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Parana » Informe Digital
Fecha: 14/09/2025 21:42
¿En qué momento comienza el ocaso de un Gobierno? Con la perspectiva del tiempo, quienes alcanzan la cúspide del poder suelen señalar el instante que marcó un antes y un después para una administración. Marcos Peña podría argumentar que todo empezó en abril de 2018, durante ese fin de semana de turbulencia cambiaria en que el macrismo se reunió en Olivos para deliberar ajustes, pero finalmente no implementó ninguna modificación real. Por su parte, Alberto Fernández y sus ministros sostendrían que el quiebre se produjo tras la derrota en las legislativas de 2021, cuando el entonces Presidente se negó a aceptar las renuncias de los funcionarios kirchneristas. Esto es solo parte de la historia reciente. En su obra “Diario de una temporada en el Quinto Piso”, Juan Carlos Torre relata la trastienda cotidiana del ministerio de Economía de Alfonsín, encabezado por Juan Sourrouile, quien era su segundo. En su diario del 23 de julio de 1988 escribe: “Crisis de Juan. Según sus propias palabras: ‘Voy a desertar del ministerio’, me confesó a las 11 de la mañana, y se recluyó en su casa. Desde las tres hasta las siete de la tarde le hice compañía.” ¿Cuál será el momento que elegirán, en el futuro, los hermanos Milei o Santiago Caputo para narrar su propia historia? Por ahora, es una incógnita. Ni siquiera se sabe si La Libertad Avanza cumplirá más de un mandato, y hay varios en el círculo rojo que, en estas horas críticas, se atreven a especular que ni siquiera eso. Sin embargo, hay una verdad indiscutible: si lo que ocurrió en los días previos y posteriores a la derrota electoral de los violetas en Buenos Aires representa un punto de inflexión, hay anécdotas suficientes que ilustran el dramatismo del momento. Gritos y empujones entre Sebastián Pareja y “el Mago de Kremlin”. Forcejeos entre el asesor y “Lule” Menem. Guillermo Francos, resignado, que busca una excusa para no acudir al búnker el día de la elección. El desconcierto del entorno más cercano al oficialismo al observar hasta dónde llega el control de la menor de los Milei sobre su hermano. Insultos acalorados en las redes sociales entre sus principales figuras mediáticas. El Gobierno ha entrado en un espiral del cual puede resultar difícil salir. Se trata de una implosión evidente. Trastienda. La noche del domingo 7, tras conocerse la diferencia de 14 puntos que el peronismo le sacó a los libertarios, reinaba una profunda preocupación en el Gobierno. Una sensación que rozaba el pánico. Sin embargo, la mayor parte del oficialismo se aferraba a una única esperanza: que tan contundente derrota sirviera para llevar a cabo un cambio profundo en la estructura y el Gabinete, algo que todos los actores involucrados venían reclamando desde hace tiempo, con cada vez menos paciencia. Todos, salvo, claro está, los señalados, Karina Milei y su grupo. En aquellas últimas horas del domingo surgió una noticia. Una que trascendió no solo entre el periodismo, sino también en el oficialismo. De hecho, el periodista Joaquín Morales Solá reveló que incluso el propio Presidente compartía esa misma certeza: a la mañana siguiente le solicitaría las renuncias a Sebastián Pareja y “Lule” Menem, los responsables territoriales de su hermana. Quien escribe esta nota publicó un tuit en su cuenta personal a las 22:22. “A los que ya están velando a Menem y Pareja les recuerdo que: el hombre más solo del mundo siempre, pero siempre, hace lo que Karina quiere”. En esas horas se hablaba de un “toma de poder” del caputismo del Gobierno, e incluso de la posibilidad de que al asesor, que por primera vez subió a un escenario, se le otorgara un cargo formal. Sin embargo, la noche siguiente nada de eso sucedió. Los karinistas fueron ratificados en sus posiciones y no se llevó a cabo ningún cambio significativo. En la Rosada se menciona incluso una reunión entre Milei y su hermana, en la que ella lo convenció—¿o lo obligó?—a retractarse de su decisión y no expulsar a sus hombres de confianza. La decisión de no hacer nada fue, para el círculo más cercano al Gobierno, mucho más que un grave error político: fue la contundente evidencia de hasta qué punto se extiende el control de la secretaria general, quien, en la teoría, dirige el país. En las últimas horas del lunes 8, un funcionario del Gobierno, con cargo y despacho en la Rosada, levantó el teléfono y se comunicó con quien escribe esta nota. Los lectores de NOTICIAS saben que las relaciones entre el Gobierno y esta editorial no son las mejores, por lo que la comunicación resultó toda una novedad. El funcionario envió el tuit de la noche del domingo, junto con la siguiente pregunta: “Necesito entender esto. ¿Por qué son así? ¿Por qué Javier nunca puede llevarle la contraria?”. Lo que esta persona transmitía era una especie de conmoción. Acababa de comprender hasta qué punto la vida de los Milei, y en particular los traumas de una biografía violenta y complicada, eran los que ordenaban al Gobierno. Y son esos mismos factores los que ahora pueden llevarlos directo al abismo. La nota completa, en la presente edición de NOTICIAS. Galería de imágenes En esta Nota
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