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» Diario Cordoba
Fecha: 06/09/2025 16:22
Hay barrios de Córdoba con una historia de lucha conjunta y una identidad tan marcada que son capaces de despertar el orgullo de pertenencia de sus vecinos. Uno de esos barrios es La Fuensanta, un lugar que sin tener la renta per cápita más alta de la ciudad, ni mucho menos, lleva años destacando por su espíritu guerrero, hospitalario y abierto. Este viernes, dio comienzo un año más la fiesta grande de La Fuensanta, de la mano de un pregonero singular, Manuel García, presidente desde hace veinte años de la asociación vecinal San José Obrero. Abrumado por la responsabilidad y el honor de dirigirse a los suyos, «a mí lo que me gusta es freír huevos, no ponerme a hablar en la alcachofa», confesaba antes de empezar, tomó la palabra para glosar las maravillas de un barrio en el que «rompí los pantalones de tanto jugar por estas calles» y que «llevo tatuado en el alma», aseguró. Recordó entonces el momento en que llegó a la Fuensanta, hace 50 años, cuando era «un barrio en obras», y cómo los niños de entonces acudían a la Velá cada 8 de septiembre para hacer repicar su campanita de barro. Emocionado, describió la esencia de una fiesta que destaca por el fervor que los fuensanteros sienten por su virgen, pero que también es «alegría compartida y tradición». El comienzo de la Velá de la Fuensanta, en imágenes / Ramón Azañón "Cosas del directo" «La Velá no es solo un festejo, es el alma de este barrio», sentenció convencido, ante un público entregado a su paisano y amigo. Rodeado de autoridades locales, sacó a pasear su lado más reivindicativo, pero justo en ese momento, los papeles se desordenaron y le obligaron a parar. Cosas del directo, dijo él en el momento del campanazo. Aprovechó entonces para animar a los presentes con sus chascarrillos hasta que los suyos lograron recomponer el discurso y lo retomó por donde lo había dejado. Lanzó así un grito a las instituciones: «¡Se nos están muriendo los colectivos vecinales, necesitamos que se impliquen de verdad con las asociaciones!», les espetó, antes de reclamar «subvenciones ágiles sin papeleos infinitos, espacios públicos y materiales para actividades a coste cero y proyectos conjuntos entre ayuntamiento y vecinos». Asistentes al pregón que da inicio a la Velá de la Fuensanta. / Ramón Azañón Luego Manuel se puso blandito y auguró que «mientras haya abuelos que cuenten las historias del barrio, jóvenes que defiendan sus raíces, colectivos que sigan luchando por sus vecinos y locos como yo que no se cansen de hacer llamadas, este barrio seguirá siendo la alacena de Córdoba: donde se guarda lo mejor de nuestra esencia». Sus nervios y orgullo fuensantero obtuvieron la recompensa de los suyos, que le regalaron un merecido aplauso. Multitud de personas disfrutan de la Velá de la Fuensanta. / Ramón Azañón A partir de ahí, la noche derrapó por el camino del disfrute, con niños y abuelos entregados a los cacharritos y abuelas sedientas de alegría , fresquito (qué buena noche) y charleta con las amigas. Con las coplas de Anabel Seoane y la orquesta Cal y Canto de fondo, la Velá quedaba inaugurada. Por delante quedan tres días más de convivencia. Este sábado, habrá reparto de frutas, de sardinas y de aguas benditas del Pocito, además de procesión de la Virgen. Luego no digan que no se enteraron.
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