándem Michel–Enz (con Cabrera como operador) busca construir y cuidar la imagen de sus aliados políticos. En la práctica, actúan como un aparato de prensa paralelo al oficial, proyectando narrativas favorables a su espacio. No resulta casual que Michel esté invirtiendo sumas en redes sociales y contenidos digitales –se menciona su gasto millonario en publicidad online y pagos a punteros mediáticos– para sostener a figuras como Adán Bahl y Rosario Romero, las cartas que baraja el peronismo de cara a 2027. Bahl (areferente del SAQEUO según el caso) y Romero (intendenta de Paraná) aparecen, de la mano de Michel, como las opciones para que su facción retenga el poder provincial en las próximas elecciones. De hecho, analistas locales señalan que “lo único que sostiene a Romero y a Bahl es la puesta en escena” –una maquinaria de actos, fotos y prensa amiga que disimula la erosión real de su apoyo. En esa “escenografía” entra el aporte comunicacional de Enz, cuya trayectoria periodística le brinda credibilidad ante cierto público. La Caldera, un medio digital de investigación independiente, ha venido destapando estas movidas con tono punzante: habla del “espejismo militante” montado para simular mística donde ya no la hay. En resumen, el escándalo Wolff Furlong no solo expuso a un pedófilo oculto tras un uniforme y un micrófono, sino que también sacó a la luz las tramas de poder que posibilitaron su impunidad. Las conexiones de Furlong con periodistas y políticos de alto nivel fueron piezas de un sistema más amplio de favores cruzados, silencios cómplices y protección mediática. Hoy, con Furlong preso, queda al desnudo cómo sectores del periodismo y la política entrerriana se entrelazan: Daniel Enz –quien alguna vez denunció sin temor a poderosos– aparece ahora asociado a operaciones de prensa orquestadas por Michel, buscando influir en quién gobernará Entre Ríos en 2027l. Esta historia, entonces, trasciende la crónica policial para convertirse en una radiografía de la decadencia de ciertas élites provinciales: una donde un comisario abusador pudo gozar de privilegios por sus amistades, y donde la lucha interna por el poder político es capaz de silenciar o amplificar verdades según la conveniencia. Conclusión: Lecciones de un caso emblemático El caso Furlong deja lecciones aleccionadoras. La justicia demoró demasiado, pero finalmente llegó gracias a la tenacidad de fiscales, querellantes y jueces probos que supieron sacudirse presiones. También por la valentía de las víctimas, que mantuvieron sus denuncias a pesar de años de abandono. La “mano invisible” que detuvo el expediente durante tanto tiempo muestra el peligro de la interferencia política en el Poder Judicial. A la vez, la complicidad de ciertos medios con los poderosos subraya la importancia de un periodismo verdaderamente independiente: uno que no calle verdades incómodas ni proteja a amigos influyentes. En Entre Ríos, la olla se destapó: un pedófilo con credenciales policiales y vínculos VIP terminó tras las rejas, y con él cayeron máscaras en la fuerza, la justicia y la prensa. Pero la vigilancia ciudadana no debe ceder. Quedan preguntas abiertas sobre aquellos años de impunidad –¿quiénes no quisieron que avanzara la causa, y por qué?– y sobre el presente, donde los mismos que ayer callaron hoy pretenden manejar los hilos del futuro. Como sociedad, el desafío es exigir que nunca más “beneficios” espurios ni complicidades políticas frustren la justicia en casos tan graves, y que la verdad prevalezca por encima de pactos de poder. Solo así los hermanitos de Oro Verde habrán obtenido algo de reparación, y estaremos más prevenidos ante el próximo Furlong que aceche en las sombras. Fuentes: Wolff Furlong condenadiariojunio.com.ar; Causa Oro Verde detalles y demoraelonce.comradioclickdigital.com.ar; Pedido de informes por rol de Furlongapfdigital.com.arapfdigital.com.ar; Rol de Michel y Cabrera en política actuallacaldera.com.arlacaldera.com.ar. Todas las citas corresponden a informes periodísticos y judiciales conectados con la investigación.
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