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» Diario Cordoba
Fecha: 11/09/2025 18:35
El Tribunal Supremo Federal (STF) de Brasil formó mayoría para condenar al expresidente Jair Bolsonaro por estar al frente de una "organización criminal" con el propósito de retener el poder. La jueza Cármen Lúcia votó esta jueves a favor de una sentencia ejemplar y siguió los razonamientos de sus colegas Alexandre de Moraes y Flavio Dino. "Él no se vio arrastrado al escenario de las insurgencias. Él es el causante, el líder que lo promovía todo, que se movía de todas las formas con una articulación alineada para que se llegara al objetivo de mantener o tomar el poder". De acuerdo con la magistrada, Bolsonaro trató de "cooptar" los mando militares "para la instauración de medidas antidemocráticas, lo cual quedó debidamente demostrado". Según Lúcia, el fiscal general Paulo Gonet pudo demostrar "fehacientemente" que el grupo encabezado por el jefe natural de la ultraderecha, desarrolló e implementó un plan progresivo y sistemático de ataque a las instituciones republicanas con el fin de perjudicar la alternancia legítima en la presidencia en las elecciones de 2022. Se propuso además "socavar el libre ejercicio de los demás poderes constitucionales, especialmente el judicial". En la tarde del miércoles, Luiz Fux se había inclinado por la absolución del excapitán y la mayoría de los colaboradores que se sentaron en el banquillo de los acusados. Ese dictamen fue altamente controvertido y objeto de discusiones en la tarde del jueves. Juicio histórico De Moraes aprovechó en ese sentido la oportunidad de discutir con su colega Fux, quien apenas había calificado de "turba desordenada" los sucesos que sobresaltaron a Brasil dos años atrás. "Los hechos del 8E no fueron "un paseo por Disney. No fue una combustión espontánea, no fueron alborotadores descoordinados que, al son del flautista, se pusieron en fila y destruyeron las sedes de los Tres Poderes. Fue una organización criminal". Se supone que el quinto magistrado del alto tribunal, Cristiano Zanin, se alineará con la mayoría. Los pasos dados por el STF no tienen precedentes en Brasil. El proceso reviste características históricas. Bolsonaro y los otros siete acusados son juzgados por los delitos de abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, organización criminal, daños graves y deterioro del patrimonio protegido. La pena máxima para estos cargos, con la agravante del papel de liderazgo atribuido al excapitán del Ejército podría alcanzar los 43 años de prisión. Los medios de prensa descartan un castigo de ese alcance. El STF decidirá el viernes el alcance de la condena a Bolsonaro y los demás conjurados: los generales Walter Braga Netto, Paulo Sérgio Nogueira y Augusto Heleno Ribeiro, el entonces jefe de la Armada, Almir Garnier Santos, el asistente personal del jefe de Estado, el teniente coronel Mauro Cid, el jefe de los espías, Alexandre Ramagem y el exministro de Justicia, Anderson Torres, quien el 8 de enero de 2023, el día de la asonada fallida, se desempeñaba como secretario de Seguridad de Brasilia y en su casa fue encontrada la minuta del proyecto golpista. El líder de la ultraderecha debería ser encarcelado tras la finalización del proceso, cuando la defensa de Bolsonaro ya no tenga más recursos que presentar ante el Supremo. La jurisprudencia del tribunal establece que la pena solo debe cumplirse tras el rechazo de los dos primeros recursos. Pero el exmandatario se encuentra en la actualidad bajo arresto domiciliario dispuesto por el juez del STF, Alexandre de Moraes, ante la tentativa de fuga del país. Presiones de EEUU La mayoría formada por el alto tribunal tiene lugar en medio de las presiones de Estados Unidos en favor de Bolsonaro y los movimientos en el Congreso para promulgar una ley de amnistía que beneficie a todos los protagonistas del intento de golpe de Estado contra Luiz Inácio Lula da Silva, el 8E. Las deliberaciones en el STF tuvieron un alto contenido político. De Moraes habló de las "intromisiones" de Washington. Junto con Dino y Lúcia remarcaron la necesidad de una sentencia ejemplar que cierre el paso a futuras aventuras golpistas. "No existe inmunidad absoluta contra el virus del autoritarismo, que se insinúa insidioso, destilando su veneno, contaminando la libertad y los derechos humanos", remarcó la jueza en su alegato. "La acción de la trama golpista es el encuentro de Brasil con su pasado, su presente y su futuro", añadió Lúcia, conectando la ruptura democrática de 1964 con el presente judicial y los desafíos que se avecinan en el gigante sudamericano. El bolsonarismo alista fuerzas en el Congreso para que dicte una ley que beneficie a su líder y los demás condenados. "Conceder indultos a golpistas y conspiradores ha sido una tradición en el Brasil de la posguerra, lo que solo fomenta nuevos intentos de toma armada del poder", señaló Leonardo Weller, un doctor en Historia Económica por la London School of Economics, en una columna publicada en el diario paulista ´Folha`. Recordó al respecto la reciente declaración del gobernador paulista, Tarcísio de Freitas, quien prometió que, en caso de acceder a la presidencia como candidato de la derecha, anmistiaría a Bolsonaro y los suyos. Suscríbete para seguir leyendo
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