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» AgenciaFe
Fecha: 17/09/2025 23:20
Para los argentinos el mate es parte del ADN y es de lo más común que, para ir a todas partes o mantener el agua caliente en casa, usemos termos. Pero los vaivenes de la economía y las modas, que necesariamente influyen en la vida cotidiana, pueden hacer que sin saberlo, compremos un termo que sea un riesgo para nuestra salud. Compañero argentino y objeto de moda Recientemente se detectaron en Buenos Aires, sobre todo en ventas callejeras y algunos comercios donde se pueden adquirir artículos importados económicos, termos " truchos" que se parecen a los de la marca Stanley, a precios muy convenientes. Un episodio similar se había producido ya en 2024, cuando se incautaron en el barrio de Balvanera de Buenos Aires 2300 termos falsos. También, se detectaron en varios puntos del interior del país, ya que ingresan desde Bolivia o Brasil. En su mayoría son de fabricación china. Fabricados con acero inoxidable de baja calidad, son más baratos y robustos que los que tienen una cápsula de vidrio en su interior, pero si no cumplen con las normas establecidas, pueden desprender con su uso metales peligrosos como arsénico, plomo, cadmio o mercurio, que causan intoxicaciones crónicas. Un informe técnico de la Dra. Elda Cargnel, jefa de la Unidad de Toxicología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, señaló al respecto que la exposición continua a estos materiales puede causar déficit de atención, retrasos en el lenguaje, problemas de crecimiento, alteraciones en el coeficiente intelectual y problemas digestivos. Por qué son peligrosos Los termos que no estén homologados con el sello de la autoridad nacional en su base no están diseñados para contener líquidos aptos para el consumo humano, ya que para ello deben estar fabricados con acero inoxidable de calidad 304, el material exigido por el Código Alimentario Argentino para garantizar la seguridad en el contacto con alimentos y bebidas. El riesgo de los termos no homologados está en su uso con el agua caliente, líquidos con proteínas o ácidos, ya que se van desprendiendo partículas del material. Esto los hace especialmente peligrosos para quienes toman mate varias veces al día y aún más, si se utilizan para preparar biberones o bebidas que consumen bebés o chicos. Para asegurar la inocuidad de los envases metálicos, los termos no deben contener más de 1% de impurezas constituidas por plomo, arsénico, cadmio, mercurio, antimonio y cobre considerados en su conjunto, según los parámetros fijados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). “Como el níquel es costoso, los termos ilegales usan materia prima no adecuada, que tienen un valor en el mercado de unas diez a quince veces menos. Este acero ‘tóxico’ contiene materiales contaminantes en valores mayores a los permitidos, como plomo, cobre, arsénico y azufre, entre otros, que se transmiten por las altas temperaturas o por la acidez de los líquidos”, explican en el grupo Mendizabal, importador de la marca Stanley en Argentina. Por otra parte, y más allá de las modas que destacan una u otra marca, un termo seguro y de calidad debe tener: Cápsula de vidrio u acero doble capa Sellos que garanticen su aprobación por las autoridades nacionales en seguridad alimentaria Instrucciones de uso claras y en nuestro idioma. El alerta se extiende a todo tipo de jarros o mugs, vasos y tazas térmicas, ya que si están confeccionadas con acero deben estar homologadas de la misma manera que los termos.
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