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» Santo Tome al dia
Fecha: 14/09/2025 17:44
Por Santotomealdía Una investigación de alcance latinoamericano busca dar cuenta de una realidad laboral cada vez más extendida en las ciudades: el trabajo mediante plataformas de reparto como PedidosYa, Rappi y Uber. En Argentina, el estudio es coordinado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL), a través de su Facultad de Ciencias Económicas, y también participan las universidades nacionales de La Plata y Entre Ríos. A nivel regional, se suman investigadores de México, Colombia, Brasil y Uruguay. El objetivo del proyecto es obtener una radiografía completa de los trabajadores de estas aplicaciones, conocer sus trayectorias laborales, condiciones de empleo y percepciones sobre la regulación de la actividad. En el país, no existen relevamientos oficiales ni regulaciones específicas sobre este tipo de empleo, por lo que la información recolectada resulta clave para comprender el fenómeno. Andrea Delfino, docente investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL, coordina el trabajo en Santa Fe y señala que el estudio comenzó en 2020, en el contexto de la pandemia, cuando el uso de estas plataformas se expandió notablemente. “Nos incorporamos a un proyecto comparado a nivel latinoamericano que releva condiciones laborales en distintos países. Aunque las empresas operan globalmente, se adaptan a los contextos locales, tanto en lo económico como en lo normativo”, explica. El perfil del repartidor en Santa Fe A partir de entrevistas en profundidad, el estudio revela que en nuestra ciudad la mayoría de quienes trabajan como repartidores son varones jóvenes, de entre 19 y 25 años. Muchos de ellos encuentran en las plataformas su primer trabajo o bien llegan tras haber dejado empleos anteriores. Una parte importante son estudiantes, que eligen esta actividad por la posibilidad de administrar sus propios horarios. Sin embargo, la flexibilidad horaria es relativa. Delfino aclara que estos trabajadores no reciben un salario fijo, sino una tarifa por envío realizado, y deben costear sus propios insumos (bicicleta, celular, conexión, etc.), con excepción de las mochilas, que también son cobradas por las empresas. A pesar de tener trabajos paralelos o cursar estudios, la mayoría cumple jornadas similares a una jornada completa, lo que refleja la necesidad de mayores ingresos en un contexto de pérdida del poder adquisitivo. Según el estudio, la recaudación mensual promedio ronda los 300.000 pesos, equivalente a un salario mínimo, aunque sin aportes, obra social ni cobertura en caso de accidentes. ¿Quieren regulación laboral? Uno de los aspectos centrales del informe es la percepción que tienen los repartidores sobre la necesidad de una regulación laboral. Si bien se reconocen como trabajadores independientes, la mayoría valora la posibilidad de contar con algún tipo de protección y formalización, sin perder la autonomía. Muchos de ellos ya están inscriptos como monotributistas, una condición que les es exigida por las empresas. “Desean una regulación específica, distinta al empleo privado tradicional”, sostiene Delfino. En América Latina, algunos países ya avanzaron en este sentido. Chile, Uruguay, México y Colombia implementaron marcos normativos que contemplan los derechos laborales de quienes se desempeñan en plataformas. En cambio, en Argentina, la actividad no cuenta con legislación nacional, aunque existen algunas ordenanzas municipales que establecen requisitos o regulaciones locales. Finalmente, la investigadora subraya que aún no se conoce con precisión cuántas personas trabajan en este sector en Santa Fe, ya que no hay registros oficiales ni datos actualizados, y el estudio continúa en desarrollo. La publicación comparativa con los resultados de los seis países participantes está prevista para finales del próximo año.
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