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Concordia » El Heraldo
Fecha: 03/09/2025 22:30
Cultivar en casa permite reducir la dependencia de productos industrializados y fomentar un vínculo más consciente con la naturaleza. Además, ayuda a diversificar la dieta, aporta a la seguridad alimentaria y disminuye la huella de carbono al evitar los traslados desde zonas de producción a los centros urbanos. En ciudades cada vez más pobladas, la huerta hogareña se consolida como una alternativa ecológica y accesible. Uno de los aspectos más atractivos de esta práctica es que no requiere grandes espacios. Un patio, un balcón, una terraza o incluso un pequeño rincón junto a una ventana pueden convertirse en el sitio perfecto para sembrar. Con el uso de macetas, cajones reciclados o mesas de cultivo, es posible adaptar la huerta a cualquier tipo de vivienda. La clave está en conocer qué especies crecen mejor en primavera y cuáles pueden acompañarse en el mismo espacio. La planificación de los cultivos no solo favorece la abundancia, sino que también reduce las plagas y optimiza los recursos. Ads Qué sembrar en primavera Entre las hortalizas más recomendadas se encuentran los tomates, pepinos, berenjenas y pimientos, que prosperan con temperaturas templadas y requieren buena exposición solar. Estas especies son muy valoradas en la cocina y, además, ofrecen frutos abundantes si se riegan con regularidad y cuentan con tutores que guíen su crecimiento. Otra opción ideal son las legumbres, como porotos y arvejas, que aportan nutrientes esenciales al suelo gracias a su capacidad de fijar nitrógeno. Estas plantas ayudan a mejorar la calidad del sustrato y favorecen la rotación de cultivos, fundamental para mantener el equilibrio de la huerta. Las hojas verdes, como lechuga, rúcula, espinaca y acelga, no pueden faltar en la primavera. Su rápido crecimiento permite cosechar varias veces en una misma temporada, garantizando un suministro constante de vegetales frescos. Además, son fáciles de cultivar y ocupan poco espacio, lo que las hace perfectas para macetas pequeñas o jardineras. Las hierbas aromáticas también encuentran en esta estación un momento perfecto para crecer. Albahaca, perejil, cilantro y menta aportan sabor a las comidas y actúan como repelentes naturales de insectos. Tenerlas en la huerta no solo suma variedad, sino que también favorece la biodiversidad y el equilibrio entre especies. Una práctica sostenible y necesaria La huerta hogareña en primavera no es solo un pasatiempo, sino una herramienta de sostenibilidad. Al cultivar en casa, se reduce el uso de envases plásticos, se aprovechan residuos orgánicos como compost y se fomenta la autonomía alimentaria. Además, esta práctica tiene un impacto positivo en la salud mental y física. Trabajar la tierra, regar las plantas y observar el ciclo de crecimiento son actividades que reducen el estrés y promueven el bienestar. En familias con niños, la huerta se convierte en un recurso educativo para aprender sobre la naturaleza y el cuidado del ambiente. Ads En un contexto de crisis climática y pérdida de biodiversidad, sembrar en primavera es también un acto de responsabilidad ambiental. Cada planta cultivada en casa contribuye a crear pequeños oasis verdes en los entornos urbanos, generando espacios de frescura y refugio para insectos polinizadores como abejas y mariposas. Con la llegada de la primavera, la huerta hogareña se presenta como una oportunidad para reconectar con lo natural, reducir el impacto ambiental y disfrutar de alimentos frescos al alcance de la mano. Ya sea en una maceta, en un jardín o en un balcón soleado, cada semilla sembrada es un paso hacia una vida más saludable y sustentable. Ads
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