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» Derf
Fecha: 02/09/2025 12:05
Alternar ambas temperaturas en la ducha puede mejorar tu circulación, aliviar músculos cansados y darte un extra de energía El baño de contraste es una técnica sencilla que alterna agua fría y caliente para estimular el cuerpo. Muy usado por atletas para acelerar la recuperación, hoy también se recomienda para quienes buscan más energía, mejor circulación y alivio del cansancio diario. ¿Cómo funciona? El contraste de temperaturas provoca una especie de “gimnasia vascular”: Agua caliente: dilata los vasos sanguíneos y relaja los músculos. Agua fría: contrae los vasos, activa la circulación y despierta al organismo. Al alternar ambos, se estimula la circulación, se oxigena mejor el cuerpo y se genera una sensación de vitalidad. Principales beneficios Recuperación muscular: ideal después del entrenamiento o un día de mucha actividad. Mejora de la circulación: ayuda a reducir pesadez en piernas y la retención de líquidos. Más energía: el cambio de temperatura estimula el sistema nervioso, despejando mente y cuerpo. Alivio del estrés: el agua caliente relaja y el agua fría refresca, logrando un equilibrio. Refuerzo inmunológico: la exposición al frío moderado estimula las defensas. Cómo hacerlo en casa 1- Empezá con agua caliente durante 2-3 minutos. 2- Cambiá a agua fría por 30 segundos a 1 minuto. 3- Repetí el ciclo entre 3 y 5 veces. 4- Terminá siempre con agua fría para un efecto revitalizante. Lo ideal es hacerlo en la ducha, escuchando a tu cuerpo: no se trata de soportar temperaturas extremas, sino de generar contraste.
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