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Parana » Informe Digital
Fecha: 01/09/2025 01:29
El salario promedio bruto del trabajador registrado se incrementó de $13.317 en mayo de 2015 a $1.606.183 en mayo de 2025, según datos oficiales del Ministerio de Capital Humano basados en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). A pesar de la notable variación nominal, al analizar el poder adquisitivo en cada periodo se revela un panorama completamente diferente. En el sector del transporte, el pasaje mínimo en el AMBA pasó de $3 en 2015 a $451 en 2025. Así, un trabajador con ingresos medios fue capaz de adquirir 4.439 boletos en 2015, pero actualmente solo puede comprar 3.564, lo que indica una disminución del 19,7 por ciento en su poder de compra. La situación es diferente en el ámbito de los combustibles. En mayo de 2015 era posible cargar 1.147 litros, mientras que una década más tarde la cantidad ha aumentado a 1.369 litros. Esta mejora relativa es del 19,4%, atribuible a la evolución del tipo de cambio y a ajustes en la política energética. En cuanto al consumo básico de alimentos, el precio del kilo de asado se disparó de $72 a $10.972. En 2015, se podían adquirir 185 kilos, mientras que hoy solo se obtienen 147, lo que significa una reducción del 20,9 por ciento. La comparación es más estable en el ámbito de la construcción: el costo del metro cuadrado se elevó de $9.959 a $1.198.802 (dato oficial de Buenos Aires), sin embargo, la relación con el salario se mantuvo constante. Hace diez años, era posible costear 1,34 m² y hoy se continúa con la misma relación. En el mercado automotor, el vehículo 0 km más económico en cada periodo (Fiat Uno Cargo Fire 1.3 en 2015 y Renault Kwid en 2025) pasó de $106.300 a $19.120.000. Con un salario promedio, en 2015 se podía abonar el 13% del auto (se requerían 7 sueldos para comprarlo); en la actualidad, solo se puede cubrir el 8% (12,5 salarios), lo que representa una caída del 32,9% en la capacidad de compra. Las causas de la pérdida del poder adquisitivo Los especialistas coinciden en que la disminución del salario real se debe a una combinación de factores tanto estructurales como coyunturales. “El salario ha descendido en un contexto de productividad decreciente, resultado de una economía estancada durante más de una década”, señaló Osvaldo Giordano, presidente del Ieral de la Fundación Mediterránea. En la última década, el salario se convirtió en la primera variable de ajuste y devaluación en cada crisis de deuda y fluctuación cambiaria, afirmó Aroma. Asimismo, Nicolás Aroma, economista, declaró a Infobae que la debilidad salarial se explica por la dinámica de crisis recurrentes. “En los últimos diez años, el salario ha sido la primera variable de ajuste y licuación en cada crisis de deuda y devaluación. Esto explica la existencia de trabajadores registrados que son considerados pobres, algo impensable en épocas pasadas”, explicó. Además, Damián Di Pace, director de Focus Market, subrayó el impacto de la eliminación de subsidios. “En 2015, los servicios estaban fuertemente subsidiados. La actual política de retiro de este beneficio para los consumidores ha llevado a que las tarifas públicas sean significativamente más altas que hace diez años”, precisó. Estabilidad macro, inflación y salarios como ancla Más allá de las causas inmediatas, los economistas destacan que el poder adquisitivo también se vio afectado por la forma en que los gobiernos implementaron políticas de estabilización. Giordano destacó los recientes avances en materia fiscal: “Se han logrado progresos significativos gracias al equilibrio de las finanzas públicas, pero el ritmo de mejora de los ingresos dependerá de la velocidad con que se enfoquen las reformas estructurales, especialmente en los ámbitos impositivo y laboral”, aclaró. Di Pace centró su atención en la coyuntura: “En el corto plazo, no se va a recuperar nada”. Según explicó, la clave será que “continúe la desaceleración de la inflación, crezca la inversión privada y se logre la recuperación del empleo”. Para Aroma, el desafío principal es que los salarios se utilizaron como ancla: “Hoy los precios son más estables, pero el poder adquisitivo no se ha recuperado porque el gobierno utilizó los salarios como variable de ajuste. El reto radica en estabilizar la economía sin licuar los salarios”. Transformaciones en el mercado laboral La estructura del empleo también ha cambiado, lo que ha influido en los ingresos. Damián Di Pace observó que “en los últimos diez años, ha crecido el cuentapropismo y el trabajo informal, especialmente con la llegada de las economías de plataforma. Ante la limitación del salario registrado, el empleo informal ha sido lo que más se ha expandido, adquiriendo mayor peso en la composición de los ingresos menores”. Nicolás Aroma coincidió en que los trabajadores registrados ya no tienen garantizado un ingreso suficiente. “En los últimos años se ha consolidado el fenómeno de asalariados en blanco pobres. El salario ha dejado de ser el elemento que organiza la economía doméstica, lo que ha desestabilizado al trabajo como factor clave del tejido social”, afirmó. Condiciones para una recuperación Frente al futuro, los especialistas subrayan que la recuperación del poder adquisitivo dependerá de una serie de condiciones. Osvaldo Giordano declaró: “Se puede recomponer siempre que aumente la productividad. Para ello, es imprescindible contar con estabilidad macroeconómica, un entorno favorable para la producción y la modernización de las instituciones laborales”. También hizo hincapié en la importancia de involucrar a los gobiernos provinciales en la reforma de sistemas tributarios y regulaciones. Aroma advirtió que estabilizar los precios por sí solo no basta: “Para mejorar salarios es necesario aumentar la productividad, lo que requiere inversión en infraestructura pública, ciencia y tecnología. De lo contrario, la competitividad se deteriora y la mejora salarial no llega”. Di Pace insistió en que el camino será más largo: “La recuperación exige inversión privada, creación de empleo y crecimiento económico. Aún no hay señales firmes en esa dirección”. Una década de retroceso El diagnóstico de los especialistas coincide en que los salarios se han reducido en términos reales entre un 20% y un 30% en la última década. Las razones abarcan desde la baja productividad y problemas estructurales hasta la eliminación de subsidios, la inflación persistente y la recurrencia de crisis de deuda. El desafío a futuro no solo será mantener la estabilidad de precios, sino también recomponer el poder adquisitivo. Para ello, los economistas enfatizan la necesidad de reformas profundas, inversión privada, políticas de productividad y un marco laboral moderno. Sin estos factores, advierten, será difícil que los salarios recuperen el papel central que desempeñaron como organizadores de la vida económica y social en Argentina.
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