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  • La empresa fantasma del Bajo Flores detrás del torno con 500 kilos de cocaína encontrado en España

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/09/2025 14:34

    La cocína incautada Mientras el resto del mundo se sume en la crisis de la metanfetamina y el fentanilo, la Argentina retiene su lugar en el mercado narco internacional como un punto clave para comercializar un producto premium. La cocaína parece un anacronismo en el siglo XXI. Sin embargo, el kilo que se compra a tres mil dólares en Santa Cruz de la Sierra puede multiplicar por diez su valor en el mercado español, mucho más en Asia o en el resto de Europa: es el negocio más lucrativo para el hampa actual. En los últimos días, las autoridades argentinas revelaron el caso de un torno industrial de cuatro toneladas de peso, exportado hacia España. Ese torno, según descubrieron, tenía 510 kilos de cocaína en su interior. Los investigadores del caso, con la Superintendencia de Investigaciones contra el Narcotráfico de la DFI de la Policía Federal, la PROCUNAR, el Juzgado en lo Penal Económico N°8 y miembros de ARCA en el comité, montaron una entrega controlada en España tras descubrir el paso del material narco en territorio argentino: la media tonelada llegaría al puerto español de Algeciras el 28 de junio último. Cuatro personas fueron detenidas en el expediente investigado por la Justicia en lo penal económico, tras 18 allanamientos en Jujuy, Salta y el AMBA. Otros cuatro fueron arrestados en España, según anunció la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en una conferencia realizada esta mañana junto a autoridades policiales y aduaneras de Argentina, España y Perú. Luego, está la ingeniería legal. Hay dos empresas en la mira, de acuerdo a un informe reservado del caso al que accedió Infobae: una es la empresa receptora, Palets Extremadura Store, con base en España. La otra es la que requirió el envío a las autoridades. Se trata de una firma argentina, llamada Import Export Management Industry SRL. La droga escondida en la máquina Dos prestanombres y un cajero La compañía fue registrada en octubre de 2024, de acuerdo a registros consultados por este medio, dedicada, al menos en los papeles, a la venta de piezas mecánicas y repuestos de automotores. Su objeto comercial, según el Boletín Oficial, es el de “compra, venta, importación, exportación, comercialización, transporte, consignación, representación, distribución, permuta, servicio de pre y post venta, alquiler de todo tipo de productos y maquinarias industriales, equipos, materiales, insumos, materias primas, accesorios, autopartes, resortes, espirales, embragues, amortiguadores y demás repuestos”- Su nombre suena un poco rimbombante, corporativo; su sede social está ubicada en una casita del Bajo Flores, ubicada a cuatro cuadras de la cancha de San Lorenzo. La firma no registra pagos de aportes a empleados, ningún dato significativo. Import Export Management Industry es, a simple vista, una cáscara fiscal. Entre los detenidos, aseguró Bullrich con la cúpula de la PFA en la mesa, se encuentran dos ciudadanos bolivianos, Ramiro Franco Ureña y Máxima Ovando, los socios que integran Import Export, así como el presunto financista de la maniobra, de nacionalidad peruana. Ureña, de 54 años, se encuentra registrado en ARCA como empresario, precisamente, desde octubre de 2024. Nunca tuvo un trabajo en blanco en su vida. Pagó algunas veces el monotributo 15 años atrás. Su domicilio es, precisamente, la casita del Bajo Flores. Ovando, de 49 años, tiene domicilio en Lomas de Zamora y 2000 cuotas en Import Export, la misma participación accionaria que Ureña. Tal como su socio, declaró ser comerciante en el registro de Morón donde rubricaron la empresa. Tampoco tuvo un trabajo en blanco u otras empresas. Son, a simple vista, meros prestanombres. Javier Eduardo Carhuaya Rojas, nacido en Perú, el supuesto financista, con un domicilio en Liniers, tuvo un par de empleos en blanco en su vida y se registró en los rubros de publicidad de la vieja AFIP. Lo ligan a giros a Ureña y Ovando. “Supusestamente, recibió pagos de España”, asegura una fuente clave en el expediente. Fue detenido por la Federal en una casita de Ingeniero Allan, provincia de Buenos Aires, un lugar donde difícilmente viva un genio del narcotráfico internacional. El despachante de Aduana del torno, un argentino, también fue arrestado. Ninguno de los detenidos tiene perfil de cráneo. Quién fue el cerebro de todo este negocio multimillonario es algo que queda por esclarecerse. Una plancha metálica que sobresalía del torno fue cortada con equipos especiales El largo camino del torno narco Al contrario de la gran mayoría de la cocaína de exportación, el torno no viajó por agua hasta CABA, sino por tierra. Había pasado el 22 de octubre del año pasado por la Aduana de La Quiaca, despachado desde Perú, a bordo de un camión. Para ese entonces, aseguran investigadores, ya se sospechaba que el torno contenía la droga; se cree que fue cargada directamente en Perú. El 28 de abril último, el torno de cuatro toneladas ingresó a un depósito fiscal en Villa Soldati, donde fue sometido a un control de ARCA una semana después. Fue olfateado por perros, inspeccionado de manera física. Nada se encontró. Al menos, eso es lo que se dijo en los papeles, un guiño para continuar con la entrega controlada. La diferencia de peso era bastante burda: el torno, en sí, pesaba cerca de 3500 kilos. El resto era todo droga. El 24 de abril de este año, finalmente, fue trasladado a una terminal portuaria de contenedores ubicada en la Isla Maciel. El 7 de mayo, zarpó a bordo de un buque; el 26 de junio llegó a Algeciras. El 6 de agosto, Palets Extremadura Store SL presentó los papeles a la Aduana española para retirar el envío. 19 días más tarde, fue enviado a una empresa de logística en la zona de Chiclana de la Frontera, un municipio de Cádiz. Vista aérea del puerto de Algeciras (Wikimedia Commons) Un día después, el torno fue trasladado a Badajoz, a una tercera empresa de logística. Allí, una empresa de grúas, de acuerdo al informe reservado del caso, había sido contratada para descargar el aparato. Mientras tanto, la Policía Nacional española vigilaba. El 27 de agosto, los operarios fueron vistos mientras maniobraban sus máquinas. Un día después, decidieron allanar el lugar. Una plancha metálica que sobresalía del torno fue cortada con equipos especiales. Tras las chispas, los policías españoles encontraron el botín: 510 kilos de polvo, separados en 444 paquetes. La droga estaba cubierta con grasa para no ser detectada por perros. Bullrich con la cúpula de la PFA y el secretario Martín Verrier en el anuncio realizado hoy martes

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