Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Pronunciamiento de la literatura infantil argentina por Palestina - Real Noticias

    Concordia » Realnoticias

    Fecha: 15/09/2025 05:22

    “Volvemos a levantar nuestra voz, habida cuenta de que el plan de exterminio no solo no ha cesado sino que recrudece día a día”. El contundente pronunciamiento cobra relevancia por provenir de Alija, la entidad que reúne a quienes hacen la literatura infantil y juvenil en Argentina. La institución se suma “a los pronunciamientos por la paz de todos los organismos de derechos de las infancias del mundo, para exigir que cese el exterminio planificado sobre el pueblo gazatí”. Pide “que se respete el derecho a la vida de sus niños, niñas y jóvenes, que son asesinados y mutilados a diario”. “Y que se castigue a quienes están cometiendo estas atrocidades generando, además, en quienes logran sobrevivir, heridas físicas y psicológicas que dejarán marcas indelebles”, suma. “Las infancias son el objeto y el sujeto de quienes trabajamos con el arte para niños, y si no mencionamos esto, nada de lo que hacemos tiene sentido”, advierte David Wapner, reconocido escritor y editor que desde hace 27 años vive con su esposa, la artista visual Ana Camusso, en Arad, al sur de Israel, sobre el Mar Muerto. “Desde aquí vivimos esto con total desesperación, angustia e impotencia”, lamenta, y cuenta que todos los días habla con su amigo, el reconocido poeta y maestro Nasser Rabah, que está en la Franja, “como una forma de acompañarlo, porque es lo único que podemos hacer”. Wapner vive cerca de dos de las tres bases de la fuerzas aérea más importantes de Israel: “De acá salen los bombardeos para Gaza, para el Líbano, para Irán. Todos los días y las noches sentimos los aviones pasar. Y a las 4, 5 de la mañana se llevaban a cabo los programas de inteligencia artificial, como uno llamado Where is Daddy (Dónde está papá), que marca un blanco y espera la hora en que el padre vuelve a dormir para bombardear su casa, y matar de un saque a sus hijos, sus padres, toda su familia, porque los árabes viven juntos”, describe. “La infancia ha sido el objeto central de este genocidio, porque es una limpieza étnica, donde los palestinos deben ser arrasados, ya sea de la vida o expulsados de esta tierra. Eso es el pensamiento del Estado de Israel, y por eso hay un cálculo que recorre el mundo: Todos los días es asesinada un aula de chicos, 27, 30 chicos, los niños son el 40 por ciento de los asesinados en este genocidio. Y no solo han sido asesinados, sino que las escuelas han sido arrasadas, no existen más escuelas, no existen más las bibliotecas, sus maestros han sido masacrados, sus padres han sido masacrados, sus abuelos. El niño que no está muerto está herido, y quien no está herido, está muriendo de hambre”, alerta Wapner. Lo intolerable La escritora María Teresa Andruetto, ganadora del presitigioso Hans Christian Andersen -el premio más importante de la LIJ- puso en primer plano el tema cuando inauguró la última Feria del Libro Infantil de Buenos Aires. “Todas las personas debiéramos pronunciarnos frente a este genocidio, esta carnicería que se está produciendo contra un pueblo. Porque es contra ese pueblo y de algún modo también contra toda la humanidad”, repone ahora en diálogo con Página/12. “Pero particularmente para nosotros, personas que escribimos, ilustramos, investigamos, pensamos, enseñamos, reflexionamos en torno a las infancias, este infanticidio que Israel comete contra el pueblo Gaza y contra el pueblo palestino es verdaderamente intolerable”, marca la autora de El vestido. “Más aún si pensamos que el IBBY (International Board of Books for Young People, la organización mundial más importante del campo) fue creada por Jella Lepman, una filántropa que levantó los tres pilares del campo mundial de la literatura para niños y jóvenes: la Feria del Libro Infantil de Boloña, el Premio Andersen y la institución IBBY. Y la creó precisamente en respuesta al genocidio del nazismo contra el pueblo judío, gitano y otros pueblos”, recuerda. “Eso que está en el corazón mismo de la fundación del campo de la literatura infantil, hoy parece fundamental pronunciarlo, frente a esta destrucción humanitaria que Israel está cometiendo y que no tiene ya nombre”, advierte. El escritor Mario Méndez, presidente de Alija (una entidad que es miembro de IBBY a nivel local), repasa que esta asociación internacional se pronunció ya en 2023 pidiendo por la paz y en contra del infanticidio en Gaza, y que Alija reprodujo ese repudio y sostuvo ese mensaje de distintas maneras. “Ante el recrudecimiento del plan de exterminio y el desproporcionado ataque de un Estado poderoso contra un Estado desprotegido como es el gazatí, Alija vuelve a pronunciarse, pidiendo por los niños, las niñas y los jóvenes que son asesinados día a día, que son heridos física y psicológicamente, con heridas que dejarán marcas indelebles. Pedimos por el cese del infanticidio, en línea con los clamores de asociaciones de todo el mundo, colectivos de escritores y escritoras, especialistas, editores, que se manifiestan cotidianamente”, explica. En la Argentina este manifiesto viene siendo impulsado largamente por escritoras e ilustradores como Andruetto, Matías Trillo, Paula Bombara, Roberta Iannamico, Laura Escudero, también Adolfo Córdoba desde México o Wapner desde Israel, entre muchos y muchas. El milagro de jugar a la pelota Como muchos desde Gaza, el doctor Refaath Alathamna describe diariamente los padecimientos que atraviesa con sus cinco hijos, uno de ellos, el niño cuya foto acompaña esta nota, que con sus cuatro años “prácticamente no ha conocido más que esta vida, que no es tal”, lamenta. Con su doble nacionalidad palestina boliviana, pide -hasta el momento sin éxito- poder sumarse a un vuelo de evacuación de los que realizan varios países (recientemente hizo uno Chile). Junto al relato de la búsqueda de comida y agua a precios exorbitantes, misiles y muertes de familiares cercanos, desplazamientos continuos, narra estremecedoras postales cotidianas. Como la que surgió tras volver a su casa, o lo que quedaba de ella, con sus hijos, “Ayham volvió a tener su pelota. La misma que perdió cuando huimos. La misma que me pidió durante meses, con esa insistencia que solo los niños conocen. Ahora la tiene. Y su sonrisa lo dice todo. Pero no puede jugar en la calle. No hay lugar seguro. La calle en frente de mi casa tampoco. Ya lo vieron a primeros de este mes, donde todos nos salvamos de milagro. Ayham juega en casa con su hermano mayor. Entre paredes que tiemblan. Sobre un suelo que ya no es seguro. Con una pelota que rebota contra el silencio. Y aun así, juega. Porque los niños de Gaza no esperan a que el mundo les devuelva la infancia. La inventan. La defienden. La celebran. Esta foto es un milagro. Pero también es una pregunta: ¿cuánto tiempo más tendrá que jugar solo dentro de casa? ¿cuánto tiempo más estará sin comer lo que un niño necesita para crecer? ¿Hasta cuándo podré distraerle con la pelota?”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por