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Parana » Informe Digital
Fecha: 11/09/2025 08:18
El Gobierno se prepara para presentar el Presupuesto 2026 en un contexto de conflicto con la oposición y los gobernadores, relacionado con el manejo de fondos públicos y el gasto fiscal de los recientes proyectos aprobados en el Congreso. De hecho, el año próximo se anticipa más exigente que el actual en términos de ajuste, y el oficialismo podría enfrentar casi un 1% del PBI adicional en erogaciones respecto a lo previsto. A pocos días de la presentación pública—que el presidente Javier Milei realizará nuevamente en cadena nacional este lunes, tal como hizo el año pasado—en el Palacio de Hacienda ultiman detalles del proyecto, que debe ser revisado por distintos despachos oficiales antes de su presentación definitiva. La hoja de ruta para la elaboración presupuestaria se encuentra en su etapa final. Hace unos días concluyó la fase de estimación del resultado primario y financiero de cada nivel del sector público, así como el cálculo de los límites de endeudamiento y la proyección de recaudación para la Nación y las provincias. Este lunes comenzó el último proceso entre la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía, que se extenderá hasta el viernes, para el cierre final y la elaboración completa del proyecto. El clima político entre la Casa Rosada, las provincias y los bloques opositores en el Congreso ha estado marcado por la tensión en las últimas semanas, y podría abrirse un nuevo capítulo tras la derrota electoral de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Restablecer la relación con los mandatarios se convertiría en una de las prioridades para afrontar las elecciones legislativas nacionales. En el Parlamento, los puentes rotos con el oficialismo permitieron la aprobación de una serie de proyectos de ley con un costo fiscal que el Gobierno considera insostenible y anunció que serán vetados. Según se informó, dos de esos proyectos fueron elaborados directamente por los gobernadores, relacionados con el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el impuesto a los combustibles. Aunque el Gobierno aún guarda los tres números clave del proyecto de presupuesto—dólar, inflación y variación del PBI—ya ha ofrecido algunas pistas. Según pudo conocer Infobae, intentará establecer una “regla fiscal” para proteger el superávit, algo que ya se había buscado el año anterior. El presupuesto para este año que no fue debatido en Parlamento incluía una regla que recortaría diversas partidas en caso de contingencias, dejando únicamente las jubilaciones fuera de la discrecionalidad, que continuarán con una fórmula mensual indexada a la inflación. El Gobierno no tiene margen en ese gasto para realizar variaciones a voluntad. Para el Presupuesto 2025, el Gobierno partió de una estimación inicial sobre los intereses de deuda a pagar este año, y a partir de allí el equipo económico definió qué partidas tendrían actualización automática—las jubilaciones—y cuáles estarían sujetas a criterio. En este marco, el equipo fijó “techos” de gasto como porcentaje del PBI, “de acuerdo a las prioridades de políticas públicas establecidas”, según detalla un documento oficial. Estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) indican que el 78,1% de los recursos habrían quedado “intocables” bajo esta regla, mientras que el 21,9% restante, que incluye programas sociales, subsidios, transferencias a provincias y bienes y servicios, podrá ser ajustado. La especificidad del contexto es que el Gobierno podría requerir, de entrada, un ajuste fiscal más drástico de lo anticipado en sus proyecciones, debido a los proyectos de ley aprobados en el Congreso. Según la consultora Macroview, esto representa un 0,85% del PBI en gasto adicional por la ley de financiamiento universitario, impuestos a los combustibles, el reparto de ATN y la emergencia sanitaria por el hospital Garrahan. Así, el camino fiscal del Gobierno iniciaría con presiones mayores a las esperadas. Además, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional estipula que para 2026 el superávit primario necesario para cubrir el pago de intereses de deuda deberá ser superior al de este año—1,6% del Producto—y acercarse al 2,2% del PBI. Lo que resta del año, de por sí, será complicado en términos fiscales. Fundación Mediterránea proyecta un incremento real del 2,8% en los ingresos totales, lo que implicaría una subida acumulada para 2025 de apenas un 0,6%, por debajo del crecimiento estimado del PBI real. Este desempeño, explican los analistas, debe evaluarse considerando que este año ya no aporta recaudación el impuesto PAIS. La institución advirtió que, dado el nivel de inflación proyectado para los últimos cinco meses, se prevé un aumento del gasto automático del 15% anual real en ese periodo. En este contexto, cumplir con el compromiso de un superávit primario del 1,6% del PBI significaría que el gasto no automático debería caer un 12% anual real entre agosto y diciembre de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior. No obstante, el escenario podría complicarse si se suman nuevas erogaciones, advirtió la Fundación Mediterránea. “Considerando la nueva ley sobre discapacidad, y con la posible aprobación de los proyectos de ley sobre ATN e impuesto a los combustibles, que implican un costo de cerca de 0,2% del PIB para lo que queda de 2025, para alcanzar el objetivo de un superávit primario del 1,6% del PIB, las erogaciones no automáticas—es decir, aquellas que no están indexadas a la inflación como las jubilaciones—deberían recortarse aún más, en torno al 14% anual real entre agosto y diciembre.” El ajuste fiscal previsto para 2025 se centra, principalmente, en subsidios a la energía y transferencias a empresas públicas, según el estudio, que midió que en los primeros siete meses del año, estas partidas registraron caídas del 56% y del 41% interanual, respectivamente. La Fundación Mediterránea alertó que “si dichas partidas mantienen un nivel similar de ajuste en lo que resta del año, entonces el resto del gasto no automático podría ajustarse un 5% real anual entre los meses de agosto a diciembre, y aún así cumplirse la meta de superávit primario del 1,6% del PIB en todo el año 2025.”
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