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Concepcion del Uruguay » Miercoles Digital
Fecha: 10/09/2025 12:03
No es el “Riesgo País”. Tampoco el “Riesgo Kuka” o “Riesgo K”. Un nuevo fantasma asusta a propios y extraños. Es el “Riesgo Milei”. Ese temor que se disparó tras ver la demoledora derrota electoral en la provincia de Buenos Aires. Y es que esos sorpresivos 13,5 puntos de diferencia entre el peronismo (47,26%) y La Libertad Avanza (33,71%) fueron un trompazo de frente para un Presidente que hasta hace unos meses parecía electoralmente invencible. Por GABRIEL MICHI (*) El “Riesgo Milei” se asoma acechante en un horizonte que no deja de regalarle sinsabores a la Casa Rosada. Porque la derrota electoral bonaerense llega en un momento donde se notan síntomas del agotamiento del modelo económico, con un dólar que presiona para perforar la banda superior de su cotización y con una inflación que -si bien es baja para los parámetros argentinos- se estancó y no logra descender; además, el Gobierno viene de una seguidilla de derrotas parlamentarias que voltearon varios de los vetos presidenciales y de una errática performance electoral en los distintos comicios legislativos (además del de gobernador provincial en Corrientes); y le toca transitar un clima social adverso con un malhumor que en el pasado capitalizó pero que ahora lo acorrala pero a fuerza de errores autoinflingidos y de una cerrazón política al diálogo que es un búmeran mortal. En ese contexto llega esta derrota electoral en manos, nada más y nada menos, de quienes son sus principales enemigos políticos: el gobernador Axel Kicillof y la ex presidenta detenida, Cristina Fernández de Kirchner. Y el golpe le llega justo cuando el mileísmo pasa por su peor momento en la opinión pública tras las denuncias de corrupción por las filtraciones de las grabaciones de Diego Spagnuolo que llegaron a salpicar al principal sostén del presidente: su hermana Karina, la secretaria General de la Presidencia. Es decir, el “Riesgo Milei” está en su nivel más alto. Y más si se lo dimensiona dentro de los antecedentes de irascibilidad del primer mandatario cuando se siente atacado. La contundencia de ese golpe se notó cuando el líder libertario se subió al escenario para reconocer la derrota. Pero enseguida avisó que ni siquiera ese fracaso haría cambiar nada del rumbo de su Gobierno. Es más, lo paradójico fue que el propio Presidente aseguró que tomaba nota de lo ocurrido para hacer las “correcciones necesarias” pero, acto seguido, aclaró y subrayó que ese resultado negativo no se traduciría en ninguna mutación. Y allí el “riesgo Milei” comenzó a agitar las aguas. A elevarse como un espectro amenazante y peligroso. Y a asustar a los que entienden que un oportuno cachetazo en las urnas puede actuar como un “correctivo” para enderezar un rumbo incierto de un dirigente o un gobierno. Por otro lado, el “riesgo Milei” también sacudirá a los mercados y amenaza con disparar el “riesgo país”. Seguramente el presidente intentará responsabilizar de los cimbronazos que puedan explotar a partir de ahora al “riesgo kuka” que se revivió por la contienda bonaerense. Ya lo ha hecho en el pasado, con otros argumentos. Pero aun los enemigos más acérrimos del kirchnerismo saben que el mayor responsable de la hecatombe electoral es el propio gobierno libertario. Así como los desbarajustes y desmanejos del PJ llevó a que surja un fenómeno como el de Javier Milei, es el propio Milei el autor de su propia tragedia política actual. En un escenario de tanto descreimiento sobre la dirigencia general, nadie es capaz de infringirle un daño como el que él mismo se ocasionó. Y que generó el “Riesgo Milei”. Hoy la lista de Javier Milei sólo pudo ganar en un puñado de municipios bonaerenses de los muchos en los que había salido primero hace dos años. De las 8 secciones electorales, LLA sólo triunfó en dos (la Quinta y la Sexta) y perdió en las seis restantes, incluyendo las más grandes: la Primera y la Tercera, que son casi provincias en sí mismas por la cantidad de votantes con las que cuentan. En la Primera Sección, el candidato de Fuerza Patria, el ministro bonaerense Gabriel Katopodis, le sacó más de 10 puntos a una de las máximas figuras libertarias que abandonó el PRO para abrazarlos: el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela (fue 47,5% a 37,9). Y en la Tercera Sección, la vicegobernadora de Kicillof y ex intendenta de La Matanza, Verónica Magario, aplastó (con el 53,9%) al ex comisario Maximiliano Bondarenko (28,4%). Esos dos resultados fueron determinantes para el 1,1 millón de votos (3,8 millones a 2,7 millones) que Fuerza Patria le sacó a La Libertad Avanza en estos comicios que definieron la composición del Parlamento bonaerense pero que, por sobre todo, encendieron las luces de alarma en el oficialismo con vista a las elecciones nacionales de octubre para las que faltan tan sólo 48 días. Es allí donde un fantasma vuelve proyectarse, amenazante, sobre el escenario. Un fantasma llamado “Riesgo Milei”. (*) Editor de Política de Newsweek Argentina (Se reproduce por genileza de su autor). Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectores Sumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. 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