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» Diario Cordoba
Fecha: 15/09/2025 12:05
“Barcelona va a tener Tour de Francia; es obvio, pero las autoridades van a tener que trabajar con discusiones internas para encontrar soluciones. Sólo espero que de aquí a la salida del Tour el conflicto en Gaza se haya solucionado y ya no por cuestiones deportivas sino humanitarias”, indicó este lunes Javier Guillén, director de la Vuelta, que lamentó la cancelación de la última etapa y condenó los episodios que se dieron el domingo en Madrid. “De lo ocurrido no se puede sacar ninguna conclusión buena”, aseguró el máximo dirigente de la ronda española. La opinión de Guillén sobre la salida del Tour 2026, el próximo 4 de julio, es importante, ya que Unipublic es una empresa propiedad de ASO, la dueña también de la ronda francesa, y por el hecho de salir de Barcelona siempre ha colaborado con la organización local desde el minuto uno de conseguir el respaldo de París. El precedente de San Sebastián En este sentido, hay que recordar que en 1992 el Tour salió de San Sebastián, en un ambiente mucho más hostil y grave, ya que la partida de la carrera se produjo en un momento muy delicado, con ETA en plena actividad. El Tour apostó, habló y negoció, al igual que hizo en 1996 cuando la ronda francesa llegó a Pamplona en un Tour preparado para Miguel Induráin que, por desgracia, nunca ganó. Tal como dice Guillén dentro de 10 meses la situación internacional puede haber cambiado, o que a raíz de la protesta propalestina en la Vuelta, la Unión Ciclista Internacional (UCI) tome medidas después de los incidentes, en menor medida, que ocurrieron el domingo durante el Gran Premio de Montreal, con siete detenidos por oponerse a la participación del Israel Premier Tech en la carrera canadiense. El papel de la UCI Centrado plenamente en la Vuelta, Guillén aseguró que la imagen dada en Madrid “fue inaceptable y que nunca más se debe volver a dar”. No quiso cargar contra nadie, menos contra el Gobierno. “No hay que entrar en debates. Se harán más adelante”, aunque siempre dejó claro que la decisión de excluir al Israel Premier Tech de la prueba la debía haber tomado la UCI, ya que ellos no tenían competencias. “La posición de la Vuelta es clara. Nosotros nos guiamos por la normativa UCI, a quien le compite el marco regulatorio. Ella pone y establece las normas de admisión de los equipos”, añadió. Aseguró que desde la primera etapa lo que habían pretendido era acabar la carrera, que siempre protegieron a los corredores y permitieron la protesta en favor de Palestina. “Fueron momentos muy duros en Madrid. Que cada cual juzgue las imágenes. Somos una carrera ciclista y siempre quisimos reivindicar esa esencia. Ningún equipo o corredor pidió parar la prueba”, aseguró también en contra de lo que se divulgó la semana pasada. Las conversaciones El máximo dirigente de la ronda reconoció haber hablado con el equipo afectado y llamado a la UCI para que tomara una decisión cuando las manifestaciones contra el Israel Premier Tech ya ponían en riesgo la competición deportiva. “Hablé con el CSD y también con la ministra (Pilar Alegría) y logramos los apoyos que necesitábamos. A la UCI les pedimos que tomaran una decisión y se declararon neutrales. No fuimos a una guerra si no a hacer nuestro trabajo”. Ayuntamiento y Comunidad de Madrid se habían comprometido a pagar, según diversas fuentes no oficiales, alrededor de 300.000 euros para acoger la última etapa de la Vuelta; una cantidad, negociación futuro al margen, que estaba sujeta a la celebración de la carrera, que se tuvo que interrumpir ante la manifestación propalestina en la capital de España, que según Delegación de Gobierno reunió a unas 100.000 personas.
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