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Caseros » Genesis 24
Fecha: 05/09/2025 07:39
Cuatro chicos encontraron destino fatal camino al trabajo una madrugada de feriado, el 20 de junio de 2024: el Chevrolet Corsa en el que viajaban rumbo al Frigorífico Fadel, de Pronunciamiento, fue embestido de frente por el VW Passat, un auto oficial de la Provincia, conducido por el entonces titular del Instituto Portuario, Juan Ruiz Orrico. Conducía con 1,59 de alcohol en sangre. Embistió de frente al Corsa, que quedó destruido: Brian y Lucas Izaguirre, de 32 y 26 años; y Leandro Almada (33), y Axel Rossi (23) murieron en el acto. Ruiz Orrico salió caminando de su auto, y ahora enfrentará un juicio por ese desenlace fatal. Los cuatro oriundos de Basavilbaso. El 21 de marzo último, el juez de Garantías de Concepción del Uruguay Gustavo Díaz remitió a juicio oral y público la causa por la muerte de cuatro jóvenes ocurrida el 20 de junio de 2024 en la ruta 39, en el departamento Uruguay, que tiene como único imputado al extitular del Instituto Portuario de Entre Ríos, Juan Enrique Ruiz Orrico. Orrico es esposo de la vocal de la Cámara de Casación Penal de Concordia, María Evangelina Bruzzo. «No voy a parar hasta que termine en la cárcel. Si la justicia no hace justicia, por lo menos de mi parte, voy a hacer justicia social. Voy a hacer que la cara de este homicida esté en todos lados. Yo no voy a parar hasta que este hombre esté preso», ha dicho Lorena Dubini, madre de los hermanos Brian y Lucas Izaguirre. Marcelo Izaguirre, el papá de los hermanos, escribió un texto desgarrador: Escribió esto: “Estaba en shock, no les puedo explicar con palabras lo que se siente, eran cuatro pibes, nuestros, de Basso, iban a cumplir con su deber, para así seguir cumpliendo sus sueños y proyectos, dos de ellos eran mis hijos, mis mejores amigos, los que me enseñaron a ser papá, los que muchas veces me decían que se sentían orgullosos de mí, con los que salíamos de pesca, a jugar al fútbol, algún bar a pasar un buen momento, hasta como árbitros salimos juntos a un provincial. Las horas fueron pasando, me tocó verlos en un cajón, con sus ojos cerrados, me tocó dejarlos en el cementerio, me tocó y me toca llorar todos los días, como ahora que estoy escribiendo esto, los sufro, los extraño, me dan ganas de gritar, de salir corriendo, me hacen doler el pecho, eran tan buenos hijos”. Lo que sigue es el texto que un papá le escribió a dos hijos cuyas vidas fueron estragadas: “Un 20 de junio, día patrio, me levanté, tomé unos mates, agarré mis botines y esperé que me pasen a buscar, nos íbamos a jugar al fútbol en Concepción, entre comentarios y risas paramos frente al frigorífico a esperar nuestros compañeros y salir todos juntos, de repente suena mi celular, era el organizador del grupo, y me dice Ricki, te aviso q entre Herrera y Caseros se mataron dos Izaguirre, me quedé sin palabras, no lo podía creer, mis hijos viajaban ese día, iban a trabajar, no podían ser otros, con voz baja y pensando si era verdad o mentira, le pedí al conductor del vehículo que me llevara al lugar donde trabajaba Lorena, quien hasta ahí era mi señora, le conté y quedó y solo me miró, como no creyendo, nos llevaron para casa y me senté en la vereda, recuerdo que no sentía nada, pensaba, miraba todo, no había llanto, no había dolor, era imposible que fueran mis hijos, llamamos a la policía y no tenían información, de repente llegan los Rossi y María me pregunta si es verdad, creo que ahí se me escapó una lágrima y con la cabeza le dije que sí, no podía hablar, no me salía nada, fuimos hasta el lugar y sí, era el auto de Brian, destrozado, así como estamos nosotros ahora, recibí un abrazo de un policía que me conocía y me dice, lo siento mucho Ricki, otra vez me senté en la ruta, no sabía qué hacer, estaba en shock, no les puedo explicar con palabras lo que se siente, eran cuatro pibes, nuestros, de Basso, iban a cumplir con su deber, para así seguir cumpliendo sus sueños y proyectos, dos de ellos eran mis hijos, mis mejores amigos, los que me enseñaron a ser papá, los que muchas veces me decían que se sentían orgullosos de mí, con los que salíamos de pesca, a jugar al fútbol, algún bar a pasar un buen momento, hasta como árbitros salimos juntos a un provincial, las horas fueron pasando, me tocó verlos en un cajón, con sus ojos cerrados, me tocó dejarlos en el cementerio, me tocó y me toca llorar todos los días, como ahora, que estoy escribiendo esto, los sufro, los extraño, me dan ganas de gritar, de salir corriendo, me hacen doler el pecho, eran tan buenos hijos que parte de mi vida se fue con ellos, se me hace difícil conciliar el sueño, paso noches y días enteros sin dormir, es imposible no pensar lo momentos malos y buenos que vivimos, escucho sus voces, cierro los ojos y me vienen recuerdos vívidos, los veo siempre buscando algo para hacerme a mí, cuando nos juntamos en casa, una broma, y reírse juntos, así éramos el uno para el otro, hoy me van a ver reír, gritar, saltar, salir en bici, caminar, jugar al fútbol, pero son solo momentos, son solo mentiras, por adentro estoy desde esa mañana destrozado, es imposible no llorar en silencio cuando entro a mi cuarto y veo sus fotos, los abrazo y los beso, me quiebro, el dolor es insoportable y no se lo deseo a nadie, ni al asesino de mis hijos, miren lo que les digo, creo mucho en Dios, lo amo, y espero que él nos ayude a que se haga justicia, esta justicia que nos viene pegando una trompada tras otra, esta justicia que no me cabe ninguna duda está enarbolada por la política, unos payasos que nunca le soltaron la mano al irresponsable que tenían como secretario, el gobernador junto al presidente de la Cámara de Diputados nos mintieron en la cara, a Frigerio no lo conozco, pero a Hein sí, por eso no es que dudo, estoy seguro, será que no había alguno de ellos ahí ese día? Tomando whisky del caro y después salieron como Orrico a las rutas? Será que tienen miedo que este hable y los nombre frente a los jueces? Porque esta crema, cuando se juntan, se juntan todos, no me lo contaron, lo vi, no estos mismos pero sí a otros, y de distinto partido político, por eso cada vez que hablo con Dios le pido justicia por nuestros gurises, él solamente puede hacer que tengamos algo de paz y que lo veamos a quien dejó,,, padres, madres, hermanos, hijos, vecinos, amigos, compañeros, con los ganchos puestos, en camino a la prisión donde desde que comenzó todo esto debería haberlo estado, pero lamentablemente la justicia en este mundo es rápida para los pobres, y muy, pero muy lenta para los ricos, un abrazo y gracias por el apoyo q nos dieron desde el primer momento, PROHIBIDO OLVIDAR….” Entre Ríos Ahora
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