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Concordia » Realnoticias
Fecha: 09/09/2025 12:35
Desde París El primer ministro francés François Bayrou, a su vez presidente del partido Movimiento Democrático, MoDem, aliado clave del presidente Emmanuel Macron desde la primera hora, ha caído este lunes luego de una sesión extraordinaria convocada por el mismo Bayrou para demandar la confianza de los diputados. El resultado de la votación se dio a conocer en la Asamblea Nacional poco antes de las 19 horas de Francia: Bayrou había perdido la confianza de 364 diputados sobre un total de 573 diputados que votaron por la moción. La sesión comenzó a las 15 horas con el discurso de Bayrou, el mismo con el que ya había saturado a la opinión pública en su gira por distintos medios de comunicación en estas últimas semanas. En su alocución de unos 40 minutos no hubo sorpresas. “Un euro de déficit es un euro de deuda suplementaria”, el eco de la palabra deuda resonaba en el recinto legislativo, y la respuesta a esta letanía es la misma que adelantó mil y una vez, reducir el gasto, no hay otra alternativa según la óptica de Bayrou, similar al “there is no alternative” (no hay otra opción) de Margaret Thatcher. Bayrou, a pesar de conocer de antemano la voluntad mayoritaria de los diputados de negarle la confianza, siguió su discurso pensando tal vez más en la historia que en sus oyentes (“Pueden hacer caer el gobierno pero no pueden borrar la realidad”) y vaticinó que el país será incapaz de arreglar su desequilibrio fiscal sin una política drástica de reducción del gasto público. Además señaló las contradicciones respecto a que “las fuerzas políticas que buscan hacer caer el gobierno, son las más opuestas entre sí”, dando a entender que no podría surgir una alternativa viable luego de su caída. “Hay que abolir la injusticia” Después del discurso de Bayrou, cada presidente de grupo parlamentario hizo uso de la palabra, comenzando por el socialista Boris Vallaud, quien dijo: “Un presidente vencido nos a conducido hasta aquí”. “En 2017 el déficit era poco más de 2 por ciento del PBI y hoy supera el 5 por ciento”, agregó Vallaud y y aclaró que los socialistas proponen otro camino, de crecimiento, de impuestos a las multinacionales y no a las pequeñas empresas. “Hay que abolir la injusticia”, dijo Vallaud, y relanzó la idea de que es la ocasión de formar un gobierno de izquierda. Así transformó el discurso de censura en lanzamiento de candidatura a ocupar el palacio de Matignon del primer ministro saliente. Y terminó su intervención ofreciendo una vez más la alternativa socialista de gobierno: “Estamos listos, vengan a buscarnos”. No obstante la propuesta socialista de presupuesto alternativo al de Bayrou sigue la lógica del ajuste, incluye recortes por 22 mil millones de euros en lugar de los 44 mil millones del primer ministro saliente. Esta política del menos malo ha sido criticada vivamente por La Francia Insumisa, LFI, denunciando un oportunismo político de parte de los socialistas que deja de lado el programa por el cual fueron electos. Cyrielle Chatelain, presidenta del grupo de ecologistas en la Asamblea, denunció que desde que llegó Macron no ha habido aumento del gasto público sino una disminución de los ingresos, y puso como ejemplo la eliminación del Impuesto Solidario a la Fortuna, una de las primeras medidas adoptada por Macron al asumir la presidencia en 2017. Chatelain también invitó a formar un gobierno de cohabitación, es decir con un primer ministro progresista, abonando el discurso de los socialistas de que el presidente llame a formar un gobierno de izquierda. Los grupos políticos del denominado Zócalo Común, integrado por partidos políticos del campo presidencial como Los democrátas, Horizontes e Independientes dieron mayormente su apoyo al primer ministro. Es justamente el Zócalo Común, base de apoyo del gobierno de Macron en la Asamblea Nacional, que tiene de ahora en más un destino complejo; previsiblemente más fracturado luego de la caída de Bayrou por estrategias y ambiciones personales contradictorias, hace aún más incierta la suerte del gobierno de Macron en su recta final, a 20 meses de las próximas elecciones presidenciales. Disolución de la Asamblea o destitución del presidente A su turno Marine Le Pen, presidenta del grupo de extrema derecha Agrupamiento Nacional, RN por sus siglas en francés, acusó al primer ministro de ser responsable directo del déficit fiscal junto al presidente Macron; e invitó al presidente a disolver la Asamblea Nacional, como está previsto en la Constitución Nacional, para salir del callejón sin salida. Le Pen advirtió que Macron es responsable del bloqueo del país sino provoca la disolución de la Asamblea y llama a nuevas elecciones legislativas. Un diagnóstico similar plantean desde LFI. “La situación política está bloqueada, y en democracia corresponde a los electores desbloquear”, reconocía también este lunes a la mañana el cordinador de LFI, Manuel Bompard en el estudio de france.info. Pero a diferencia de RN los insumisos no llaman a una simple disolución de la Asamblea sino que también reclaman la dimisión o destitución de Macron y nuevas elecciones presidenciales. Este martes LFI depositará ante la Asamblea una moción de destitución del presidente de la República, porque “la solución pasa por unas nuevas elecciones presidenciales donde los ciudadanos decidan el rumbo a seguir y no por componendas” partidarias para continuar con la actual política, sentenció Bompard. “Que se vayan todos” Bayrou propuso el 15 de julio pasado un presupuesto para 2026 que incluía recortes por 44 mil millones de euros, lo que generó un gran repudio social, que se cristalizó en un llamado a paralizar el país el 10 de septiembre. “Al menos con el 8 de septiembre, hemos diluído el 10”, se congratulaba François Patriat, senador macronista. Una pequeña victoria frente a la cólera social que no parece apaciguarse con la sola destitución del primer ministro, y que todo hace preveer que se expresará masivamente el miércoles 10 de septiembre por parte del movimiento de indignados que dice no sentirse representado por ninguna fuerza política y que rechazan totalmente las políticas de ajuste que encarnan Bayrou o Macron. Se respira en Francia un ambiente de “que se vayan todos”. Macron es sumamente impopular, y nombrar un nuevo primer ministro que termine su gobierno a los pocos meses con una moción de censura o hacer uso de facultades discresionales para mejorar la gobernabilidad, no parecen las mejores opciones. Las alternativas que se han planteado en el debate público al presidente Macron y que deberá en los próximos días clarificar, son: disolver la Asamblea Nacional y llamar a elecciones legislativas como lo sugirió hace pocos días el expresidente Nicolás Sarkozy, o renunciar a su cargo, vista la fragilidad en la que parece encontrarse su gobierno y convocar a elecciones presidenciales anticipadas como lo reclama el líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon.
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