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Fecha: 10/09/2025 19:34
El grupo cerealista de Rosario consiguió aliado de peso en el tramo final de la competencia por quedarse con la defaulteada aceitera. Ganará el que haga la mejor oferta de pago a los acreedores. El Grupo Grassi, una de las principales cerealeras del país con base en Rosario, trabaja en un entendimiento con la multinacional Cargill, líder global del mercado de granos, en su intento por quedarse con la defaulteada agroexprotadora Vicentín. Grassi, segundo acreedor comercial de Vicentín, prepara una propuesta para quedarse con el holding en el marco del cram down, cuya instancia definitiva arranca hacia fin de mes. Se anotaron para competir también por el control de la compañía Bunge y ACA y el inesperado tandem de Molinos y Dreyfus. El ganador del salvataje judicial, última instancia para evitar la quiebra de la malograda aceitera, se define sobre la base de quién presente primero una oferta de pago de la deuda (de unos 1.300 millones de dólares) que tenga la aprobación de la mayoría de los acreedores. En ese contexto, el grupo -que tiene como líder a Mariano Grassi- viene ultimando los detalles de una oferta de pago a los acreedores que promete ser muy conveniente y superadora. Pero la necesidad de una muy grande espalda financiera y el know how en materia de comercio exterior que exige el negocio de la agroexportación asomaba como el punto más débil del los cerealistas locales ya que, no por algo, se trata de un mercado manejado por grandes multinacionales estadounidenses, europeas y ahora chinas. El entendimiento con Cargill viene, precisamente, a cerrar ese flanco que tenía abierto Grassi en la batalla final, ya que se trata de la principal operadora del negocio a nivel global. Si bien se mantienen en reserva muchos detalles hasta el momento de presentar las ofertas, Rosario3 pudo averiguar que el acuerdo con Cargill recién empezaría a regir tras el cram down; esto es la multinacional estadounidense no participará de manera directa en el proceso y sumará si Grassi se impone en la compulsa. En caso de imponerse la propuesta de Grassi, el acuerdo sería el siguiente: el grupo rosarino se encargaría de la “originiación” de granos (la compra de mercadería, que es su gran expertise como acopio y corretaje líder nacional) mientras que le cederían parte del crushing de las plantas a Cargill, que además se haría cargo del trading exportador. La propuesta de Grassi incluiría todos los activos de las Vicentin, algo que esperan con ansias los empleados del grupo. En ese sentido, la idea del grupo Grassi es mantener al personal técnico de Vicentín (eso sí, ningún familiar de los accionistas que la derrumbaron continuarán) porque los consideran recursos humanos de excelencia. Además, sumarían ex ejecutivos de Cargill, Cofco y otras grandes operadoras del mercado. En tanto, a Bunge, que se está integrando con Viterra, le interesa sobre todo el porcentaje accionario que Vicentín tiene en la aceitera Renova (la más grande del país, hoy controlada por Viterra), mientras que ACA es el primer acreedor comercial de la aceitera. Ambos habían intentado quedarse con parte del grupo en el marco del concurso de acreedores, pero la propuesta de pago presentad por Vicentín, que activaba ese traspaso, no fue homologada por la Justicia por inconstitucional. El próximo paso en la contienda es que el juez del concurso, Fabián Lorenzini, saque la bandera de largada en la competencia para conseguir los avales a las propuestas (que en ese momento se darán a conocer); teniendo que definirse el ganador en el transcurso de octubre. Fuente: Rosario 3
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