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» Comercio y Justicia
Fecha: 02/09/2025 13:04
Por Valeria Colella (*) La cobertura periodística de los asuntos judiciales requiere una lectura clara y precisa de las sentencias. Sin embargo, interpretar estos documentos puede ser un desafío debido a su estructura particular y a la terminología especializada que emplean. Para quienes se dedican a comunicar decisiones judiciales, es fundamental comprender la organización de una sentencia y sus elementos esenciales, lo que permitirá transmitir la información de manera rigurosa y accesible para la audiencia. Una sentencia no es una opinión ni un comentario sobre un caso sino la resolución de un conflicto planteado ante la justicia. Por ello, el primer paso para su correcta interpretación es identificar cuál es la cuestión jurídica en debate. Esto implica reconocer qué piden las partes involucradas y sobre qué debe decidir el tribunal. A partir de ahí, se deben analizar los hechos que fundamentan el reclamo, los argumentos presentados y la norma aplicable. Uno de los aspectos clave en la comunicación de fallos judiciales es la identificación del eje central de la sentencia. En términos jurídicos, esto equivale a la determinación del punto principal sobre el que el tribunal debe pronunciarse. La respuesta a esta cuestión establecerá un criterio que, en muchos casos, servirá de referencia para futuras decisiones similares. Dentro de la argumentación de una sentencia, es importante distinguir entre las razones fundamentales que sostienen el fallo y aquellos comentarios adicionales que no resultan determinantes para la resolución del caso. Esta diferenciación ayuda a evitar interpretaciones erróneas o exageraciones mediáticas que desvirtúen el verdadero alcance de una decisión judicial. Otro factor relevante es la votación dentro de los tribunales colegiados. No siempre todos los jueces coinciden en sus razonamientos, lo que da lugar a diferentes tipos de sentencias: unánimes, cuando hay plena coincidencia; con disidencias, cuando uno o más magistrados expresan desacuerdo; y concurrentes, cuando los jueces llegan al mismo resultado, pero con fundamentos distintos. Para quienes informan sobre justicia, estas diferencias pueden ser clave para entender el impacto de una resolución y la proyección que pueda tener en otros casos. Para mejorar la comunicación judicial, sería ideal avanzar hacia una mayor estandarización en la redacción de las sentencias. Un formato claro y uniforme facilitaría su comprensión tanto para los profesionales del derecho como para periodistas y ciudadanía en general. La transparencia y la claridad en la argumentación judicial no solo mejoran la difusión de la información, sino que también refuerzan la confianza en el sistema de justicia y en la labor de quienes lo comunican. (*) Profesora titular de la Universidad del Salvador. Asesora en Lenguaje Claro de la Secretaría Legal y Técnica del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
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