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  • Empieza el juicio por un caso emblemático de la pandemia: “No alivia mi dolor”, dice el padre que no se pudo despedir de su hija – Cadena Entrerriana 96.5MHz LRS 798

    Concordia » Cadena Entrerriana

    Fecha: 01/09/2025 14:37

    Solange Musse (35) murió de cáncer el 21 de agosto de 2020 en Córdoba, durante la cuarentena por el Covid.Seis días antes, su papá, Pablo Musse (63), viajó desde Neuquén para estar junto a ella, pero por un test «dudoso» no lo dejaron llegar. Dos funcionarios del COE de Córdoba serán juzgados por «abuso de autoridad» e impedir que la joven pudiera despedirse de su familia durante la cuarentena. Este lunes se pondrá en marcha en Río Cuarto el juicio que intentará dar una respuesta judicial a uno de los episodios más dolorosos que dejó el aislamiento por la pandemia en Argentina: la muerte de Solange Musse sin poder abrazar a su papá ni a su tía, a quienes se les negó el ingreso a Córdoba en un operativo que todavía genera indignación. La Cámara del Crimen N°1, integrada por los jueces Daniel Antonio Vaudagna, Nicolás Rins y Diego Ortiz, será la encargada de conducir el debate oral y público. Ocho ciudadanos seleccionados como jurados tendrán en sus manos el veredicto final, que se conocerá el 11 de septiembre . En el banquillo estarán Eduardo Javier Andrada, exdirector del hospital de Huinca Renancó, y Analía Morales, asistente social que integraba el COE en plena emergencia sanitaria . Ambos llegan i mputados por el delito de abuso de autoridad , con una pena en expectativa de hasta dos años de prisión y la inhabilitación para ocupar cargos públicos. Pablo Musse, el padre de Solange , reconoció que este juicio no repara la pérdida, pero sí abre un camino: “ No es un alivio para mí, para eso tendría que haber sido un juicio a todos los responsables de lo que pasó . Sí, es un puntapié inicial para que todos los argentinos hagan sus denuncias. Muchos pensaban que ir contra el poder no iba a servir para nada, pero sirve”, dijo a Clarín. Para Pablo, el dolor sigue siendo insoportable: “Es duro haber perdido una hija, no haber podido estar con ella. Teníamos muchos proyectos que ya no se van a llevar a cabo, perdés el hilo de todo. Ahora vivo por inercia. Te levantás y respirás, pero se te termina la vida. Creo que solo alguien que pasó por algo así lo puede entender”. Omar Novoa El viaje frustrado La historia que hoy llega a juicio se originó a mediados de agosto de 2020. Solange había pedido a su papá y a su tía Paola, que viven en Neuquén, que viajaran a verla porque su estado de salud se deterioraba rápidamente. Pablo se subió al auto junto a su cuñada, que se moviliza en silla de ruedas, y emprendieron camino por la ruta 35, el único paso autorizado para ingresar a Córdoba en plena cuarentena. En el puesto sanitario del COE, un test rápido de Covid-19 que le realizaron a Pablo arrojó un resultado “dudoso”. A pesar de que el protocolo preveía la confirmación con un PCR y otras alternativas, las autoridades decidieron impedirle el ingreso. No solo eso: lo escoltaron con cuatro patrulleros hasta la salida de la provincia. La odisea incluyó situaciones extremas: lo obligaron a conducir de regreso hasta Neuquén sin posibilidad de detenerse a descansar ni a utilizar un baño. Pablo relató que tuvo que asistir a su cuñada para orinar al costado de la ruta, frente a la negativa de los policías de detener la marcha en una estación de servicio. “Le prohibieron ir al baño, le impidieron el descanso del conductor, tuvo que hacer sus necesidades en el pasto y cuando llega a Neuquén se hace el hisopado que da negativo. El 21 de agosto muere Solange”, recordó el abogado de la familia, Carlos Nayi. El operativo cuestionado El regreso forzado, con móviles policiales que se iban relevando en cada provincia, duró más de 12 horas. Pablo llegó a Neuquén exhausto y con la noticia de que su hija había empeorado. Pocos días después, Solange murió en Alta Gracia. Para poder asistir al velorio, la familia tuvo que presentar un recurso de amparo y lograr una autorización judicial para volver a Córdoba. Pablo y Solange Musse, un caso que conmovió por su dramatismo durante la pandemia. Ese contraste entre la dureza con la que se aplicaron las restricciones y las imágenes que luego se conocieron de reuniones en Olivos o celebraciones de dirigentes políticos durante la cuarentena, fue señalado por Pablo en más de una ocasión: “Un adiestrador de perro, un peinador, cualquiera tenía más derechos que ella y que muchos argentinos”, dijo con dolor. Un juicio con impacto nacional El abogado de la familia subrayó que este proceso tiene un valor histórico: “Es el primer juicio en el país por hechos ocurridos en pandemia donde se investigan abusos de autoridad cometidos bajo el paraguas del aislamiento. Tiene una gran trascendencia jurídica porque muestra cómo se usó de manera desmedida la fuerza estatal para imponer medidas sanitarias”. En su momento, la defensa había llevado el caso a la Justicia federal, al entender que las restricciones provenían de normas dictadas por el Gobierno nacional bajo el ASPO. Sin embargo, la Corte Suprema resolvió que correspondía a la Justicia cordobesa entender en la causa. El fiscal Julio Rivero estará a cargo de la acusación, y en las audiencias declararán alrededor de 24 testigos. En la primera jornada lo harán Pablo, Teresa y Paola Oviedo, la madre y la tía de Solange. El recuerdo vivo A cinco años de la muerte de su hija, Pablo y Teresa mantienen vivos los homenajes. Esparcieron las cenizas de Solange en el mar de San Antonio Oeste, lugar que ella amaba y al que vuelven seguido. También lograron que se levantara una plaza con su nombre en esa ciudad, un memorial en Neuquén y una placa en Huinca Renancó, justo en el ingreso donde a su papá le impidieron pasar. El Rotary Club de Córdoba la declaró ciudadana ilustre y cada aniversario es recordada por organizaciones sociales y de derechos humanos. Solange Musse tenía cáncer de mama y no pudo ver a su papá. Lo que se espera El juicio se extenderá hasta el 11 de septiembre. En paralelo, otro expediente avanza en Huinca Renancó para investigar las responsabilidades políticas detrás del operativo que truncó el último deseo de Solange: abrazar a su padre. Para Pablo Musse, más allá de la condena que pueda dictarse, el caso debe servir como ejemplo: “Es un puntapié inicial para que los argentinos pierdan el miedo y hagan sus denuncias. La justicia tarda, pero sirve”. La historia de Solange es recordada como un símbolo del costo humano de decisiones tomadas en nombre de la salud pública, pero aplicadas con una rigidez que terminó en tragedia. Hoy, en Córdoba, se abre una instancia que promete marcar un precedente en la memoria colectiva de la pandemia. La última carta de Solange Solange tenía 35 años cuando murió el 21 de agosto de 2020 en Alta Gracia, Córdoba, después de una larga lucha contra el cáncer. En los días previos, escribió una carta que se transformó en un testimonio de enorme peso social y político: “Lo que han hecho con mi padre y mi tía es inhumano, humillante y muy doloroso. Siento tanta impotencia de que sean arrebatados los derechos de mi padre para verme y a mí para verlo. ¿Quién decide eso si queremos vernos? Acuérdense, hasta mi último suspiro tengo mis derechos, nadie va a arrebatar eso en mi persona”. Ese texto se convirtió en un símbolo de resistencia frente a las restricciones. Este año, la carta fue incorporada como documento histórico y se exhibe en el Congreso de la Nación.

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