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» Noticiasdel6
Fecha: 14/09/2025 19:36
Por Fernando Retamozo. Politólogo y Periodista En un país donde el poder central se retrae, ajusta y prioriza intereses propios, el Misionerismo emerge como una identidad política auténtica, profundamente enraizada en la realidad de su gente. No es un sello partidario ni una etiqueta ideológica: es una construcción colectiva y plural que une a peronistas, radicales, libertarios e independientes bajo un mismo norte. Su ambición no es la confrontación, sino la grandeza de Misiones; su lógica no es la obediencia a modelos externos, sino la búsqueda constante de soluciones locales para problemas concretos. El equilibrio fiscal ya no es debate, es piso. Desde allí, el Misionerismo proyecta una provincia que quiere crecer, trabajar, producir y tener el lugar que merece en la mesa de las decisiones nacionales. Con esta visión, la respuesta institucional de Misiones no tarda en materializarse con firmeza y coherencia. Frente al repliegue del Gobierno central, la provincia opta por la acción concreta, sin estridencias pero con determinación. Allí se inscribe la gestión provincial, que bajo el liderazgo de Hugo Passalacqua y con el respaldo legislativo de Oscar Herrera Ahuad, traduce la filosofía Misionerista en políticas palpables. Obras viales como las rotondas del viaducto de la Ruta Provincial 103 en Santa Ana, paralizadas por Nación, son retomadas con fondos propios. Al mismo tiempo, se amplían líneas financieras esenciales —como los $3.000 millones adicionales para productores yerbateros— y se alivian cargas para los empleados municipales con una reducción progresiva de sus aportes previsionales. No es casualidad ni reacción: es una hoja de ruta planificada que sustituye con esfuerzo, creatividad y compromiso lo que Buenos Aires recorta o posterga. Cada una de estas decisiones responde a un hilo conductor claro: defender al pueblo misionero frente al abandono del Estado nacional. Allí donde otros ajustan sin mirar consecuencias, Misiones cuida y protege. En lugar de resignarse al olvido o esperar favores, la provincia ejerce el federalismo en su versión más concreta: el que se construye con recursos propios, planificación estratégica y responsabilidad social. No es un discurso para la tribuna: es acción transformadora desde el territorio. La Tierra Colorada avanza incluso en soledad, porque entiende que lo urgente no puede esperar y lo importante no puede depender del humor del poder central. Gestión activa, obras concretas y cercanía real: lo que se está haciendo en la provincia Durante estos días, Passalacqua recorrió en Oberá obras de viviendas y servicios básicos financiadas íntegramente con fondos provinciales. Infraestructura que no solo mejora condiciones de vida, sino que también sostiene empleo en un contexto económico adverso. En Campo Grande, durante el acto central por el Día del Maestro, reivindicó con emoción y claridad el rol de los docentes como “sembradores de esperanza”, y convocó a refundar valores desde las aulas. En la Tierra sin Mal, la educación no se declama: se sostiene, se respeta y se honra. El punto más relevante de estos días fue el encuentro con los 79 intendentes de toda la provincia. Allí, Passalacqua y Herrera Ahuad anunciaron la entrega de recursos descentralizados para salud, viviendas y obras viales. Con esta decisión, reafirmaron la idea de que cada municipio es parte activa del desarrollo. Además, se formalizó la reducción de aportes previsionales para los trabajadores municipales, un alivio que llega en el momento justo. “Cuando hay recursos hay que ser generosos; cuando no los hay, hay que ser prudentes. Cuidemos lo poco que tenemos, distribuyámoslo bien, seamos austeros y responsables en el manejo de los fondos”, dijo el gobernador, sintetizando en una frase toda una ética de gobierno. Pero la Renovación no se agota en la gestión cotidiana. También sostiene una visión clara frente al centralismo porteño. “El Misionerismo sigue sosteniendo su visión de estar cerca de la gente y no dejarse mandonear por Buenos Aires”, advirtió Passalacqua. “Siempre intentarán centralizar y defender su puerto y sus intereses; nosotros hacemos todo lo posible para defender nuestro federalismo.” No se trata de retórica defensiva, sino de una convicción arraigada en la historia provincial: la Tierra Colorada no acepta ser convidada de piedra en la mesa de decisiones nacionales. En ese contexto, la candidatura de Oscar Herrera Ahuad a diputado nacional no solo complementa la gestión actual: la proyecta. Médico, exgobernador y actual presidente de la Legislatura, Herrera representa una figura de experiencia, cercanía y compromiso. No es un outsider ni un oportunista: es parte central del equipo que diseñó y ejecutó las políticas que hoy mantienen a Misiones como una excepción virtuosa en el mapa nacional. Su postulación es la expresión de una vocación colectiva: llevar la voz Misionerista al Congreso con la misma coherencia que la provincia sostiene en su territorio. Durante el encuentro con los intendentes, Herrera fue directo: “Necesitamos un Congreso Nacional que discuta la política que la gente necesita, no la que imponen los videos o tendencias de TikTok”. No fue una frase de ocasión, sino una definición de fondo: hay que recuperar el sentido profundo de la representación para que las economías regionales, el sistema sanitario, la producción misionera y los programas sociales con resultados concretos tengan espacio en la agenda nacional. No se trata de pedir concesiones, sino de exigir reconocimiento. También se comprometió a trabajar por la restitución de fondos que Nación retiene sin justificación, como los vinculados a combustibles líquidos. “Si el Estado nacional no ejecuta obras, al menos debe transferir los recursos a las provincias”, advirtió. Su mensaje es claro: federalismo no es solo un concepto institucional, sino una práctica política concreta. Y en ese sentido, reiteró que su candidatura no es personalista, sino parte de una estrategia provincial más amplia: “Nuestro objetivo es proteger los valores y los intereses de Misiones, no intereses externos”. Al hablar de él, Passalacqua no se detuvo en lo personal: “Tenemos un candidato extraordinario que encabeza nuestra lista: Oscar Herrera Ahuad. No lo digo solo por el cariño personal, sino porque sabemos que si le va bien a él, le va bien a los misioneros”. El Frente Renovador de la Concordia aparece hoy como la única fuerza política sólida, coherente y con vocación de futuro. Mientras el resto de los espacios atraviesan crisis internas o se desdibujan, el Misionerismo crece, suma y se proyecta. Porque mientras la Nación se retrae, Misiones hace. Y en esa diferencia —profunda, concreta, persistente— se asienta su modelo.
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