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» Comercio y Justicia
Fecha: 08/09/2025 07:30
El Juzgado de 19º Nominación en lo Civil y Comercial de Córdoba resolvió que la muerte de la perra caniche Lola fue consecuencia directa de un diagnóstico errado y de omisiones graves en la atención, por lo cual hizo lugar a la demanda y condenó a la veterinaria demandada a abonar los rubros indemnizatorios reclamados. La decisión se fundó en la valoración crítica del dictamen de la perita oficial, que determinó la existencia de una atención negligente y contraria a la lex artis, configurando así un caso de mala praxis profesional. El proceso se inició con la acción promovida por la dueña del can contra la médica veterinaria, a la que acusó de haber incurrido en negligencia profesional durante la atención del animal. La actora relató que, tras consultas médicas, se arribó a un diagnóstico de piometra que derivó en una ovariohisterectomía, durante cuya ejecución también se produjo la extirpación de un riñón, lo que desembocó en un shock hipovolémico fatal. La demandada, en su defensa, sostuvo que su obligación era de medios y no de resultado y que la medicina veterinaria no es una ciencia exacta, ya que los pacientes presentan variaciones individuales que impiden garantizar un desenlace positivo en todos los casos. El juez Marcelo Villarragut, al analizar el caso, destacó que del dictamen de la perita oficial se desprendió con claridad que la muerte del animal fue el desenlace de un proceso iniciado a partir de un primer diagnóstico errado de enfermedad respiratoria. La experta cuestionó en forma fundada la presunción de piometra y la consecuente cirugía, al advertir que la veterinaria no efectuó un examen semiológico completo, no practicó pruebas complementarias de diagnóstico, y el análisis de sangre fue incompleto y carente de parámetros básicos como urea y glucemia. Además, no constaba en la causa una ecografía con informe que permitiera arribar a la sospecha diagnóstica de piometra ni se justificaba la indicación de una cirugía tan invasiva. Falta de certeza
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